Santi Samanes, cuarto fichaje del Real Valladolid Promesas, fue un jugador de banquillo en el Tudelano, en su primera temporada en Segunda B, en la que intentará dar un paso adelante vestido de blanquivioleta

El navarro Santi Samanes se ha convertido en el cuarto fichaje del Real Valladolid Promesas de cara a la próxima temporada. Proviene del CD Tudelano, con el que debutó en la Segunda División B la pasada campaña, después de completar dos buenos cursos en Tercera con anterioridad, primero en el Navarra, siendo todavía juvenil, y más tarde en el Peña Sport de Tafalla, con el que dio el salto de categoría.
Sin prisa, y a la vez sin pausa, este extremo zurdo, capacitado para jugar por ambas bandas, ha ido quemando etapas hasta llegar a una estructura militante en la Liga de Fútbol Profesional, oportunidad que se le negó cuando fue rechazado por el Athletic Club hace un par de años, cuando estuvo a prueba en una serie de partidos amistosos.
Las lesiones provocaron que la entidad bilbaína no lo fichara aunque no que dejara de seguirle. Y no era para menos, puesto que, aún siendo juvenil, se hizo hueco en la Tercera navarra, siempre competitiva.
Pero, ¿por qué lo seguían? Porque es un extremo –preferiblemente izquierdo– rápido, vertical, habilidoso y con gol, que había visto puerta en el CD Pamplona, club convenido del que llegaron en su día jugadores como Nacho Monreal o Iñaki Williams. Sus condiciones le permitieron, empero, dar un pasito más, al firmar con el Peña Sport, con el que encadenó su tercera temporada en Tercera y consiguió el ascenso a la Segunda División B, antes de cambiar de nuevo de equipo. En Tafalla jugó veinticinco partidos y anotó un solo tanto.
En el CD Tudelano perdió la presencia que tuvo en sus anteriores clubes y se convirtió en un revulsivo. Así, acumuló veintinueve apariciones –veintisiete en liga y dos en Copa del Rey–, fue titular en cinco ocasiones y no jugó un solo partido completo. Pero es que claro, no era fácil hacerse un hueco en los planes de Manix Mandiola, que dirigió a la indudable sorpresa del Grupo I de la Segunda B, un Tudelano que acabó entrando en play-off.
Este rol se debió a su juventud y a que sus características lo facilitaban. Contra el Real Valladolid B participó en los dos encuentros en que los dos equipos se vieron las caras, pero destacó en la vuelta, cuando mostró a los suyos el camino hacia la victoria. Acostado en la banda derecha, volvió loco a Ángel gracias al vértigo de su fútbol. Antes de ser sustituido, pronto, en el minuto 48, disparó al palo y dio una asistencia.

Desequilibrio… y estabilidad
Santi Samanes ha firmado por dos años como nuevo jugador del Real Valladolid, los dos que aún le quedan como jugador sub 23. La extensión de su contrato determina estabilidad, para él y para el que será su nuevo equipo, toda vez que la zona de tres cuartos de campo es la que menos estable parece a día de hoy en el conjunto que dirigirá Rubén Albés.
Con José y Toni buscando hacerse con minutos o con un hueco más o menos definido en el primer plantel, el técnico gallego dispondrá de dos piezas menos, o por lo menos de dos piezas menos con cierta experiencia. El navarro podrá aportarla, dentro de su juventud, o por lo menos algo más que otros jugadores como el promocionado Marí o Juan, extremo derecho todavía juvenil, y cuyo rol, como el de Mito, será en principio como el de Mayoral y Dani Vega el pasado curso.
Como al resto de caras nuevas, se le pedirá que dé un paso al frente, confirmando su evolución, y por el bien del grupo. Deberá aportar desequilibrio en cualquiera de los dos flancos del ataque, desparpajo y capacidad de desborde; volver a ser aquel extremo que cerca estuvo de irse al Athletic. No porque su potencial se haya visto estancado, sino porque solo así será real su esperanza: la de no ser un revulsivo y sí un jugador afianzado, como mínimo, en la Segunda División B.
