Como se suele decir en estos casos, recordando la novela de Gabriel García Márquez, la crónica Del Real Betis – Real Valladolid fue la crónica de una muerte anunciada. El equipo del Benito Villamarín le endosó a los de Álvaro Rubio una goleada que se tradujo en el descenso, ya matemático, de un equipo, el de la capital del Pisuerga, que desde hace meses se encontraba en cuidados paliativos.
Los presagios no eran buenos. Javi Sánchez se lesionó en un despeje, algo que al aficionado blanquivioleta le pudo parecer un déjà vu, ya que en el último descenso del Pucela ante el Getafe el central también tuvo que ser sustituido y fue una baja de larga duración. Por la reacción del capitán, de nuevo puede que sea una lesión grave.
Jesús Rodríguez adelantó a los locales en el minuto 17. En un desajuste defensivo en el centro del campo, Jurić saltó a la presión de forma precipitada, Isco se libró elegantemente del croata y de Aznou para poner un buen centro al corazón del área, el Cucho Hernández prolongó el balón con la cabeza hacia Jesús Rodríguez, que lo recibió tras un intento fallido por bloquear esa pelota de Aidoo, y no falló ante Ferreira.
Al Betis se le notaba cómodo en el encuentro, aunque el Real Valladolid amenazaba, sobre todo, por la banda de Raúl Moro. El extremo generó casi todo el peligro visitante en la primera mitad. El primer disparo a puerta de los de Álvaro Rubio llegó por su banda. El catalán colgó el esférico hacia Juanmi Latasa, pero su remate de cabeza llegó sin peligro a las manos de Adrián.
Probablemente la única noticia positiva del conjunto vallisoletano fue el gol de Chuki. Sobre todo, por la confianza que puede aportar al jugador, importante en los planes de futuro en el José Zorrilla. En un contraataque, Raúl Moro dio un buen pase al espacio al canterano, que con una gran maniobra con el exterior del pie izquierdo se libró del cancerbero bético y definió a puerta vacía. Gracias a este tanto, el encuentro llegó igualado al descanso, pero en la segunda parte se impuso la lógica.
El Real Valladolid, sepultado en la segunda parte

El Betis salió algo dubitativo, pero en cuanto llegó el primer gol verdiblanco, una losa enorme cayó sobre el Real Valladolid para sepultarlo definitivamente. Álvaro Rubio cambió en el minuto 60 a Raúl Moro y su ausencia se notó en el ataque. Otra vez en un centro lateral llegó el tanto encajado. Marc Bartra, que esta semana anunciaba su renovación, envió la pelota hacia el Cucho Hernández, uno de los mejores del encuentro, y éste, con un gran gesto en su testarazo, adelantó a los suyos de nuevo.
Tan solo dos minutos después, los de Pellegrini hilvanaron una gran jugada colectiva en la que el Real Valladolid no hizo otra cosa que perseguir sombras y no ser resolutivo tras recuperar la posesión. Jurić recuperó cerca del área propia, pero erró el pase y el Betis volvió a la carga, la acción finalizó con un pase atrás hacia Isco, que marcó a placer solo en el área.
La cuarta diana local llegó en el tramo final, en el minuto 84, Romain Perraud recibió la pared del Cucho Hernández y se sacó un disparo cruzado a la escuadra, imparable para André Ferreira. El quinto y último lo puso Ez Abde, tras una buena jugada individual y definir al palo largo de la portería blanquivioleta. Mientras, en el banquillo de Álvaro Rubio, los jugadores se tapaban la cara, pero aún así era visible el dolor y la vergüenza por la situación. El descenso, el más tempranero en Primera División en toda la historia del Real Valladolid, era ya una realidad.
El funeral del Pucela fue la fiesta de un Benito Villamarín que acabó el encuentro haciendo la ola, y no es para menos, puesto que la escuadra sevillana se encuentra en el momento más dulce de la temporada en plena lucha por asaltar las posiciones que le permitan ser la temporada que viene equipo de UEFA Champions League.
Concluyó el encuentro y el Real Valladolid firmó su defunción. En el Pucela hace falta una revolución, deportiva y como institución. Un cambio drástico para volver a enderezar el rumbo con un proyecto que partirá desde la Segunda División el próximo curso y que ya debería haber empezado a contemplarse. Al conjunto blanquivioleta le quedan cinco partidos en la categoría de oro del fútbol español antes de regresar a LaLiga Hypermotion sin nada en juego.
			