La franja ancha del Real Valladolid Promesas ha experimentado multitud de rotaciones en lo que va de curso
Rosa M. Martín
Rubén de la Barrera tiene a su disposición en el Real Valladolid a ocho jugadores que hacen que el centro del campo sea, quizá, la línea mejor cubierta del equipo, debido, en gran parte, a la polivalencia de todos ellos.
Alberto, Ángel, Anuar, Ayub, Dani Espinar, Teto, Javi Navas y José son sus nombres, a los que siempre se pueden sumar jugadores del juvenil, como es el caso de Mario Robles, a los que el técnico no ha dudado en llamar si su rendimiento está a la altura de lo que demanda y precisa.
Algunos, con experiencia en la Segunda División B, como es el caso de ‘Navitas’, y otros, sin tenerla, que la han ido ganando merced a su buen hacer y el de unos compañeros que les han apoyado para que no notasen el cambio de categoría. Con todo, y pese a lo primero, lo predominante es la inexperiencia, que no obsta para el rendimiento sea, como de hecho está siendo, altísimo.
Ángel, con 1.348 minutos, se ha convertido en uno de los pilares para Rubén de la Barrera, en parte, gracias a los cuatro goles anotados y las dos asistencias que ha servido. El canterano del Real Madrid sabe controlar y repartir el juego sin que sus rivales le pongan en demasiados aprietos amén de las dos tarjetas amarillas que hasta el momento ha tenido que ver.
Javi Navas es el segundo centrocampista con más minutos en su haber. Suma 1.096 minutos, además de cuatro tantos y dos pases de gol –además, ha visto tres cartulinas amarillas–. En su regreso a la que es su casa se ha convertido en uno de los jugadores más utilizados por el técnico del filial.
Le sigue de cerca Dani Espinar con 1.096 minutos disputados, una asistencia que valió un gol para los suyos y una amonestación. Y luego está un jugador como Ayub que, como genio de la lámpara que es, no ha podido hacer más en menos minutos. Con 723, el jugador de origen marroquí ha dejado en más de una ocasión a propios y extraños con la boca abierta. Dos tantos de pura calidad, técnica y descaro sumados a otras dos asistencias.
Son ellos los que se reparten el grueso de los minutos y de las titularidades a orillas del Pisuerga, a pesar de que a principio de la temporada parecía que Alberto y Anuar, dos jugadores importantes en el ascenso con Javier Torres Gómez, iban a ser los encargados de llevar las riendas del Promesas.
No obstante, las circunstancias han hecho que el primero ni siquiera haya debutado en la presente campaña a las órdenes del técnico gallego, primero por unos problemas físicos y más tarde por motivos técnicos, los mismos que probablemente le harán salir en este mercado invernal.
Como él, José tampoco se ha estrenado, a causa de una lesión. En una situación parecida se encuentra Teto que a pesar de haber jugado cerca de setenta minutos y ver una amarilla, no ha vuelto a contar en los planes del cuerpo técnico.
Por otro lado, Anuar tiene en sus piernas menos de mil minutos con la elástica blanquivioleta, concretamente 848. A pesar de haber contado menos de los esperado, lo cierto es que la presencia en el centro del campo del ceutí se nota en el juego de su equipo, a la par que lo notan sus rivales, a los que no duda en frenar. Ha debutado con el primer equipo en Copa del Rey y, con el segundo, ha cumplido ciclo de amonestaciones.
Por último, se encuentra el más inexperto de todos, el juvenil Mario Robles, para quien la juventud no ha supuesto un problema. Acumula 614 minutos en doce partidos, y ha visto tres amarillas. Con menos participación en los últimos envites, se destapó como una pieza importante en el arranque del curso, como ancla entre el centro de la defensa y el centro del campo.
Con todo, de los treinta tantos que lleva el filial blanquivioleta, diez han llegado directamente de los hombres que ocupan la parcela ancha, a los que hay que sumar de manera indirecta siete más, que son los pases de gol que han servido, cifras que demuestran que el mediocampo del Promesas apunta alto. Aunque más lo hacen las sensaciones, casi inmejorables.