Ronaldo Nazário ya es historia. Negra, triste, pero historia. A falta de que el Consejo Superior de Deportes acepte como definitiva la venta del Real Valladolid, el reclamo mayoritario de ‘Ronaldo go home’ que se convirtió en un emblema de la afición se ha terminado dando un 23 de mayo que para muchos quedará marcado como algo semejante a un ‘Día de la liberación’. No es para menos, puesto que el brasileño no estuvo ni a la altura de las promesas que hizo al llegar ni del legado que prometió dejar, caricaturizando el significando de dicha palabra. Su altura, a la postre, no ha sido mucho más alta que el betún. Cerrada una etapa (o a punto), caben hacerse muchas preguntas, que se pueden resumir en un “¿y ahora qué?”.
El grupo norteamericano
La primera incógnita a resolver en las próximas fechas es la identidad de quienes sustituyen a Ronaldo como máximos accionistas del Real Valladolid. Según se ha hecho público mediante el comunicado que confirma la transferencia del paquete mayoritario de las acciones, se trata de “un grupo de inversión norteamericano con el respaldo financiero de un fondo europeo”. Han sido en este punto tantos los rumores que ha habido con el paso de los años, y más en los últimos meses, que más de uno pensará que puede ser cualquiera. Dado que en el último partido en casa estuvo presente Gabriel Solares, intermediario de uno de los grupos interesados, puede que su presencia sea capital en la operación.
Del ascensor de Ronaldo a la estabilidad
Ronaldo Nazário compró al Real Valladolid recién ascendido a Primera División, donde no consiguió estabilizarlo, y, después de coger varias veces el ascensor, se deshace de él en Segunda División. Y esto no es baladí, ya que el tercer descenso habrá provocado que el producto se haya depreciado. Si otras veces el brasileño andaba pidiendo unos ochenta millones, la operación parece estar cifrada en alrededor de cincuenta. Más importante que el precio, para el futuro del club, es el hecho de que, en Segunda, y tras tantos desastres deportivos, la ayuda económica de LaLiga brillará por su ausencia, apenas hay activos (deportivos y de los otros) que vender… Por lo tanto, el primer reto de los nuevos propietarios será encontrar la suficiente estabilidad como para aspirar a volver a la máxima categoría a la mayor brevedad posible. Ojalá esto suceda en una sola temporada, pero…
Plantilla en derribo ¿y cantera?
En los últimos meses, en las oficinas del Real Valladolid se venía trabajando (en algunos despachos o algunas personas más que otras) con la convicción de que, pasara lo que pasase, el vestuario necesitaba -y sigue haciéndolo- una renovación profunda. La marcha de Robert Kenedy, en calidad de cedido, seguramente propiciada por las relaciones de los nuevos dueños con Pachuca, libera una cantidad importante de masa salarial, pero debe salir más gente con contrato, y no solo algunos de los que terminan. Dada la realidad que se asumía que sería la del club en los próximos años, se daba por hecho que subirían unos cuantos canteranos. Habrá que ver si los nuevos propietarios mantienen esta intención o prefieren otra cosa; algo, digamos, más próximo a los suyos (si es que pertenecen al mundo del fútbol como otros fondos propietarios de clubes en España, caso de Real Oviedo o Real Sporting).
Proyectos en el tintero
Aquella idea de Ronaldo de comprar Zorrilla parece ya lejana, pero hay otro proyecto que podría (o, de hecho, debería) ser retomado, como es la ciudad deportiva. Arrinconada por el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Valladolid, que si bien en público no cargó nunca contra Ronaldo –e incluso Jesús Julio Carnero lo defendió durante bastante tiempo-, era el gran enhelo no solo del anterior propietario, sino también del resto de la estructura, puesto que casi cualquier club profesional que se precie tiene más medios e instalaciones que el Real Valladolid. En este sentido, ahora que Ronaldo went home, hay que ver qué dosis de realidad y ambición tienen los nuevos dueños, y si son delirios de grandeza o palabras vacías como los del anterior. Como quiera que el alcalde ha puesto el foco a menudo en el cerramiento del estadio, está por ver si los puentes se tienden para que pueda llevarse a cabo un proyecto que, en cualquier circunstancia, tiene bastante más de ensoñación que de realismo.