El Promesas es el primer equipo que cambia de entrenador esta temporada, aunque el Lorca Deportiva y Extremadura efectuaron relevos en los banquillos antes del inicio de la competición

Desde este martes, Carlos Pérez Salvachúa deja de ser entrenador del Real Valladolid Promesas. El pobre bagaje del filial –un punto de quince posibles– en este arranque ha convertido al ya ex-técnico blanquivioleta en el primer entrenador destituido en Segunda B durante el transcurso de la competición.
Sin embargo, antes que Salvachúa hubo dos precedentes en la categoría. El uno de agosto, el Extremadura UD anunciaba que Sabas dejaba de ser entrenador del conjunto extremeño.
A pesar de haber conseguido la permanencia la temporada pasada, su maltrecha relación con la directiva terminó de romperse con sus insistentes demandas de fichajes para reforzar la zaga. Su sustituto fue el técnico del filial, Agustín Izquierdo, que actualmente tiene al equipo sexto con diez puntos.
Más sangrante fue el caso del Lorca Deportiva, que a diez días del inicio de la competición destituyó a Galiana, quien había conseguido devolver al conjunto murciano a la categoría de bronce del fútbol español. Nuevamente, la falta de confianza de la directiva fue el detonante de un cambio que, sin embargo, no ha traído nada bueno: los lorquinos son colistas con dos puntos.
Ampliando el abanico a categorías superiores, Carreras tiene el dudoso honor de ser el primer entrenador destituido durante la disputa del campeonato en Primera, Segunda y Segunda B. El catalán, que había llegado al Nàstic de Tarragona este verano, solo consiguió un punto en cuatro jornadas. El testigo lo recogió, de manera interina, Rodri, que debutó la semana pasada con un contundente 3-1 ante el Albacete.
Salvachúa se convierte, por ende, en el segundo técnico de las tres categorías en abandonar su puesto en esta temporada 2017/18. Su sustituto, Miguel Rivera, tiene por delante la difícil tarea de revertir la situación de un Promesas que preocupa en números y, sobre todo, en sensaciones.
