El entrenador habló de la realidad de su Promesas después de la derrota ante un experimentado Zamora
Al Real Valladolid Promesas le está costando sacar resultados en esta pretemporada. No es algo que deba preocupar, pues lo importante es ganar a la hora de la verdad, cuando haya puntos en disputa, pero encierra esta cuestión la realidad de una preparación atípica, condicionada por el primer equipo. Miguel Rivera es consciente de esta circunstancia y trabaja para combatirla, pero inevitablemente el proceso está costando.
En la última derrota frente al Zamora al filial se le atragantó “un rival con muchísima experiencia”, ante el cual generó ocasiones “muy claras”, pero que venció por un error a la hora de defender la pelota parada. El técnico lo achacó a la “falta de las tablas necesarias para competir con este tipo de equipos, competitivos, expertos y con un proyecto hecho para ascender”, aunque pareció echar algo en falta en sus pupilos. “Ya se lo advertí a los chicos, era una prueba para valorar la capacidad y las posibilidades reales del equipo. Hay muchos compañeros con el primer equipo, pero los jóvenes deben aprovechar el tiempo”, comentó.
No sonó a amenaza, sino a oportunidad. Porque el que Sergio González disponga de jugadores que a priori estarán en el B hace que otros puedan ganarse un sitio en los planes de Rivera. Y porque él sabe que “hay que comprenderlos, apoyarlos, seguir trabajando y tener mucha paciencia con ellos”.
Ahora bien, destacó el andaluz que algunos de sus futbolistas “tienen que cambiar” y que les está “costando mucho el tránsito de juvenil a esta categoría”, como se evidenció ante el Zamora CF. “Habíamos hecho la pretemporada pensando en otras cuestiones. Cada vez que hemos jugado aquí [por Zaratán] lo hemos hecho ante rivales muy poderosos y los chicos lo sufren”, reconoció el técnico.
Con todo, el entrenador sigue siendo optimista, porque sabe que, por ejemplo, Javi Baraja se encuentra en una situación similar, porque el mismo aluvión ha habido con las subidas de filiales al primer equipo que con juveniles al segundo. “Lo importante es que vayan aprendiendo”, considera Rivera, que sabe que cuando disponga de esos futbolistas que están arriba la situación será distinta. “El club está trabajando para que vengan compañeros. El futuro es esperanzador, a este equipo si lo consolidas con todo lo bueno que hay y los jóvenes…“, dejó en el aire al tiempo que esbozaba una sonrisa.
Así las cosas, en el tiempo que queda de mercado todavía falta por saber qué va a suceder, cuántos refuerzos pueden llegar. “Con los diez u once de arriba faltarían muy pocas cosas, pero va a depender de lo que llegue al primer equipo. Hay cuatro, cinco, seis fichas que pueden cubrir los jóvenes si quieren; tienen que hablar ellos. Igual no hace falta nada más, es algo que les propongo a los chicos como reto en el trabajo diario”, arguyó.
Y, para finalizar, ejemplificó con dos futbolistas que estarán seguro a sus órdenes: “Cuando llegó Apa, dijo ‘sí quiero’ y rápidamente fue competitivo. Pablo se ha musculado mucho y ha trabajado mucho su físico. Hay que seguir formando a los que vienen para intentar que con lo que tenemos y los que nos vienen ayudando desde abajo las cosas salgan bien”.