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Sandra Lleida, influencer: “Por qué dejé la gran ciudad para irme a vivir a un pueblo de 100 habitantes”

por Miguel R. R.
29 de octubre de 2025
Sandra Lleida, influencer: "Por qué lo dejé gran ciudad..."

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En esta vida hay quien se considera urbanita y lo es para toda la vida y quien, como Sandra, un buen día se cansa del mundanal ruido y decide trasladarse al campo. La joven influencer ha conseguido adquirir relevancia a través de redes sociales solo unos meses después de tomar la decisión de su vida y acumula más de 55.000 seguidores en apenas unos meses en sus cuentas, que firma como @sandinthesun.

Entre sus publicaciones, la más viral es en la que explica las razones que le hicieron cambiar Madrid por un pueblecito del Pirineo aragonés con apenas 100 habitantes. Lo hizo después de sentirse “tan atrapada que sentía que tenía que salir de ahí”.

Sandra explica que se independizó con 22 años. Vivió “toda la vida en una ciudad relativamente pequeña cerca de Barcelona” y estudió periodismo, y mientras estudiaba, trabajaba también para ganarse un dinero. Vivió “la vida universitaria al máximo” y sentía “mucho FOMO”; no se perdía ningún plan. Durante este proceso, encontró trabajo en Madrid; “una oportunidad buenísima trabajando para unos youtubers“, pero “prácticamente lo único que hacía era trabajar”.

Y aunque le “encantaba” su trabajo e inicialmente se sentía realizada y cobraba bien, se centró tanto en eso que olvidó lo más importante. “Me olvidé de mí. Estaba siempre trabajando o pensando en el trabajo. Desarrollé muy malos hábitos alimenticios, no hacía nada de deporte y no cuidé mi salud mental”, continúa narrando.

Su 27 cumpleaños, un punto de inflexión para Sandra

Lo que inicialmente parecía un cuento se había convertido en algo que “no era sostenible en el tiempo”. “Empecé a sentir que me ahogaba y a no sentir satisfacción con ningún proyecto. Terminé con un burn out de caballo, que me bloqueó y me llevó al límite. Me sentía tan atrapada en Madrid que sentía que tenía que salir de ahí”, dice.

Y así lo hizo: volvió a casa, a vivir con su padre, y cuando empezó a recuperar sus hábitos y su salud mental, sintió que empezó a recuperarse a sí misma. Lo hizo, en parte, gracias a los viajes que emprendió, que le sirvieron para darse cuenta de que “el camino que había seguido no era el que quería”.

Y entonces, llegó el punto de inflexión: su 27 cumpleaños. “Vine a los Pirineos aragoneses a pasar un fin de semana y no sé lo que pasó dentro de mí, pero me dije ‘este es mi sitio’. Ese mismo fin de semana empecé a preguntar por la vivienda y el trabajo, y me contaron que, al ser una zona turística, hay mucho trabajo y vivienda más asequible que en Barcelona”, explica Sandra, quien, para entonces, trabajaba en un supermercado con el fin de ahorrar de cara a una eventual mudanza.

Entonces, una chica contactó con ella en Instagram para hablarle de una casa que había disponible en su zona y, como diría aquel, dicho y hecho: “En un menos de un mes estaba instalada en mi nuevo hogar con Jack [su perro]”.

“La vida volvió a encajar”

Ese cambio desde la gran ciudad hasta un pueblecito del Pirineo aragonés permitió a Sandra Lleida sentir que todo “volvía a encajar”. Y es que, aunque a sus más de 55.000 seguidores les cuenta también alguna que otra contrapartida de este cambio, como son algunos momentos de soledad o como puede ser el hecho de que, en adelante, con el cambio de estación, haya más dificultades para el ocio o más frío, hoy es una influencer que sonríe a la vida después de encontrar su lugar en el mundo (uno que comparte a menudo).

“Lo primero que hago nada más despertar es salir a caminar por la montaña y desayunar con calma al volver a casa. Tengo más tiempo que antes para jugar con mi perro y para cuidar de mi cuerpo. Y también trabajo, pero ahora el trabajo no es el centro de mi vida”, asegura entre vídeo y vídeo; no solo suyo, sino también de esos creadores de contenidos para los que trabaja. En definitiva, Sandra explica que, en el pueblo, “notas la paz que hay en la gente y en el ambiente”, algo que le ha permitido volver a conectar consigo misma.

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