Los encarnados, pese al arrastre, saborean prácticamente la salvación, mientras que el Parquesol vuelve a tropezar, en esta ocasión de forma inmerecida
Real Valladolid B 4-1 Burgos UD
Puede parecer –al ver el resultado– que los vigentes campeones no tuvieron dificultad en doblegar al Burgos UD, pero todo lo contrario. El Real Valladolid B sacó adelante un partido que se complicó por el hecho de demorar la hora de abrir la lata, pese a lo increíble que parecía. Ni de frente ni de espaldas, ni con diestra ni con zurda, ni con Torres ni con Castri. Siempre aparecía alguien vestido de blanco –o de negro, su portero– para evitar el gol.
Así hasta el minuto 59, cuando Cada ya se hartó de esperar y marcó. Otra vez y ya van cuatro en tres jornadas, muestra de que vive un momento dulce de la temporada, no solo por meter sino también por fabricar. De hecho, creó el segundo al asistir a Castri para que él ampliara ventaja, apenas cuatro minutos después y, en el 70, el propio ‘siete’ sentenció, como devorador de área que es.
Fue merecido, porque los locales dominaban y, a medida que pasaba el tiempo, lo hacían más cerca del área contraria, pese a que el mal tiempo impedía el jogo bonito. Pero tras la salida de Maroto al descanso, que siempre otorga una tranquilidad imprescindible en el centro del campo, la balanza se inclinó.
Después llegó el cuarto, de Adrián, que había salido pocos minutos antes y que dio la puntilla a los burgaleses, que demostraron mucha competitividad en la primera mitad y también obligaron a Dani a actuar en un mano a mano. Tuvieron premio, eso sí, con un gol de Iker ya en el descuento, cuando los de Pereira ya tenían la mente puesta en el partido del Burgos CF, horas después.
No obstante, esta semana tampoco llegó el tropiezo y solo quedan cuatro jornadas. Desde luego, el trabajo de los blanquivioletas mejora semana a semana, pero la racha de los líderes –veintitrés partidos sin perder–es inalcanzable. Aun así, no hay rendición que valga en Anexos de revalidar un título que también merecen, pero que no depende de ellos.
UD Sur 5-3 Calasanz
La UD Sur venció por cinco goles a tres al Calasanz de Soria en un partido trabado en el que los encarnados fueron a rebufo de los sorianos durante varios momentos del mismo. Sin embargo, golpearon primero los vallisoletanos por medio de Davo, que se internó en el área, recortó y envió el balón al fondo de las mallas.
Poco después, llegó el primer cambio de los blanquiazules y fue a raíz de la sustitución cuando hubo una relajación en exceso que aprovecharon los visitantes para poner las tablas. La controló Bodgan, se la cedió a Rodrigo y este no falló ante Jorge.
Justo a partir del empate, los locales Ayllon y Alex tuvieron las más claras de la primera mitad, pero entre la mala fortuna y Gabriel, el guardameta visitante, el balón no entró y el encuentro se fue al descanso con empate.
Arrancó la segunda mitad con un guion totalmente distinto al de la primera. El Calasanz salió enchufado y, al poco de empezar, se adelantó en el marcador, metiendo en problemas a los del Felicísimo. El tanto obtenido por Sergio fue fruto de una contra bien ejecutada en la que el ‘11’ blanquiazul vio adelantado a Jorge y se la picó por encima, haciendo imposible cualquier intervención del portero.
Se le complicaba el partido a la UD Sur, pero aparecieron los antes mencionados Alex y Ayllon para devolverles la fe a unos encarnados que se habían desconectado del partido. Pero otra vez despertaron los sorianos, que mediante Lafuente, el capitán del equipo, empataron el partido y devolvieron la emoción al césped.
Y cuando parecía que los vallisoletanos no podían más, ahí apareció otra vez Álex para sentenciar el encuentro. El ‘11’ emuló a Lewandowski, pero en vez de conseguir cinco tantos en nueve minutos, el joven encarnado firmó dos goles en dos minutos, y consiguió que en los minutos finales volviera a reinar la tranquilidad en el Felicísimo.
En la próxima jornada, la UD Sur viaja al José Manuel Sedano para enfrentarse con un Burgos UD que está en horas bajas, pero que puede ser un rival duro, como ya se vio en la primera vuelta.
Parquesol 1-1 Zamora
Es posible que a esta hora Gonzalo todavía siga corriendo por el césped del Saso. Desde luego, por gasolina no será y por aguante tampoco, porque se llevó golpes por todos lados, pues vivió uno de los partidos más físicos de la temporada. Y eso que hubo muchos, pero el Zamora opuso una resistencia impoluta de la que el Parquesol solo pudo sacar un punto, pese a que finalmente mereció los tres.
Muy pronto se le pusieron las cosas complicadas, cuando el Zamora marcó de penalti, después de que locales empezaran bien, como de costumbre. Sin embargo, se volvió a poner sobre la mesa un escenario adverso que los naranjas casi nunca logran revertir, porque los rivales saben ya cómo jugarles. Así fue, pese a que intentaron por tierra, mar y aire la remontada, que se quedó a medias.
Los de Manu Olivas desperdiciaron una primera parte horrenda, en la que no hacían falta ni los dedos de una mano para contar las buenas jugadas. Aun así, Pablo y Dani Luengo –con una vaselina de esas que mete nueve de cada diez veces, pero que esta vez el viento se la llevó– tuvieron el empate, mas al descanso se llegó con desventaja.
Y con malas sensaciones, que mejoraron con el transcurso del segundo acto. Tras un gol anulado a David, Sobas sí aprovechó un centro de Pérez para marcar el empate, que no hizo sino prolongar el acoso y derribo, que terminó con un disparo de Álvarez al palo. El lateral, pese a estar lesionado, terminó el partido de punta, no dejó de creer –como sus compañeros, que esta vez sí mostraron fe– pero la madera dictó la sentencia definitiva: dos puntos más al limbo.
Con ello, el Parquesol continúa cuarto, aunque si el Puente Castro vence en el partido aplazado ante la Sur del próximo domingo, caerán al quinto lugar. La Cultural ya se aleja a cinco puntos, por lo que la tercera se complica en exceso. De forma injusta pues, pese a que los naranjas no son perfectos –desde luego– llevan bastantes puntos menos de los merecidos.