Comprar un contenedor cerrado puede ser toda una aventura, un momento en el que pagas por un misterio y esperas encontrar desde muebles antiguos hasta periódicos acumulados, o incluso algún tesoro bien escondido que te permita sacarte un dinerillo extra. Sin embargo, lo que descubrió una mujer estadounidense ha convertido esta experiencia en un relato digno de película, ya que lo que parecía otra subasta de trasteros terminó siendo un hallazgo espectacular que cambió por completo las expectativas sobre los contenedores cerrados.
En esta ocasión, la compradora pagó 3.000 euros por un contenedor cerrado que apenas había podido inspeccionar con una mirada rápida, algo que es muy común en este tipo de subastas donde arriesgarse es el pan de cada día. La manta que cubría el interior impedía ver con claridad su contenido, y las especulaciones se dispararon, ya que algunos pensaban que podía haber un coche clásico, mientras que otros simplemente suponían que eran un montón de cajas viejas. Lo que no sabían es que ese contenedor guardaba una auténtica joya automovilística que se había mantenido intacta durante más de dos décadas.
La fiebre de los contenedores cerrados: del misterio al tesoro
Aunque no es algo muy común en España, y puede que hasta desconocido para muchos, lo cierto es que el comprar un contenedor cerrado o un trastero que ha caído en impago es algo que se ha popularizado gracias a programas de televisión como el de Storage Hunters. En él, una serie de participantes se enfrentan en una subasta para llevarse lo que contengan sin saber exactamente qué hay en ellos, punto en el que podríamos decir que es en el que reside toda la emoción.
Y es que no se sabe si ese contenedor cerrado que se acaba de adquirir tendrá un montón de objetos sin nada de valor o, por el contrario, escondería un pequeño tesoro que hiciera que el dinero que se ha gastado la persona al comprarlo mereciera la pena.
En este caso, pasó justo eso último que comentábamos, en el que la protagonista cerro la puja pero invirtiendo de manera prudente, con la confianza de que la sábana que tapaba el contenido podía tener debajo algo importante. Obviamente, al comprar un contenedor cerrado estamos haciendo algo similar a un salto de fe que puede terminar con sorpresas tanto buenas como malas, lo cual hace que analizar cada pista disponible, como la forma de los objetos, la antigüedad del contenedor, etc. sea algo clave antes de meternos a hacer una oferta.
El tesoro inesperado de un contenedor cerrado
El momento en el que se reveló lo que había tras las puertas de este contenedor cerrado y de esa sábana fue increíble, ya que lo que estaba escondido era nada más y nada menos que un DeLorean DMC-12, el icónico coche de la saga Regreso al futuro. Este coche fue fabricado en los años 80 y, aunque no sea el mejor vehículo de todos los tiempos en cuanto a los aspectos técnicos del mismo, gracias a las películas se ha convertido en un objeto de culto y coleccionismo que todos los fans de Marty McFly y de Doc querrían tener.
Además, una de las mejores cosas de este caso concreto es que, si bien la batería tenía que cambiarse, el resto del vehiculo estaba prácticamente intacto, por lo que se podía poner a la venta prácticamente al momento. Y es que la compradora vendió el DeLorean por 32.000 dólares, lo que supone que multiplicó por diez la inversión inicial que hizo al adquirir ese contenedor cerrado.
Si este mundillo te interesa, debes saber que en España también hay oportunidades para ello y que no es algo exclusivamente de Estados Unidos. Para ello, debes informarte sobre si las empresas propietarias de almacenes llevan a cabo subastas cuando el tiempo de impago de uno de ellos es superado, pero es que incluso la Agencia Tributaria también las hace, por lo que solo hay que estar atento a las fechas.