El Real Valladolid sigue moviéndose este mercado y lo hace con la incorporación de Álvaro Pérez Campo, más conocido en el mundo del fútbol como Trilli. El lateral derecho se ha convertido en el cuarto fichaje anunciado por el club blanquivioleta, después de acordar su traspaso procedente del FC Barcelona, en cuyo filial jugó las dos últimas temporadas, y de firmar hasta el 30 de junio de 2027. El defensor gallego tiene 22 años, por lo que su fichaje mantiene la línea de los anteriores -salvo Alejo- y se convierte en una nueva apuesta por la juventud de la dirección deportiva que dirige Víctor Orta.
Al igual que Guilherme Fernandes, Trilli proviene de la Primera RFEF, donde ha competido desde que dio el salto a la categoría sénior en las filas del Deportivo de La Coruña, entidad en la que completó su etapa como juvenil después de pasar por el San Tirso y por el Racing de Ferrol en edades de formación. Como deportivista, junto a otros talentos que se encuentran ya en el fútbol profesional como Dani Barcia, David Mella o Yeremay, destacó y ganó la Copa de Campeones de 2021. Ese mismo año, fue internacional por última vez, en categoría sub-19, después de serlo desde edad sub-16.

Las lesiones marcan su trayectoria
De igual modo que varios de los que fueron sus compañeros a las órdenes de Óscar Gilsanz, Trilli quemó etapas y dio el salto al primer equipo del Depor, donde empezó a sufrir un calvario con las lesiones; en primer lugar, en un tobillo. En honor a la verdad, fue precisamente con la selección con la que se produjo su primer problema de calado físico, que le apartó de la dinámica del conjunto que dirigía Borja Jiménez. Por ello, no fue protagonista con el abulense, ni tampoco con su sustituto en el banquillo deportivista, Óscar Cano, lo que le llevó a marcharse de Riazor.
Una lesión muscular en el psoas, todavía en el Deportivo, una en el sóleo u otra en el bíceps femoral, entre otras, forman parte de su historial, al que cabe añadir también un problema en el hombro izquierdo (del que se tuvo que operar), y que también le obligó a estar de baja bastante tiempo en Can Barça. Y es que allí fue donde recaló cuando ejecutó su cláusula de rescisión en A Coruña, 200.000 euros (cifra baja, pero que correspondía al hecho de no subir a Segunda División) que parecían una cantidad baja para el potencial de un Trilli que, por hache o por be, en la Ciutat Esportiva Joan Gamper no se acabó de consolidar.

Trilli, en números
Aunque esta circunstancia física pueda generar alguna duda en el gran público, el potencial de Trilli convierte el factor de riesgo en una oportunidad: si consigue dejar atrás las lesiones, lo normal es que su calidad asome, y esta hacía de él un lateral derecho prometedor, de los que más del fútbol español, y como quiera que la apuesta de la dirección deportiva está siendo la de fichar jugadores de este perfil, que puedan crecer en el Real Valladolid y revalorizarse… Suma valor añadido a esa idea de que es una oportunidad, también, el hecho de que provenga de un filial descendido, en el que, además, prefieren perfiles más jóvenes y de la casa, como pasa en el Barça.
En definitiva, aquello que puede llegar a preocupar a algunos es, precisamente, parte de lo que trae a Trilli al Real Valladolid: si hubiera desarrollado su potencial de otra manera, sano y en el modo que se creía que iba a pasar, el fichaje sería inaccesible. Sucede que el fútbol, como la vida, son momentos, y la confianza en Zorrilla por que dé la vuelta a todo lo anterior ha primado, por ejemplo, sobre sus números. Estos indican que el ferrolano no superó la docena de partidos oficiales hasta la temporada pasada, en la que tuvo diecinueve apariciones con el Barça Atlètic. No fueron más por la operación de su hombro izquierdo; accidental, y no muscular, como otras.
 
			