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Un hombre, cuatro estilos

por Jesús Domínguez
9 de noviembre de 2010

“El punto de partida es tener autocrítica”

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G%C3%B3mez 30.11Métodos aparte, Antonio Gómez podría ser definido por sus facetas dialécticas como el hombre de los cuatro estilos.

Y es que, tras caer frente al Rayo Vallecano, volvió a mostrar ante la prensa varias caras. Varias formas de ser, alguna diametralmente opuesta de las otras, y que no son más que un fiel reflejo de lo que viene siendo hasta el momento su relación con los medios de comunicación.

En las ruedas de prensa previas a los encuentros, el madrileño muestra su cara más afable y humilde. Desgrana el juego del rival al más puro estilo Pep’ El Filósofo’ alabando las grandezas que éste tratará de desplegar para contrarrestar el juego propio.

Como Pep Guardiola acostumbra a hacer, Antonio Gómez une a dichas loas un discurso humilde, basado en su caso en una teórica clasificación en función del presupuesto en la que nos coloca quintos o sextos.

La segunda de esas caras o de esos estilos la muestra en el mismo mensaje, y en ella se asemeja más a su maestro, Rafa Benítez. No regala halagos de forma gratuita, sino que éstos vienen fundamentados en un amplio estudio del rival.

Este estudio, si bien poco tiene que ver con los medios de comunicación, es de recibo que se le reconozca. Cualquiera que pase por Los Anexos, sabrá que al término de los entrenos él ocupa su oficina, algo que hace también multitud de tardes.

No obstante, fuera del análisis y los conocimientos que demuestra, ¿tiene ese trabajo alguna relevancia? Una tercera semejanza, sacada del transcurso de los partidos invita a pensar que no.

Durante los mismos, el equipo muestra siempre un concepto futbolístico único, algo que en los últimos años ocurría cuando era José Luis Mendilibar quien pilotaba la nave. Con él, existe también un parecido para con el trato con los medios.

Si algo se destacó en una y mil ocasiones del técnico de Zaldibar era su cabezonería con el modelo de juego. Y Gómez también la ha demostrado el pasado sábado en Vallecas.

Después de que propios y extraños viesen la introducción de Jorge Alonso como una variación táctica, él en rueda de prensa desmintió la mayor, y como en otras ocasiones anteriores hizo, se obcecó con su modelo.

Anteriormente había declarado ya que la 4-4-2 que pone en liza es impepinable, obviando que las características de sus hombres requieran quizá otra variante, pero no conforme con ello, declaró en el post-partido que el centro del campo seguía estando ocupado por cuatro hombres y que fue Sisi quien durante unos minutos acompañó en ataque a Javi Guerra.

Fue además en ese preciso instante en el que jugó a la defensiva, mostrando una cuarta cara cercana a la prepotencia. Empecinado en esta ocasión en que manejamos el quinto o sexto presupuesto de la categoría, y en transmitir que a él le han contratado para ascender.

Sin entrar a valorar en lo correcto del mensaje, la sensación de prepotencia viene dada por el tono en que éste se produce, y especialmente por la inexistencia de autocrítica.

Junto a una humildad revenida, que para nada pega con la historia del Real Valladolid, se mostró crítico con el carácter y personalidad del equipo, pero sin entonar en ningún momento el mea culpa.

Quizá sea el madrileño de los que piensan que el reconocer errores debilita, pero bastante humanidad ganaría de cara al público si no se mostrase tan empecinado con un dibujo que no domina e hiciese suyo el equívoco en la motivación.

Porque suyo es el error de parecer pequeño. No lo sería en primera división, pero en segunda el Real Valladolid es grande, muy grande, y los jugadores parecen confundidos con el mensaje de excesiva humildad que su entrenador transmite.

Conceptos tácticos aparte, él mismo y su cuerpo técnico han demostrado a principios de campaña lo esencial que le parece el coaching mental en la preparación de un encuentro.

Mourinho, a quien en ocasiones en el tono se asemeja, es un maestro en jugar el partido antes, durante y después del mismo. Gómez equivoca los conceptos no por su invalidez, si no porque además se contradice.

Hace unas semanas invitaba a un lunch a los medios de comunicación. A la semana volvía a estar de uñas con ellos, como si fuese el enemigo. A principios de temporada dijo que no hablaría de los árbitros, y sin embargo varias veces ya lo hizo…

Gómez es joven e inexperto, pero es trabajador y tiene margen de mejora. Puede ascendernos este mismo año. Siempre y cuando acepte sus errores y defina un perfil como único. Puede ser el filósofo, el estratega, el prepotente… Lo que quiera. Pero no todos a la vez.

Puede ser un aprendiz de Guardiola, de Benítez, de Mendilibar o Mourinho. Puede crear incluso un propio estilo. Pero nunca jugar a ser el hombre de las mil caras. Jugadores, prensa y aficionados no se lo permitirán.

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