El onubense es el pichichi blanquivioleta pese a no actuar de ‘nueve’ y ha marcado en las cuatro de las cinco victorias que lleva el equipo hasta la fecha

Es por todos conocido la gran cantidad de jugadores con calidad que militan en Segunda División B, una categoría que curte y que ‘hace’ futbolistas. Pero, la mayoría de veces, los directores deportivos se empeñan en ir a buscar fuera de España lo que tenemos dentro de nuestras fronteras y en unos campos más cercanos de lo que parece a primera vista.
Un ejemplo de ello, sin duda, es Juan Villar. El que fue el primer fichaje del Real Valladolid para el proyecto liderado por el entonces nuevo técnico Gaizka Garitano, se consolida jornada tras jornada como una revelación en la categoría de plata, a pesar de saber lo que es debutar en Primera División.
El onubense jugó en la máxima categoría del fútbol español con el Recre, su cuna futbolística, pero, por lo que está en Valladolid es por el gran rendimiento que ha ofrecido en el Cádiz, un segunda B. Y son los números y sus actuaciones las que avalan continuamente al jugador blanquivioleta que recordemos, tiene contrato en vigor con la entidad pucelana hasta junio de 2017.
El dos de julio, cuando se anunció su fichaje, el club le definía en la nota de prensa que hacía oficial como un futbolista que “puede jugar en la delantera o banda derecha”. Hasta el momento, ha sido ahí, en el extremo diestro, donde más ha actuado (si bien lo ha hecho como punta alguna vez a principios de curso).
Pese a ejercer por banda, Villar se disfraza cada domingo de ‘nueve’ y es el pichichi del equipo con seis tantos –uno cada 204,5 minutos–, el doble que el siguiente en la lista de goleadores que es Rodri. Pero, lo más importante es que sus tantos están siendo rentables. De los veintiún puntos que lleva el Real Valladolid, ha dado seis de forma directa. Son los correspondientes a las victorias por la mínima ante Bilbao Athletic en Zorrilla y frente al Albacete en el Carlos Belmonte la pasada jornada.
Además, otros dos goles han permitido abrir la lata y que otros dos compañeros rematen el triunfo. Es el caso del partido ante el Alcorcón, cuando el onubense marcó el 1-0, que redondeó Óscar González; y el del Mirandés, que inauguró el marcador en el primer partido de Miguel Ángel Portugal y que Rodri puso el broche para otorgar el primer triunfo al técnico burgalés.
Y no solo marca, también asiste. De momento, Juan Villar ha logrado dos asistencias en lo que va de competición liguera, por lo que ha actuado de manera directa e indirecta en ocho de los dieciocho goles que el Real Valladolid ha marcado.
Indudablemente, el extremo es un fijo en las alineaciones. Tanto es así que ya lleva en su contador particular 1.227 minutos, y es el cuarto jugador más utilizado de la plantilla por detrás de Kepa Arrizabalaga (1.350), Mario Hermoso (1.313) y David Timor (1293). Él está acostumbrado a partir de titular, puesto que lo ha hecho en quince de los diecisiete partidos hasta la fecha, aunque en cinco de ellos ha visto terminar el enfrentamiento en el banquillo.
Tan solo ha sido suplente en una ocasión y, también solo en una ha tenido que ver el partido desde la grada. Ante el Nàstic de Tarragona no pudo vestirse de corto debido al partido de sanción impuesto por los dos comités tras la expulsión por doble amarilla en Los Pajaritos.
Juan Villar es el único apercibido de la plantilla en estos momentos, por lo que una tarjeta ante el Tenerife supondría que no pudiera estar en Girona en el primer partido del nuevo año. Una baja muy sensible para el técnico blanquivioleta, quien tiene en la figura de Villar el principal goleador del equipo y que, día tras día, demuestra que es un diamante en bruto muy rentable para el Real Valladolid.
