Sergi Canós Tenés volvió a vestirse de corto en un encuentro oficial el pasado fin de semana, en lo que supuso su debut en competición con un Real Valladolid en el que solo había jugado en el partido de entrenamiento ante el Salamanca. No es que haya pasado tanto de la última vez, por tanto, pero parece todo un mundo, teniendo en cuenta que el exigente método de Almada le ha hecho sufrir en estas primeras semanas como blanquivioleta, en las que no solo esperaba, sino también una afición que desea ver jugar a los fichajes que llegaron este verano.
Incluso a aquellos que quizás no hayan generado una gran expectación, como, para ser sinceros, es el caso. Los precedentes lastimeros de futbolistas llegados a préstamo por el Valencia, Cenk y Cömert, integrantes del año desastroso que dio con los huecos del Real Valladolid en Segunda División, así como el poco protagonismo de Tenés a orillas del Turia en los últimos tiempos, trajo consigo el recelo en la operación, como si de haber sido de otra manera hubiera podido recalar en LaLiga Hypermotion un jugador al que Víctor Orta tenía controlado.
Tenés y la flotación en tres cuartos de campo
Cuando entró al tapiz, el futbolista castellonense lo hizo como mediapunta, en el jugar de Ponceau, quien no había entrado demasiado en juego en esa posición llamada a aportar esa pizca de talento que al Real Valladolid le está faltando en campo contrario. En aproximadamente la mitad de tiempo del que estuvo sobre el césped el franco-angoleño, Tenés contactó prácticamente las mismas veces con el balón -27 frente a 32- que él y casi en las mismas intentó hacerlo con sus compañeros -19 pases intentados frente a 23-. Le faltó volumen de acierto en esta faceta -un 79%, frente a un 87%-, pero generó más tiros -dos frente a uno-.
Esta primera experiencia la salpimentó con movilidad, primero, y con intención después, cuando pasó a jugar en banda al decidir Guillermo Almada acabar con dos delanteros después de dar entrada a Jorge Delgado. Como diría aquel, a la fuerza ahorcan, ya que el resultado apremiaba, y no se puede decir que errase el técnico si uno tiene en cuenta el número de centros totales (34) y el de disparos (18). Lo del acierto es harina de otro costal, que no debe ir en el debe de un debutante que, sin tener un grandísimo impacto en el juego, animó a la esperanza si es capaz de empastar y encontrar la cadencia que buscó frente a la Cultural.
El último en entrar en el exigente reparto de Almada
Esa exigencia que tiene el sargento Almada con sus jugadores, que ha hecho que a todo aquel que llegaba una vez la preparación había arrancado le haya costado (o esté costando) entrar ha demorado prácticamente un mes la entrada del que ha sido el vigesimocuarto futbolista utilizado por el entrenador. Sin pensar demasiado, dado que van siete jornadas de LaLiga Hypermotion, uno puede pensar que son demasiados, y sí pero no, puesto que hay equipos en los que han formado más; concretamente, el Granada (28), el Málaga (26), el Real Zaragoza (26), Ceuta (25), la Cultural Leonesa (25), el Córdoba (25) y el Castellón (25).
A cambio, el técnico del Real Valladolid está entre los que menos reparten los minutos entre sus jugadores, dado que solo 16 han disputado 90 minutos o más (al menos, el equivalente un partido completo). El Burgos de Luis Miguel Ramis y el Real Sporting de Gaizka Garitano son los únicos conjuntos a los que supera el pucelano, que iguala en esta particular tabla con el Leganés de Paco López. Está, así pues, por debajo de la media actual de la categoría, que se sitúa en 18,7, mientras que la de jugadores utilizados hasta el momento es de 23,6.