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Tenés, ¿por dentro o por fuera?

Guillermo Almada piensa en el rol del castellonense, más cercano al eje del ataque, con la intención de que sea un comodín en el enganche

por Miguel Ruiz
10 de octubre de 2025
Tenés Valladolid

Foto: Real Valladolid

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Guillermo Almada lleva semanas dándole vueltas a un matiz táctico que podría redefinir la fisonomía ofensiva del Real Valladolid. La idea, todavía en fase experimental, apunta a situar a Sergi Canós Tenés más cerca del eje en su 1-4-2-3-1, desplazándolo de la banda hacia una zona interior en la que su influencia pueda crecer.

La maniobra no es menor, pues con ella pretende liberar los costados para que Stipe Biuk y Peter Federico ganen metros y desequilibrio, al tiempo que el ‘7’ actúa como enlace entre la medular y el frente de ataque. Un cambio de matiz que busca más dinamismo sin alterar la identidad vertical que caracteriza al conjunto y poder cubrir la baja de jugadores más de ese enganche como Chuki o Julien Ponceau.

Lo que está claro es que Almada ha detectado que, en ciertos tramos, el equipo domina el balón pero le cuesta encontrar profundidad y capacidad para generar jugadas de peligro. Su objetivo es generar líneas interiores más fluidas y aprovechar la lectura táctica de Tenés, un jugador que interpreta con precisión los espacios entre líneas y que recorre con precisión la frontal del área rival.

Tenés Valladolid
Tenés, en su debut en el Real Valladolid | Foto: Real Valladolid

Al reubicarlo hacia dentro, el técnico uruguayo busca que el balón circule con más sentido, que las posesiones sean menos previsibles y que los extremos dispongan de más margen para atacar a los laterales rivales. Una idea, sencilla en apariencia, que pretende conectar mejor esa elaboración ofensiva a través de un perfil híbrido, capaz de alternar creatividad y verticalidad por dentro y por fuera.

Un triángulo ofensivo con Tenés por dentro

Ese posible nuevo rol de Canós Tenés reordena la estructura ofensiva del equipo. En la línea de tres por detrás del delantero, el castellonés actúa como mediapunta desplazado, recibiendo en zonas interiores pero con libertad para abrirse o caer al espacio. Su presencia por dentro ofrece una referencia adicional para los mediocentros y genera un triángulo natural junto a Biuk y Peter, más liberados para encarar.

El movimiento también potencia su participación emocional. Tenés es un jugador que necesita estar en contacto con el balón; pegado a la cal, su incidencia dependía de los desbordes o los centros, mientras que por dentro se multiplica su influencia en la construcción. Desde esa zona puede orientar el juego, acelerar las transiciones o enlazar con el punta. Almada busca justamente eso: un jugador que piense y ejecute, que ordene el ataque y evite que el equipo se atasque cuando la posesión se vuelve estéril.

La importancia del contexto y la versatilidad

Pese a la tendencia a centralizarlo, Almada no planea eliminar su versión de extremo. Tenés sigue siendo un futbolista útil por fuera, capaz de romper en el uno contra uno y de generar superioridades con los laterales. En partidos cerrados o ante rivales que protegen mucho el carril interior, su regreso a la banda puede ser clave para abrir el campo y estirar líneas. Lo que busca el técnico no es un cambio definitivo, sino una alternancia funcional para que el jugador pueda flotar entre posiciones según la necesidad del partido. Esa ductilidad táctica, en la que la pizarra se adapta al contexto, es una de las señas de identidad del entrenador uruguayo.

Tenés Valladolid
Tenés, en un entreno con el Real Valladolid | Foto: Real Valladolid

Claro que toda variación tiene riesgos. Cuando Tenés se interna, el lateral debe decidir si proyectarse para mantener la amplitud o quedarse en retaguardia para no desproteger la banda. Los mediocentros, a su vez, deben ajustar la altura para cubrir los espacios que deja su compañero y evitar descompensaciones. Almada insiste en el equilibrio, para que cada movimiento individual genere un beneficio colectivo. Si el engranaje responde, el equipo puede sumar riqueza sin perder solidez. Si no, el plan se volverá vulnerable en transición.

El resultado final puede llegar a ser una versión más flexible de un sistema que busca ser camaleónico. Biuk y Peter encuentran libertad para desplegar sus virtudes, los mediocentros suman un apoyo creativo más, y el equipo gana variantes sin alterar su esencia competitiva. Almada no pretende reinventar su libreto, sino perfeccionarlo a partir de detalles. Y en ese tablero, la posición de Sergi Canós Tenés puede convertirse en el pequeño ajuste que marque la diferencia entre un ataque previsible y uno capaz de sorprender desde cualquier punto del campo.

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