Pensar en el mantenimiento del coche, solemos pensar en lo básico: revisar aceite, frenos, estado de la batería… y neumáticos. Esa última parte de nuestro vehículo es importantísima, ya que es uno de los elementos esenciales para tener seguridad en la carretera. Los neumáticos no solo deben estar bien a nivel físico, debiendo revisar la estructura de los mismos y evitar que puedan tener imperfecciones, grietas o, incluso, algún material adherido que pueda provocar un reventón, sino también vigilar la presión.
Aunque la medida ideal oscila entre los 2 y 2.5 bares de presión, lo cierto es que cada empresa fabricante especifica qué nivel de presión es la adecuada para nuestro vehículo. Esta medida de la presión es esencial para conocer la salud de nuestros neumáticos y, por ello, debemos cuidar mucho que cualquier variación de la presión de nuestras ruedas pueda variar y, sobre todo, estar en zonas en las que la vitalidad de los neumáticos pueda resentirse. Para evitarlo y tener en cuenta la necesidad de nuestros vehículos, os traemos una guía útil para poder asegurarte de que las ruedas de tu coche estén al cien por cien.
El desgaste es más importante de lo que parece
Aunque parezca que no, hinchar mucho el neumático también es algo peligroso, pues la presión del mismo se concentra en el centro y el caucho puede resentirse de manera seria, pudiendo provocar que perdamos tracción en alguna curva exigente y que lleguemos a empezar a notarlo, incluso, en el bolsillo, siendo el rodaje en esas condiciones una de las cuestiones que podrían provocar el cambio de los neumáticos mucho antes de lo previsto.
La amenaza de los reventones
De hecho, aunque solemos asociar un reventón a que las ruedas puedan tener baja presión, el exceso también puede conducir a una de estas engorrosas situaciones que, en el peor de los casos, puede llevar a provocar un accidente. Con el calor, los trayectos largos o la misma velocidad elevada, las fisuras pueden derivar en un reventón repentino, poniendo en peligro a quienes viajen en el vehículo.
El agarre marca el riesgo al circular
Además del desgaste y del posible riesgo de reventón, a la hora de circular debemos saber que es muy importante tener en cuenta que el agarre es parte fundamental para poder rodar con cierta seguridad y conducir con cierto confort.
La realidad es que conducir o no con la presión perfecta puede repercutir en nuestra conducción y en la facilidad de manejar el vehículo en carretera, además de no garantizar las distancias de frenado y ponerte en peligro a ti y a quienes puedan estar alrededor. Las vibraciones, la reacción en superficies irregulares y la pérdida de adherencia son factores clave para que las ruedas se comporten como deben, algo que puede repercutir, incluso, a que la suspensión no sea eficiente.
Guía rápida para la salud de nuestras ruedas
Si quieres tener un compendio de las mejores recomendaciones para poder revisar de cuando en cuando la salud de tus neumáticos y ruedas, te lo ponemos bien fácil, con una serie de consejos para llevarlo todo al día y no caer en errores que puedan minimizar la seguridad al volante. Son cinco claves básicas que no debes olvidar para prevenir cualquier problema:
- Comprobar las medidas recomendadas por el fabricante
- Comprobar la presión en frío, para evitar lecturas artificiales
- Revisar la presión con un nanómetro oficial y fiable, al menos, una vez al mes
- Ajustar según la carga de tu coche (especialmente si llevas maletas, vais muchos en el coche o es un viaje largo)
- Cambiar los neumáticos si observas imperfecciones, deformaciones o daños muy irregulares
