Iñaki Bea es un tipo que engaña. Sus 185 centímetros y los tópicos que envuelven siempre a los vascos pueden hacer pensar en una persona con un carácter -solo- recio, pero es, también, muy emocional. Así lo demostró a su vuelta al José Zorrilla para enfrentarse al Real Valladolid Promesas como técnico de la Gimnástica Segoviana. Casi nada más terminar el encuentro, enfilaba esa cuesta que tantas veces ha bajado de Los Anexos con dirección a la sala de prensa, una distinta a la que conoció. Reconocía ya en ese momento lo cambiado que encontraba todo. Y vaya si lo está…
El que fuera central blanquivioleta militó en el Pucela durante tres temporadas, tiempo suficiente como para que lo llegase a considerar su casa. “Yo soy una persona muy emocional y pasional y a mí Valladolid me lo ha dado todo. Yo vine siendo un tío que venía del Lorca y jugué en Primera División gracias a esta gente”, indicó el que hoy es técnico de la ‘Sego’, que según fue cogiendo carrerilla fue capaz de bajar esa bola que se le hizo al inicio en la garganta y por la que casi se emociona al comenzar a hablar de su paso por la ciudad y el club.
Pucela es una familia muy especial, Pucela te marca. Y qué gran tipo es Iñaki Bea pic.twitter.com/m87cJd2pLk
— Real Valladolid C.F. (@realvalladolid) September 14, 2025
Para Iñaki Bea, esos tres años, en los que disputó 69 partidos oficiales, fueron “la mejor época” de su vida, una en la que coincidió no solo con Javi Baraja, su rival este domingo, sino también con otros jugadores como Borja, con quien me voy a enfrentar, como Álvaro Rubio o como Sisi, hoy ayudante de Almada. “El Real Valladolid es mi club y lo va a ser siempre. Teníamos un grupo de gente a la que en el club y en la ciudad nos trataron increíble. Hicimos un grupo increíble, aunque los inicios no fueron fáciles”, recordó el entonces central de Amurrio.
Entre todos los recuerdos que tiene, dejó salir uno a la luz, el del partido contra el Real Betis Balompié en el que el Pucela logró salvar la categoría in extremis, y que supuso su despedida. “Jugué 45 minutos y yo decía ‘madre mía si dependemos de este zoquete para salvar la categoría’… Ojalá el Real Valladolid tenga suerte y vuelva a Primera División. Es excesivo lo que está pasando, ser un equipo ascensor como en los últimos cinco años”, dijo un Iñaki Bea que vivió en sus carnes el salto de categoría a las órdenes de José Luis Mendilibar y dos salvaciones.
Bienvenido a tu casa, Iñaki pic.twitter.com/3G8srVBATm
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La broma de Javi Baraja sobre Iñaki Bea
El compadreo y la sintonía entre Iñaki Bea y Javi Baraja siguen igual que siempre, por más que hayan pasado más de 15 años desde que el vasco abandonó el club. Por eso, al llegar a la sala de prensa de Zorrilla, el actual técnico del Promesas bromeó con que sabía que se iba a poner así y con que no iba a estar a su altura, después de un intenso derbi, en el que el empate que reflejó el marcador final quizás fue lo más justo para los dos equipos, que se dejaron todo por la ambición de conseguir una victoria que diera continuidad a la de sus estrenos.
Esa llamada familia que fue el vestuario del Real Valladolid en aquellos tiempos ha traído el primero de los dos reencuentros con Zorrilla que habrá esta temporada, a donde volverá también Borja Fernández, curiosamente, rival del Promesas en la primera jornada. Son apenas dos de los varios entrenadores que han surgido del equipo de ‘Mendi’, a los que cabe añadir otros como Alberto López, Rafa López, Nano Rivas, Álvaro Rubio, Capdevila o Sisi, así como otros que tienen o han tenido otros roles y que siguen ligados al mundo del fútbol, caso de García Calvo, Pedro López, Alberto Marcos o Víctor Fernández.
