Ronaldo Nazário desaparece este jueves, definitivamente, de la vida del Real Valladolid. Realmente, lo hizo hace tiempo en casi todos los sentidos; mucho antes incluso de que Ignite Sports Spain comprara el club, pero todavía quedaba una cuestión jurídica: su desaparición del Consejo de Administración, que se ejecutará en la celebración de la Junta General de Accionistas de manera definitiva. Casualidad o no (más bien sí; si no le importaba lo que pasaba estando aquí, menos lo hace ahora), Ronaldo ha vuelto a hablar indirectamente del Real Valladolid en un evento de la Kings League.
“En la Kings League no tengo la presión que tenía en los clubes [como el Real Valladolid y Cruceiro]. Eso es lo que está marcando la diferencia en mi participación en el proyecto”, aseguró. Contrasta esta percepción con los hechos que rodearon a los últimos meses de Ronaldo como presidente, puesto que si bien desde hacía tiempo era clara y meridiana su intención de abandonar Valladolid -a todos los efectos, no solo física y moralmente, sino también desde el punto de vista legal-, durante ese oscuro periodo final se llegó a postular como presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol.
Ronaldo: donde dije digo…
En esta misma línea de contradicciones, Nazário continuó maleando su discurso sin tener en cuenta los hechos u otros que postulara en el pasado, como cuando aseguró que “siempre” había tenido “la voluntad” de unirse al proyecto de la Kings League, cuando en su día rechazó hacerlo. “Me permite estar conectado con la nueva generación. Forma parte de mi imagen seguir vinculado a los jóvenes que consumen fútbol en todo el mundo”, siguió con su explicación quien, por el camino, también tuvo sus ratos de stremeo, en una suerte de youtuber en plena madurez (algo en lo que tampoco duró).
Contrastan con muchas de sus declaraciones -siempre lo han hecho- esos intentos de ser alguien en el fútbol en una esfera diferente a aquella en la que lo fue (que, cada vez queda más lejos y en Valladolid se hace hasta duro recordarlo, pero como delantero lo fue). Porque, ciertamente, el fútbol es negocio y eso trató de hacer, pero como presidente. De ahí que también sorprenda que haya pasado de querer “dejar un legado” en Valladolid y en el fútbol brasileño a decir que “la Kings League es más divertida” que el formato original en el que jugó.
Presión… ¿comparada con qué?
Con todo, las últimas palabras de Ronaldo Nazário -sin verbalizar, en realidad, las palabras Real y Valladolid, igual que a Guillermo Almada le costó disculparse por su huida a Oviedo- recuerdan una vez más el poco realismo del que ha hecho gala con muchas de las cosas que han tenido que ver con lo que sucedía en Zorrilla, puesto que si la presión existía, él apenas la sintió, ya que rápidamente se hizo a un lado y dejó de aparecer y de comparecer ante los medios de comunicación locales, no fuera a ser…
No en vano, si alguien sintió la presión fueron los empleados que estuvieron en el día a día mientras tanto Ronaldo como varios de sus colaboradores más estrechos dejaban el club y la ciudad, poniéndose, seguramente, bajo un foco bajo el cual no deberían estar. Sea como fuere esa presión (de la que usted me habla) terminó hace tiempo y por fin, desde este jueves, su nombre será solo uno más del oscuro pasado que, desgraciadamente, ha pasado a decorar el del Real Valladolid en estas últimadas décadas.