El técnico naranja echó de menos la garra del equipo mostrada en otras ocasiones y destacó la aportación de Murita y Carolina, en su debut en el Saso
Si Rubén Jiménez se caracteriza por algo es por reconocer las cosas tal y como son o, al menos, como él las siente. No iba a ocurrir nada distinto tras la derrota del Madrid B, que dejó tocado al técnico naranja después de ver cómo su equipo no mostraba ni mucho menos su mejor versión ocho días después de perder duramente ante el Tacón.
Entre otras cosas, achacó el mal partido a la falta de jugadoras por lesión, que venían arrastrando una gran dinámica como Carla o Maka. “En partidos importantes como este hacen más falta que nunca jugadoras que, sin garantizar la victoria, sí obligan a que el equipo permanezca vivo“, señaló en referencia a la central, que se echó de menos este domingo.
Porque, de nuevo, al Parquesol le faltó entrar al encuentro a la hora y desaprovechó una primera mitad donde no salió del mero tanteo al rival. “No se trata de miedo, pero es como si en la primera parte las chicas salieran tranquilas y en la segunda buscaran una respuesta”, explicó, y sentenció que “las ganas que uno tenga en el campo serán las que definan lo que haces”, con respecto a la falta de actitud el equipo en algunos tramos del partido.
No obstante y como buena noticia, debutó Murita de una forma más que notable. “Ha ido de menos a más. Ha jugado de lateral pese a no ser su posición natural y consiguió estabilizar y mandar en el centro del campo cuando se requería ese orden”, aseguró, a la vez que también destacó la labor de Carolina, que se estrenó como goleadora naranja: “Si trabaja arriba y tiene su espacio nos va a aportar mucho”.
Con todo, ahora el Parquesol visitará el difícil campo del Alhóndiga con un único objetivo: regresar a la senda del triunfo y a las buenas sensaciones. “Teníamos el miedo de entrar en esta dinámica. Ahora el equipo tiene que reiniciarse y volver a creer“, apuntó, y recordó que “el objetivo de las naranjas es la Primera B” y que para lograrlo será necesario “mantener al quinto lo más lejos posible”.