A pocos días de despedir el año 2025, la noticia de la llegada de Luis García Tevenet abre nuevo espacio para la pregunta que, a estas alturas, todo aficionado blanquivioleta se está haciendo: ¿Cómo jugará el Real Valladolid con él? La duda es razonable. Toda novedad lleva consigo una serie de cambios que no todo el mundo acoge con las mismas ganas y no siempre tenemos pistas de sobra para entender qué será el equipo con un nuevo técnico.
En este caso, lo razonable es intentar tener la mayor información posible y, sobre todo, tratar de hacerse una idea de lo que puede ser esta nueva etapa del conjunto blanquivioleta, ya con la certeza de que el nuevo capitán de barco, a partir de 2026, será el sevillano. Imaginar lo que será su equipo es la lógica reacción tras su fichaje, antes de que la verdad nos empuje a ver cómo empieza a hacer el equipo suyo contra el Racing de Santander, en el que será su primer encuentro al frente del Pucela y ante su nuevo público, soberano en el José Zorrilla.
El camino hasta Valladolid de Luis García Tevenet
Más allá de su carrera como jugador, conocida seguramente por los amantes del fútbol de finales de los noventa y principios de los dos mil, Tevenet ya tiene a sus espaldas un largo recorrido y experiencias que han moldeado el tipo de entrenador que es. En ese camino, ha ido puliendo un tipo de identidad que ahora deberá ser la del Real Valladolid. Como entrenador, Tevenet se define como “exigente y cercano”, pero mirando su pizarra deberíamos poder saber mucho más.
Si como futbolista fue un delantero técnico, con inteligencia para encontrar la vía al gol en el área, como entrenador su trayectoria ya le ha llevado por múltiples escenarios en los que ha podido enfrentarse a la siempre dura realidad de encontrarse a sí mismo. Cogiendo las riendas de su carrera como técnico donde decidió colgar las botas, fue en el Orihuela CF donde comenzó a dar sus primeras órdenes como entrenador en el año 2008. Desde entonces son varias las canteras y filiales donde ha ido marcando su identidad.
Orihuela, Jeréz Industrial, Sevilla FC (como segundo), San Roque de Lepe, UCAM Murcia, Cartagena, Huesca (primera experiencia en Segunda División), Hércules, Sevilla Atlético, Atlético Levante, Atlético de Madrid B, Atlético de Madrid (junto al ‘Cholo’ Simeone, de asistente) y Botafogo (como segundo de Davide Ancelotti) hasta llegar a Valladolid. Es en la ciudad pucelana donde asume este nuevo y duro reto para tratar de plasmar su idea en una plantilla del Pucela que, desde el día 23 de diciembre de este fatídico año 2025, es ya la suya.
La identidad táctica de Tevenet
No es un secreto que gran parte de la relación que ha tenido Tevenet con la élite futbolística ha sido como asistente y no como primer entrenador. Más allá de esos banquillos en Segunda División con Huesca y Sevilla Atlético, sus flirteos con el máximo nivel siempre llegaron como segundo entrenador, algo que puede dar una falsa sensación de falta de preparación. No es el caso con el sevillano, que tiene un abanico de recursos muy definido y que ha sabido ir robando ideas a lo largo de toda su carrera, como futbolista y también como entrenador.
Tevenet es un técnico apasionado por el pressing y la voluntad de ir al ataque siempre, conservando, eso sí, la estructura táctica que permita defenderse cuando sea necesario. En otras palabras, al nuevo técnico del Pucela le gusta mandar, atacar y presionar, pero sin convertirse en “kamikazes”, como él mismo comentó en la entrevista tras el anuncio de su fichaje. Utiliza, de manera natural, múltiples sistemas, aunque tiene cierta cercanía al 1-4-2-3-1 y el 1-4-3-3, aunque, como ya hemos dicho, rechaza un dogmatismo que no le permita explorar todo el potencial de su plantilla. El equilibrio con esos sistemas le permite defender y atacar con coherencia, apoyándose en varios pilares en cuanto a su idea de juego.
En salida de balón, Tevenet insiste mucho en salir jugando sin obsesiones, pero con la suficiente claridad para intentar atraer y romper líneas de presión mediante el pase. En este sentido, Tevenet siempre ha intentado manejar bien esta parte para facilitar la cohesión estructurada de las líneas y buscar la circulación rápida para evitar la natural fijación de marcas por parte del rival y la posible inconsistencia asociativa en zonas de peligro. Una realidad que puede llevar a pérdida y que compromete la idea general de sus equipos.
Manejar los recursos en su mano deberá ser un punto clave en esto, para facilitar que la implicación de los jugadores en todas las líneas respiren a través de la necesidad de llevar el juego a zonas de menos riesgo y, sobre todo, donde el equipo pueda morder arriba. Sin ser un técnico especialista en mover el esférico en un juego posicional que le dé la batuta del partido, Tevenet debe desarrollar bien las ideas para la salida de balón que quiera (y que pueda) llevar a cabo con los mimbres que tiene a su alcance en este Pucela.
Defensivamente, con esa voluntad de ir a por el rival y presionar en campo contrario, algo que, en el fútbol moderno, está a la orden del día. En esto, Tevenet comparte parte de la mentalidad que perseguía Almada con los suyos en este Valladolid, pero en el que la diferencia probablemente estará en las alturas en las que se haga y, sobre todo, en cómo se interpreta defensivamente. Las basculaciones defensivas serán, por tanto, una enseña clave para imprimir un juego intenso sin sufrir demasiado, generando un bloque compacto en el que las líneas vivan cohesionadas y sin descompensaciones, facilitando que se adelanten y se replieguen al unísono para evitar riesgos.
Ofensivamente, hay que destacar que los equipos de Tevenet suelen vivir sin esa rigidez táctica que a veces no permite a los futbolistas defender sus virtudes, pero tiene una necesaria aplicación del juego sin balón para facilitar la plena ocupación de espacios y, sobre todo, en la generación de los mismos para el ataque. Las virtudes del técnico, exdelantero, pueden estar también en cómo dirigir a los suyos para ofrecerse de espaldas, manejar el ritmo para girar o tirar un desmarque y hacer que la diagonal pueda ser una vía hacia la portería rival para dificultar a los rivales la lectura de la jugada y llegar a mostrar ese empuje en el área, esperemos que con más puntería.
A mayores, cabe destacar que, sobre todo en ataque, su idea se basa más en viajar rápido que en mover la pelota con fluidez a la espera de huecos. Tanto en su fase de asistente como en varios de los banquillos donde pudo llevar a cabo su idea como primer entrenador, Tevenet mostró que le gusta más llegar a zona de ataque con peligro que vivir con la pelota a la espera de la oportunidad. Es un técnico reactivo, con tendencia a esas transiciones rápidas a través de vías y automatismos tácticos que pueden ser más que eficientes en un equipo con escasa capacidad creativa.
¿Cómo encaja su idea en este Valladolid?
“El modelo de juego no lo da el dibujo, sino el ADN competitivo de los futbolistas”, comentaba Tevenet en 2017. En ese momento, aún le quedaba por ver mucho a bordo de este barco llamado fútbol, pero tenía muy claro que a pesar de la voluntad de un entrenador, las vías hacia el estilo siempre dependerán de una plantilla que te permita evolucionar en el sentido que quieras tomar.
Al cargo de esa idea y con esa máxima presente, Tevenet deberá entender que su juego debe ser defendido por una plantilla que ha parecido menos de lo que, seguramente, podría llegar a ser. Con Almada no se llegó a tener un juego que permitiera al equipo crecer en el juego y, sobre todo, poder asomarse ofensivamente al área con eficacia. Ojalá la mirada de un exdelantero en la banda pueda pulir ciertos defectos que han hecho brillar menos de lo debido a un Real Valladolid que necesita progresar y mostrar lo que será el equipo con Tevenet.
Parece prioritario, además, que le dé importancia a la claridad de los mensajes y que facilite ese espacio para encontrar líderes de juego. Tevenet es un técnico que destacó en su trayectoria por ese carácter facilitador a la hora de relacionarse con los jugadores y ese perfil tan destacado como segundo parece ser clave para entender que los jugadores puede tener un peso clave para encontrar la mejor vía para llegar al objetivo. Todo esto, unido a la adaptabilidad que parece querer mostrar a la plantilla, sería un marco perfecto para conseguir resultados.
En la entrevista del club al nuevo entrenador, ya dijo tener la voluntad de dar ese “saltito de nivel” a mayores para que esta plantilla mostrara su verdadero techo, pero también deberán acoplarse los unos y los otros a las posibilidades reales y a la idea que puedan explorar juntos. Sabiendo que habrá fichajes en enero (todo indica que Vegard Erlien será el primero), es difícil saber qué puede intentar con sus hombres Tevenet en los próximos meses en el césped.
Aunque podríamos ser capaces de leer el que podría ser su dibujo ante el Racing de Santander en estos primeros días, la premura le obligará a acelerar y, sobre todo, asumir que poco cambio puede haber en tan solo un puñado de días de trabajo. Algo que quedó bien claro con el debut de Sisi en el banquillo y esa ambición desmedida de querer aplicar una idea radicalmente nueva con una plantilla poco acostumbrada a la flexibilidad. El tiempo, las probaturas y la pizarra deberán ser los mayores aliados de Tevenet para poder adaptarse y dar forma a la plantilla y encontrar el Valladolid que hoy tendrá en su cabeza.