Pocos equipos protestan más que Quique Martín y los suyos y ni uno solo recibe más amonestaciones por agarrones u obstrucciones. Medié Jiménez se encuentra por encima de la media de cartulinas mostradas

Existe una máxima más o menos extendida en el mundo del fútbol que dice que es mejor un agarrón que una patada. Desde las mismas capas formativas del balompié hay entrenadores y aficionados que defienden esta postura. Y, viendo la tarjeta de presentación de Osasuna, cualquiera diría que Quique Martín es partidario de esta teoría.
Aunque no se destaque habitualmente (al margen de este portal, raro es encontrar un sitio que hable de ello), echar un vistazo a las razones que llevan a los colegiados a mostrarles tarjetas a los diferentes equipos que conforman una competición suele servir para entender su comportamiento general e, incluso, su personalidad dentro del terreno de juego. Viendo las amonestaciones del próximo rival del Real Valladolid, cabe decir que es un conjunto pegajoso en la marca y protestón, tanto dentro como fuera del campo.
Hasta once equipos (entre ellos el Real Valladolid) han visto más amarillas –56– por faltas típicas, catalogadas frecuentemente como derribos. Sin embargo, sus veinte amonestaciones por agarrones y por obstrucciones son el tope liguero hasta el momento. Prácticamente dobla la media, actualmente de 11’8, y recibe una cada 153 minutos.
En cambio, en otros aspectos pertenecientes a la Circular 3, relativas al uso de las manos y brazos en el juego, no destaca en negativo. Ha visto cuatro amarillas por mano y cinco por impactos en disputas, siendo el promedio en estos apartados 4’1 y ocho, respectivamente. De hecho, el Valladolid, con cinco y nueve amonestaciones, está por encima. En cuanto a los agarrones, los blanquivioletas han visto diez cartulinas.
El otro apartado en el que destacan negativamente es el de las protestas. Es el cuarto conjunto más amonestado si se tiene en cuenta a los jugadores, con quince tarjetas (la media de 11’2), a las que hay que sumar otras cinco recibidas por el cuerpo técnico, junto al del Alavés, el que más ve (el promedio es de 1’8).
Sumadas las veinte, se encuentra solo por detrás del propio Alavés y del Huesca en este punto, si bien el Almería cae más en estas conductas, aunque las rojiblancas suelen ser más graves, toda vez que les han reportado seis expulsiones. Y si uno lo piensa, dicho sin acritud, no extraña: Bordalás, Tevenet primero y Anquela luego, la inestabilidad almeriense y Gorosito…
Un árbitro que no se amilana

El colegiado catalán David Medié Jiménez, que cumple su cuarta temporada en Segunda, dirigirá el encuentro. Ha pitado una vez al Real Valladolid, en el dos a cero frente al Córdoba, y dos al Atlético Osasuna, en la derrota por dos a uno en Almería y en el Osasuna 1-0 Albacete.
En el enfrentamiento de los navarros en los Juegos del Mediterráneo amonestó a cuatro osasunistas, además de a su técnico, Enrique Martín Monreal (las amonestaciones fueron dos por derribos, una protesta y un agarrón). Mientras tanto, en El Sadar, ante el Alba mostró dos a los rojillos, por un agarrón y un derribo. Por último, en el choque del Nuevo José Zorrilla, enseñó la amarilla a Moyano por un derribo.
No parece un árbitro de los que se amilanan, a tenor de las tarjetas que muestra, hasta ahora 118 amarillas y seis rojas. Para que nos hagamos una idea: en los 374 partidos disputados hasta ahora, los colegiados han mostrado 2.337 amarillas, lo que supone una media general de 6’2/partido, mientras que la suya es de 6’9. No obstante, si las expulsiones si las totales son 144 y el promedio es de 0’38, el suyo es de 0’35.
En los apartados comentados en los que destaca Osasuna, es tajante. El promedio global de tarjetas por agarrón por partido es de 0’69; el suyo, de 0’82 (ha mostrado catorce). El de amonestaciones derivadas de protestas por cada encuentro es de 0’60; el suyo, de 0’70 (ha enseñado doce). En cuanto a derribos, si por envite se ven 3’2 amarillas, él enseña 3’9, por lo que se puede concluir que si el partido se embarra, no se amilanará y tirará de tarjetero, a priori.
