El Real Valladolid empata en un partido igualado con el Almería. Mata, que ya suma nueve goles, anotó el tanto blanquivioleta de penalti

Almería y Real Valladolid firmaron las tablas en el Estadio Juegos del Mediterráneo. El resultado fue un justo reflejo de lo vivido sobre el verde donde los locales tuvieron algo más de presencia que los visitantes, pero en donde ninguno de los dos causó demasiados estragos al meta rival.
En el primer acto fueron los blanquivioletas los que fueron ligeramente superiores, mientras que en la segunda fue el Almería el que consiguió dominar en más fases. Sin embargo, los dos goles llegaron en una primera parte bastante más bonita que la segunda. Este resultado coloca por lo menos de forma momentánea al Real Valladolid quinto, con diecisiete puntos.
¿Conocen esos chistes que empiezan por “se abre el telón y aparece…”? Esos chistes, por lo general malos, tienen un denominador común; empiezan con algo que te hace pensar en una respuesta que sabes que va a llegar, pero a la que tienes miedo porque no sabes si te va a hacer reír y, claro, no reír un chiste está feo.
Pues el partido empezó como un mal chiste: se abre el telón y hay gol, ¿quién encaja? El Real Valladolid. Pues eso, que en el minuto dos el Pucela ya perdía uno cero. El gol, que llegó a la salida de un córner, fue un misil desde la frontal de Verza y al que Masip solo pudo seguir con la mirada. Pero este Pucela tiene espíritu y se sabía que iba a haber respuesta, y la hubo. En la jugada posterior al saque de centro, Gianniotas, también después de un rebote y desde la frontal, puso el balón en la cruceta. No marcó, pero asustó.
Los de Luis César insistían mientras que el Almería esperaba y salía con mucho peligro a la contra en cuanto encontraba espacios. Gianniotas se mostraba activo en ataque y Anuar dominaba –momentáneamente– el centro del campo. Un pase del segundo al primero casi se convierte en el primer gol blanquivioleta, pero el remate lo despejó René a saque de esquina.
Hubo que esperar más de media hora para que Mata abriese la veda visitante; un dudoso penalti cometido por Nauzet Alemán sobre Ángel fue transformado por el pichichi de la categoría, Jaime Mata. Y, del mismo modo que tras el gol local los blanquivioletas reaccionaron, esta vez fueron los rojiblancos los que buscaron un nuevo ‘jab’ a la mandíbula pucelana, pero Fidel, completamente solo cabeceó por arriba del larguero. La reacción se quedó ahí y siete minutos más tarde de esa ocasión el colegiado señalaba el camino a vestuarios. Descanso.
Tras el tiempo de hastío el Real Valladolid no consiguió hacerse con la posesión del balón, no estaba cómodo, pero el Almería tampoco. El partido se espesó y los porteros apenas tuvieron intervenciones de mérito. Lo cierto es que, pese a que ninguno de los dos conjuntos conseguía imponerse al rival, fue el Almería el que, si esto se tratase de boxeo, hubiese ganado a los puntos.
Masip tan solo intervino en dos situaciones, una parada con el pecho a tiro a bocajarro de Juan Muñoz y una salida en la que llegó in extremis. René, por su parte no llegó a hacer ninguna parada, aunque si es cierto que Hervías estuvo cerca del gol en un disparo lejano y que el palo evitó el gol de Mata en los minutos finales.
Como los chistes malos, muchas veces la historia que se cuenta es intrascendente. A menudo el principio promete, hace gracia y es el final el que termina de dar cuerpo a todo lo contado, aunque haya carecido de interés. Y a punto estuvo de tener un final feliz este partido para los intereses del Real Valladolid, pero el disparo de Mata se estrelló en el larguero. También pudo tener un final triste; el Almería terminó el partido con el balón y metiendo miedo. Pero es un chiste malo, hace gracia, pero poca. Un punto.
