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Ni chisme ni cotilleo: la nueva forma de mantener ocultas las relaciones de los famosos es… gracias a una firma

por Miguel R. R.
16 de septiembre de 2025
La nueva forma de mantener ocultas las relaciones de los famosos

La nueva forma de mantener ocultas las relaciones de los famosos

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Eso de los acuerdos de confidencialidad siempre ha sonado mucho más a empresas o grandes transacciones. Un término para hablar de esos compromisos que adquieren las partes para garantizar el secreto de un acuerdo o el embargo de una información hasta una fecha más propicia. Pues el caso es que ahora las parejas también están logrando hacerse con el término, especialmente aquellas que tienen, en su vida, algo que preservar, como artistas o grandes celebridades. Un acuerdo que, más allá de parecer frío, puede prevenir situaciones no deseadas para cualquiera de las partes y que, de esta manera, facilitan un mayor compromiso. Aunque sea ante notario.

Y sí, puede parecer extraño, pero lo cierto es que estos acuerdos de confidencialidad, en inglés non disclosure agreement o NDA, blindan eventos, parejas, compromisos laborales e, incluso, relaciones sexuales. Lo que empezó siendo un instrumento jurídico para garantizar un acuerdo se ha convertido en la vía más segura para muchos en “confiar” en su… ¿media naranja?

Tú, yo…y nuestro abogado

Que una pareja pueda acompañar su amor de un acuerdo de confidencialidad parece extraño, aunque tratemos de buscarle normalidad explicando que, en circunstancias generales, son cosas que afectan, ante todo, a celebridades. Pero aunque cantantes reconocidas como Taylor Swift o Billie Eilish hayan hablado, en sus canciones, de estos NDA, lo cierto es que la idea sigue teniendo, irremediablemente, un punto perturbador.

No solo es incluir a un tercero dentro de los pactos íntimos de una relación, sino mostrar confianza más en la firma de un documento legal que en la persona a la que nos estamos uniendo. No se trata, aún así, de una anécdota superficial. Es algo que ya está normalizándose en algunos ámbitos y, en una época en la que casi cualquier comentario puede llegar a ser viral, muchos prefieren controlar su intimidad con mimo. Algo que, aunque pueda parecer exagerado, quizá no lo es tanto. Que un contrato guarde algunas de tus intimidades más profundas puede ser una vía para estar mucho más tranquilo ante una posible traición.

En las relaciones… poca broma

Y no es algo que no esté a la orden del día, pues varios famosos ya hablan de manera recurrente de estos acuerdos. El caso más sonado, quizá, es el de Britney Spears, forzada por su padre en plena juventud a firmar contratos de confidencialidad con cada una de sus parejas. Algo parecido ha decidido la actriz Raven-Symoné, pues confesó que a la que es su actual pareja le pidió firmar un acuerdo de confidencialidad por el miedo a que algo pudiera pasar. Casos parecidos al de Jack Harlow, rapero que tiene un formato estándar para cualquiera de sus romances.

Casos parecidos parecen ser el día a día de muchos despachos al servicio de Hollywwod, el deporte de élite o la música, gremios que parecen haber normalizado esta realidad para intentar asentar ese modelo de seguridad en unas relaciones que, a causa de la fama, ya no son tan fiables. En estos contratos, diversos en cuanto a lo que detallan para ajustarse a las preferencias de cada cual sirviéndose del marco legal, se trata de garantizar la intimidad de los firmantes y asegurar que, si algo se tuerce, nadie saldrá perdiendo. Ver para creer.

Más que una rareza más de la gente de los famosos, lo cierto es que parece un síntoma más de una sociedad cada vez más metida en lo digital y donde cualquier descuido puede tener una repercusión colosal, además de consecuencias, a nivel económico, gravísimas. Esa falta de confianza real la parecen ofrecer estos nuevos contratos que, desde un despacho, cuidan las relaciones de aquellos que no se fían del todo de aquellos con los que sí están dispuestos a compartir tiempo, casa, fama, sexo y dinero.

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