Siete parejas distintas ha visto el centro del campo del Real Valladolid en la primera mitad del curso. La más utilizada, con diferencia, la que forman Timor y Leão, jugador con más minutos de juego en competición liguera

Cuando André Leão firmó por el Real Valladolid, pronto recibió la consideración de importante. Sin llegar siquiera a defender sus nuevos colores sobre el césped, las condiciones e historial reciente del medio de Freamunde invitaban a pensar en él como un jugador que sería vital en el entramado blanquivioleta. Y las predicciones no fallaron.
Llegados al ecuador de la temporada, el mediocentro portugués es el jugador con más minutos en juego en competición liguera, un total de 1.510, el 93% de los disputados. El dato es indicativo de su condición de pilar, en torno al cual rotar, ya que ha visto pasar por su lado tanto a Sastre, como a Álvaro Rubio y a Timor.
Rubi ha utilizado en la posición siete parejas distintas hasta la fecha, una de ellas solo en Copa –la formada por Anuar y Sastre– y dos sin apenas influencia en liga –Sastre ha jugado solo un partido con Timor y otro con Rubio en liga–. Y, de todas ellas, la más utilizada es la que forman ‘El Espartano y ‘El León de Freamunde’.
Ya hemos dado la cifra que ilustra la importancia de Leão. Otro dato que se podría añadir es que, salvo en uno, ha sido titular el todos los envites de Segunda. Junto a él, sin embargo, tardó en ver al que ahora parece su inseparable compañero, un David Timor que no formó en el once hasta la cuarta jornada. Desde entonces, y al margen del partido contra el Barça B, han formado en el doble pivote en diez ocasiones, que se traducen en 803 minutos.
Sumados los noventa de ese último encuentro, en el que el equipo formó con tres medios, obtenemos 893 minutos juntos, el 91% de los que ha jugado Timor hasta el momento, siempre dejando a un lado la Copa del Rey, en la cual el valenciano ha jugado dos veces con Sastre y otras dos con Rubio, frente al único encuentro con cada uno en liga.
La segunda pareja más utilizada es la del estreno liguero, la que forman Lluís Sastre y André Leão. Después de coincidir en las dos primeras jornadas, lo han vuelto a hacer en otras tres ocasiones hasta sumar 395 minutos. Bastante menos acumulan Leão y Rubio (215), último dúo que puede ser tenido relativamente en cuenta por razones obvias.

No obstante, casi como mera anécdota, se puede decir que en el centro del campo han jugado ya todos con todos, y, además, que Lluís Sastre lo ha hecho con Anuar, en el duelo copero ante el Girona. Del mismo modo, cabe recordar los simulacros de trivote, en los que se vieron involucrados tanto Rubio (58 minutos), como Sastre (33) y Timor (16).
Con la compatibilidad de ‘El Espartano’ y ‘El León de Freamunde’ fuera de toda duda, se puede anotar en su debe que, desde que ambos forman el centro del campo, los triángulos combinativos aparecen menos. Si es que de verdad es su ‘culpa’, claro, y no algo que provocan los intentos de Rubi de que el repliegue mejore con respecto a las primeras jornadas, en las que el Real Valladolid condecía múltiples ocasiones tras pérdida. Esto se puede anotar en su haber, en cambio, ya que, una vez el juego de posición es menos –o no es–, el equipo, en labores defensivas, es más.
El buen juego desplegado en el enfrentamiento que cerró el año dejó en el ambiente buenas sensaciones, y quizá la idea de que jugar con tres centrocampistas es lo adecuado para explotar las virtudes del plantel. Sin embargo, como esto es fútbol, esta cuestión se debe relativizar, pues, aun pudiendo esto ser cierto, la verdad es que la media ya funcionaba. Con Leão como pilar básico. Con todo rotando a su alrededor.
