El Real Valladolid recibe al Eibar de Mendilibar para cerrar la pretemporada con la puesta de largo de los de Garitano en Zorrilla, en el XLII Trofeo Ciudad de Valladolid
No va más. El tiempo de acicalarse se acaba. Por más que aún quede luego algún retoque, el típico frente al espejo del ascensor, en forma de fichajes de última hora, el Real Valladolid acaba este sábado su preparación. Lo hará en casa, como mandan los cánones, en un Trofeo Ciudad de Valladolid a veces jugado a destiempo. Contra un ‘primera’, el Eibar de José Luis Mendilibar, de Toni Ruiz e Iñaki Bea, y hasta hace bien poco, de Gaizka Garitano.
Para este debut ante su afición, Garitano no podrá contar con Johan Mojica, aquejado de una tendinopatía rotuliana. Lo hará con los quince jugadores restantes del primer equipo y las dos primeras opciones del filial, Ángel y Caye. Así, la lista la conforman diecisiete, uno menos de los hombres que viajarán la próxima semana a Córdoba.
Aunque la prioridad seguirá siendo que no caiga nadie lesionado, no será óbice para que la exigencia sea alta, ya que solo así saben competir los dos entrenadores, incluso cuando, en el fondo, no están compitiendo. Para más inri, exigirán por la proximidad del debut liguero.
Y es que las sensaciones han de ser las mejores de cara a ese estreno. En el caso que aquí ocupa, puede decirse que son buenas, puesto que el equipo parece tener, ya, algo de lo que careció el curso pasado: identidad. Es aguerrido, intenso, presionante y trata de ser veloz y vertical, concede pocas ocasiones y hasta ahora ha sido resolutivo cuando las ha tenido.
Como se ha dicho, ni tan siquiera ha comenzado lo duro, lo oficial, pero lo esbozado hasta el momento tiene matices de aquel Real Valladolid de Mendilibar, por siempre mítico. Para ser su versión 2.0 aún falta. Un mundo. Ya no solo por la avidez y necesidad de éxitos para que la comparación fragüe en similitud real. Sino también por lo incompleto del plantel que ha de acometer el reto.
Durante la preparación, los de Garitano han cosechado tres victorias, cuatro empates ni una sola derrota, ni siquiera ante el Athletic Club, que ya ha jugado tres encuentros oficiales y ha vapuleado en el último al Fútbol Club Barcelona. Carece de mácula, por tanto, puesto que en el otro partido ante un ‘primera’, el Río Ave portugués, el resultado fue el mismo: de empate.
Por su parte, la SD Eibar llega a Zorrilla con un bagaje de tres triunfos (contra Logroñés, Real Unión y Numancia), dos igualadas (frente a Mirandés, Mensajero y Tenerife) y dos derrotas (ante Celtic y Osasuna). Lo hace, también, con un conjunto bastante remozado con respecto al que entrenó el hoy entrenador del Real Valladolid.
Después de salvarse en los despachos, merced a la sanción impuesta al Elche con el consiguiente descenso a Segunda, la entidad eibarresa anhela no tener que depender de otra repesca para mantenerse un tercer año en Primera. De esta manera, se ha reforzado con jugadores de sobra conocidos como Asier Riesgo, Iván Ramis, Adrián González, Keko, Sergi Enrich o Borja Bastón.
Para este envite, que empezará a las ocho y media de la tarde, la entidad blanquivioleta ha puesto las entradas a diez euros para los aficionados no abonados. Estos podrán acceder con su carnet, como en el resto de encuentros, aunque no tendrán asientos reservados. Las zonas a ocupar serán las antiguas Preferencia A y Tribuna A, además de la Tribuna Especial.