El Real Valladolid quiere levantarse del duro golpe ante el FC Barcelona y regresar a la senda de la victoria ante su afición
Foto: Real Valladolid
No hay mejor bálsamo ni alivio que el que te otorga volver a casa tras una dura jornada lejos de los tuyos. El Real Valladolid, acostumbrado a cosechar muy buenos resultados como visitante y ante rivales de gran entidad, tropezó el pasado martes con un hueso llamado FC Barcelona. Cinco goles, un extraterrestre llamado Messi y un mensaje del entrenador.
“Toca levantarse”. Así lo manifestó Sergio González con la vista ya puesta en el envite ante el RCD Mallorca. Este último, el cuadro bermellón, visita Zorrilla el domingo a las 12:00 horas para poner sonido de fútbol al puente de noviembre.
La semana ha sido frenética. Más allá de la abultada derrota, de la polémica en torno al sistema de juego planteado en el Camp Nou o la baja de Nacho, que afecta sensiblemente al esquema vallisoletano, lo cierto es que en apenas unos días se ha pasado de la euforia de la victoria ante el Eibar, a la sacudida en Cataluña, hasta llegar a la necesidad de reseteo antes de la visita mallorquina.
Dosis de realidad, aseguran muchos, necesaria para volver a fijar los objetivos y recordar la relevancia de un cruce que mide a dos rivales directos.
Con todo, el Pucela es decimotercero tras ceder una posición en favor del Valencia y firma un balance de tres victorias, cinco empates y tres derrotas. Su mayor problema, la falta de gol fruto de un bloqueo de los hombres de arriba que consiguió romper Guardiola el pasado fin de semana.
Su compañero en punta, Sandro Ramírez, ha vuelto esta semana a entrenarse con en grupo, al igual que el otro lesionado, Javi Sánchez, igualmente reincorporado a la dinámica. Rubén Alcaraz, que ya entró en la convocatoria para enfrentarse al Barça, podría volver a gozar de minutos ante un rival que viene de empatar ante Osasuna.
El Mallorca de Vicente Moreno es decimoséptimo y se sitúa justo por encima de las posiciones de descenso. Atesora once puntos en once partidos y cuenta con una parcela ofensiva de enorme peligro. En ella destacan efectivos como Lago Junior, que firma dos tantos en las últimas tres jornadas, el croata Budimir y el incombustible Cucho Hernández, lesionado hasta la fecha y que este verano sonó como posible hombre de refuerzo para el Real Valladolid.
Raillo, Sastre o Salva Sevilla son otras de las piezas claves en este sistema, así como el meta Manolo Reina, que parece especializado en penaltis. El portero, de treinta y cuatro años y ex del Gimnástic de Tarragona, es una de las revelaciones de la Liga y ha parado cuatro de las once penas máximas que le han tirado desde que viste su nueva camiseta.
El encuentro en Pisuerga se presenta importantísimo, ya no solo por la validez de agarrar otros tres puntos, si no por el resto de los partidos que tendrán lugar en la misma sesión dominguera. A este duelo en la capital castellana se suma el de Osasuna contra el Alavés y el de el Leganés contra el Eibar, todos ellos planteles que aspiran a pugnar por los mismos objetivos.
En cuanto a posibles protagonistas, se espera un enfrentamiento con algunas rotaciones para evitar un cansancio excesivo tras unos días atípicos con jornada intersemanal. En Pucela parece segura la titularidad de Barba, cuyo papel ante los azulgranas fue cuanto menos discreto. El italiano tendrá la oportunidad de redimirse junto con un Toni que no viajó a territorio catalán y al que esta temporada aún le ha faltado deslumbrar con su enorme calidad.
También en el plantel blanquivioleta destaca la ausencia de Anuar, que no ha entrado en la lista, al igual que Fede San Emeterio que, aunque ya recuperado, tampoco ha entrado en la convocatoria. En el caso de los isleños, el apartado de bajas lo componen el defensa Babá y el mencionado Cucho.
Así, la lista de convocados es la compuesta por Jordi Masip, Lunin, Pedro Porro, Fede Barba, Kiko Olivas, Salisu, Moyano, Antoñito, Joaquín, Alcaraz, Míchel, Óscar Plano, Hervías, De Frutos, Toni Villa, Guardiola, Enes Ünal y Sandro.