El exentrenador de Real Valladolid Promesas, Celta B o UCAM Murcia habló en ‘Charlas en casa’ de la importancia de rasgos como la observación o como la autenticidad para ejercer un buen liderazgo
La magia del fútbol está en que no es una ciencia exacta. En tanto en cuanto el pie no es una extremidad prensil, atrapa por lo a veces azaroso del balón, a pesar de que jugadores o técnicos trabajan en pos de reducir esa cuota y de aumentar la de previsibilidad en su favor. Esta labor conjunta es mejor –por norma– cuanto mejor lo sean las sinergias que se crean entre los artistas, protagonistas a la sazón como si los futbolistas fueran Leo DiCaprio encarnando a Rick Dalton y los entrenadores Brad Pitt, en la película, sus dobles en las escenas de peligro.
El film de Quentin Tarantino ‘Érase una vez en… Hollywood’ demostró cómo los distintos egos pueden ponerse al servicio de un resultado sin titubeos. En dicha película, Brad y Leo se mejoraron, como tratan de mejorarse en el fútbol sus intervinientes, aunque a veces haya recelos o se susciten dudas. Para que estas puedan ser las menores, o incluso inexistentes, es necesario ejercer un buen liderazgo, algo que vertebró la charla de Rubén Albés sobre gestión de vestuario en este portal.
En su opinión, a la hora de interactuar con los futbolistas es importante “obligarles a salir de la zona de confort, la sinceridad, para que no te puedan haber reprochado que no lo has sido, y el cariño, porque antes que futbolistas son personas”. Junto a esos tres elementos, el técnico gallego cree mucho “en la observación” y en que parte de su trabajo es “intentar conocer exactamente la persona que está enfrente” de cara a conectar y a sacarle su máximo rendimiento. “Esta es la parte más complicada, lleva tiempo y requiere de talento”, incide Albés.
A su juicio, dentro de tipo de liderazgo que se ejerza, por encima de todo, “es importante la autenticidad”, dentro de la cual nacerá dicho liderazgo, puesto que “uno no puede pretender parecer lo que no es” a la hora de interrelacionarse con el vestuario. Asimismo, no hay que dejar de tener en cuenta otro tipo de liderazgos quizás menos formales y que recaen sobre jugadores dentro del grupo u otros matices como la individualización con cada futbolista para buscar su rendimiento ideal. “Hay que tratarle como querrías ser tratado como jugador, aunque dentro de esa individualización, hay unas líneas rojas que nadie puede sobrepasar, porque supone una falta de respeto a la profesión o a la lealtad del grupo”, contrapone el técnico.
Este, como gestor del grupo, es quien debe tomar “decisiones muy difíciles” que privan al jugador “de la parte más bonita de su profesión”, si bien los entrenadores están por encima de los futbolistas solo por cargo, cuando realmente están por debajo porque dependen de ellos, como vino a afirmar una vez Pep Guardiola. Rubén Albés no es ajeno a esta circunstancia, y siempre ha considerado que hay dos maneras de liderar: por miedo y por convencimiento. “Yo siempre intento hacerlo por convencimiento, porque en mi vida considero que la mejor manera de hacer las cosas es con emoción, y que la emoción es igual a un mayor rendimiento”, indicó.
Con todo, hay que tener siempre en cuenta diferentes factores que externos que influyen en el convencimiento del grupo, además de los resultados, como son el punto de partida del entrenador, basado en ocasiones en su ascendencia y su experiencia como jugador o como entrenador, el entorno del club o en el del propio futbolista, además de los propios grupos que puedan crearse en el vestuario.
Y aunque en todos uno intente ser fiel con sus ideas, es mejor no morir que morir con ellas obviando que cada vestuario es diferente y que “puedes ser un buen entrenador y no ser capaz de conectar con un grupo o convencer a otro” sin que los resultados acompañen, tal y como señaló Albés. “Lo superior sería que mataran por ti; cuando encuentras sinergias entre los futbolistas y el cuerpo técnico y van a ciegas los unos con los otros. Esos equipos son considerados de éxito, porque todo el mundo los recuerda como vestuarios muy potentes”, destacó el que fuera entrenador del Real Valladolid Promesas entre otros muchos aspectos.
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