La dirección deportiva del Real Valladolid trabaja estos días con la clara intención de que salgan varios jugadores que permitan aligerar los problemas existentes con el límite salarial y fichar a otros que, sin perder potencial -o perdiendo el mínimo posible-, se adecúen más a las necesidades económicas del club. Uno de los señalados para irse es Mamadou Sylla, quien enfila la puerta de salida y muy posiblemente abandonará Zorrilla en las próximas fechas para emprender rumbo hacia un nuevo destino. Se cumpliría así el deseo de todas las partes de romper por anticipado su contrato, que le une al Real Valladolid hasta el próximo 30 de junio de 2026.
No en vano, Sylla contaba desde hace meses con ofertas para irse y había manifestado a su entorno la idea de marcharse antes incluso de que terminara la fatídica temporada pasada, en la que fue uno de los futbolistas de mayor rendimiento y también uno de los más sufridores, puesto que el difícil contexto puso a prueba su entrega y profesionalidad. Días como el partido del Villarreal, en el que hubo una fuerte discusión entre compañeros en el vestuario mermaron al delantero hispano-senegalés (como a otros como Anuar), que hablaba entonces con su gente cercana, al término del encuentro, de ese deseo de dejar atrás cuanto antes lo que estaba viviendo.
Una separación madurada
Según ha podido saber Blanquivioletas, Sylla se habría despedido de sus compañeros este lunes, antes de iniciar la preparación del partido que el Real Valladolid jugará el viernes en Castellón. Lo hace después de semanas en las que ha meditado su futuro, en las que no estuvo del todo claro que fuera a marcharse, puesto que ha habido momentos en los que valoró la posibilidad de quedarse, una vez se abrió una nueva etapa, con una nueva propiedad, una nueva dirección deportiva y un nuevo entrenador. Sin embargo, en el horizonte podría tener un último gran contrato, pues ofertas de destinos exóticos no le faltan. Entretanto, incluso fue convocado para el debut contra el Ceuta.
No en vano, no se trata, ni mucho menos, de un descarte; o no al uso. Igual que sucede con Javi Sánchez, existe la creencia de que su adiós vendría bien, toda vez que la renovación que firmó después del anterior ascenso tiene un difícil encaje en lo económico en el contexto actual, pero, como el madrileño, y al contrario que el cada vez más incómodo Selim Amallah, se cree que en lo deportivo podría tenerlo, y de ahí que Guillermo Almada no prescindiera de él de cara a su primera convocatoria oficial ni siquiera cuando venía de lesión, una que le tuvo al margen del equipo durante parte de la pretemporada recién concluida.
Sylla, goleador del ascenso y récord personal en Primera
De terminar de concretarse el adiós de Sylla, como parece que sucederá, se confirmaría el adiós del delantero que materializó el gol del último ascenso a la máxima categoría, aquel tanto de penalti frente al Fondo Norte que tanta alegría trajo antes de la penumbra y en medio del ruido constante por el díscolo Pezzolano, a quien ni siquiera el tanto marcado por el ariete salvó de escuchar la petición de dimisión, y por el deseo de vender del funesto Ronaldo Nazário. Sus ocho goles los premio Domingo Catoira con una renovación merecida, pero quizás algo desmesurada, a tenor de la situación económica del club y de lo que había hecho antes en Primera.
No obstante, en LaLiga EA Sports marcó cinco goles, más que nunca antes, un récord personal que sirvió de poco en lo colectivo. Fue el atacante con un rendimiento más sostenido, al margen de Raúl Moro, e incluso hizo la hombrada de jugar con máscara, forzando y jugándose el físico, después de que Dani Vivian le rompiera la mandíbula en el partido frente al Athletic Club, un esfuerzo que fue -y es- de agradecer, pero que parece no ser óbice ni tabla de salvación para un adiós que, aparentemente, es cuestión de tiempo.