Dos de los equipos menos goleadores de la temporada y que batallan por la salvación se miden este viernes en Zorrilla en un partido con el que dará comienzo el nuevo año

Muchos son los aficionados que se acogen estos días a eso de “año nuevo, vida nueva”. Aunque, a poco que se eche la vista atrás, pueda comprobarse que los últimos cursos para el Real Valladolid y para su próximo rival, el Leganés, no han sido del todo malos.
Los pepineros, por ejemplo, llevan desde 2016 militando en la máxima categoría del futbol español y los blanquivioletas tampoco pisan por Segunda desde que consiguieran el ascenso allá por la 2017/18.
Existen, por tanto, motivos para la celebración en ambos conjuntos, a pesar de que la permanencia tenga este viernes, 3 de enero (19:00 horas), una nueva cita en el estadio José Zorrilla.
Para los de Sergio González, el parón navideño puso el cierre al primer tramo de una campaña que ha tenido momentos de alegrías, como el de la victoria en el Benito Villamarín o el empate en el Bernabéu, así como otros instantes más amargos.
Véase la copiosa goleada en el Camp Nou o, sin ir mas lejos, el chasco de la última jornada ante el Valencia, en la que el gol ché en el último minuto dejó más “aguados” a muchos fieles vallisoletanos que el propio temporal de lluvia y frío que azotaba la ciudad.
En el caso del Leganés, en cambio, los escasos trece puntos cosechados y una peligrosa penúltima posición en la tabla dibujan un balance un tanto gris que ha motivado incluso la llegada de un nuevo entrenador, el mexicano Javier Aguirre, a cuya incorporación parece haber seguido un cambio en la dinámica, lo que se traduce en siete puntos de los últimos nueve posibles.
No en vano, el míster del Pucela ha asegurado que el inminente choque ante los madrileños suponga un “balón de oxígeno” para sendas escuadras, distanciadas por seis unidades en la clasificación, pero a las que los tres puntos sabrían casi más dulces que cualquier regalo de Reyes. ¿El ambiente? Previsiblemente, el de las grandes citas, ya que en el feudo pucelano se ha colgado el cartel de “no hay entradas” registrando incluso cifras récord en las localidades puestas a disposición de los visitantes, de los que se espera acudan cerca de 600.
En el apartado puramente futbolístico, el enfrentamiento con el que dará comienzo el año 2020 tendrá que disputarse con las ausencias de Nacho y Javi Sánchez, en el caso del Pucela, y, atendiendo al Leganés, sin Recio, Siovas, Navarro y Szymanowski; este último, lesionado de gravedad hasta el resto de la temporada. Para suplir la baja del lateral izquierdo, el cuerpo técnico baraja las opciones de Moyano, Antoñito o Pedro Porro; no en cambio la del canterano Roberto Corral, al que muchos esperaban poder ver debutando con el primer equipo en liga.
Así las cosas, la lista de convocados la conforman diecinueve jugadores, por lo que Sergio González tendrá que hacer un descarte en los instantes previos: Masip, Lunin, Pedro Porro, Kiko Olivas, Javi Moyano, Antoñito, Salisu, Anuar, Joaquín, San Emeterio, Alcaraz, Míchel, Óscar Plano, Hervías, Toni Villa, Waldo, Enes Ünal, Sandro y Sergi Guardiola.
En cualquier caso, dadas las estadísticas, se espera un partido de escasas oportunidades y con el marcador ajustado, pues se enfrentan dos de los equipos menos goleadores de la competición. Prueba de ello es que los quince tantos anotados por el Real Valladolid, junto a los catorce firmados por los madrileños, suman menos que los que atesoran cuadros como el Barcelona (47), el Real Madrid (33), la Real Sociedad (32) o el Villareal (31). Por otra parte, en lo que a datos defensivos se refiere, los locales firman mejores números que su contrincante y acumulan 21 goles recibidos, por los 28 del Leganés.
Así, con este escenario, todavía navideño y con un nuevo año por venir, el balón volverá a rodar por los campos españoles afectados en estas fechas por las heladas y la niebla; las cuales, probablemente, estarán presentes este viernes. Sin embargo, las difíciles condiciones climatológicas parecen no afectar a los ánimos de fútbol previo a la llegada de un encuentro de gran importancia para los dos implicados.
