Los dos hombres fuertes del vestuario del Real Valladolid señalan que no cabe otro objetivo que el ascenso, si bien recuerdan la dificultad que entraña una competición tan larga como la Segunda División

La habitual charla de bienvenida del entrenador retrasó la primera sesión de la pretemporada e hizo que, en contra de lo que estaba previsto, Álvaro Rubio no hablase antes de ese primer entrenamiento. Venía de renovar y es el jugador más veterano del plantel, de manera que había ganas de escucharle. Y, tras el segundo entreno, habló. No solo él, sino también otro jugador con galones, un Jesús Rueda que es, con el riojano, uno de los pesos pesados del vestuario.
Aunque el Real Valladolid anunció que el mediocentro había firmado por dos años, en su prórroga hay un matiz, y es que, en puridad, lo ha hecho por un año, con un segundo opcional en caso de que juegue más de veinticinco partidos, una cuestión que es, a día de hoy, prácticamente baladí. “Tengo mucha ilusión, físicamente me encuentro muy bien y pienso seguir jugando hasta que no sea así. Estoy muy contento; se han dado las cosas como queríamos, tanto el club como yo. Estoy muy a gusto en Valladolid”, reconoció Rubio.
Sin obsesionarse, como mandan los cánones —y como pidió Rubi en su presentación–, el centrocampista logroñés dejó claro que, en su opinión, “no cabe pensar en otra cosa que no sea el ascenso”, dado que “el club merece estar en Primera División”. No solo el club, sino también la afición, de quien destacó el buen trato del año pasado y que el equipo quiere “que disfruten” en el que comienza.
Esto no ha hecho más que arrancar, pero el jugador más veterano del plantel ha visto “a la gente con mucha ilusión” y a los que ya estaban “con ese pelín de rabia por lo que pasó el año pasado”. La primera toma de contacto con los recién llegados “ha sido buena”, manifestó, así como las sensaciones primeras, generales y con respecto al nuevo entrenador. “Me han hablado muy bien de él y de la gente que trabaja con él. Creo que va a ser un buen año”, concluyó.
En una línea de opinión similar se vio a Jesús Rueda, quien explicó que estas primeras sesiones sirven para ir poniéndose “poco a poco al mismo nivel físico”, a la vez que suponen un primer acercamiento al ideario de Rubi. “En estas primeras horas, el cuerpo técnico se ha mostrado muy cercano. Dan mucha prioridad a las posesiones en espacios reducidos, hay mucho trabajo con balón y muchos ejercicios diferentes; estas primeras sesiones están siendo muy amenas”, declaró.
Al igual que Álvaro Rubio, afirmó que ha visto a los fichajes que han llegado hasta ahora “con mucha ilusión, entrenándose bien, y sabiendo que vienen a un equipo que va a luchar por el ascenso”, una tarea en la que deben fajarse, aunque ardua. “La Segunda es una competición que está muy pareja, a nivel económico todos los equipos estamos apsando muchas penurias, ninguno sobresale sobre los demás. Son 42 jornadas en las que en dos partidos estás abajo y en tres estás arriba. Será clave empezar bien y estar todos juntos cuando haya momentos malos”.
Suenan a tópico estas palabras, pero no cuando son de capitán, de una de las voces autorizadas del vestuario. Algo que valora así: “Poco a poco nos vamos haciendo mayores y nos toca ayudar a los nuevos en la adaptación, tanto a los que vienen de fuera como a los canteranos. Los del filial se han ganado en el campo las oportunidades, que entrenen como vienen haciendo y se ganen la plaza en el primer equipo, que se les va a tratar como si fueran uno más”, aseveró.
