Matheus Fernandes, primer brasileño del Real Valladolid de Ronaldo, se escapa del perfil anhelado, aunque buscará confirmar su potencial en su primera etapa en España cedido por el FC Barcelona
Ronaldo ya tiene a su primer brasileño. Lo tendrá, parece, durante unos pocos meses, porque llega cedido, en principio, hasta final de temporada, pero después de mirar a aquel mercado desde su llegada, ha encontrado al fin su primer fichaje procedente del Brasileirão. Matheus Fernandes vivirá en Zorrilla su primera experiencia en el fútbol europeo, en el que parecía tener cabida desde que brilló en Botafogo. Después de una travesía de un año con una presencia menor en Palmeiras, y debido a su juventud –tiene veintiún años y es internacional sub 17 y sub 20 con la ‘Canarinha’–, debe confirmarlo.
‘Coquinho’, como se le conocía en Botafogo, no es el mediocentro que muchos esperaban, puesto que no conoce ni el idioma ni la máxima categoría, retrato robot propuesto por Sergio, ni tampoco es de un marcado perfil ofensivo, como deseaba el técnico y reclamaba la afición. No obstante, su perfil no replica exactamente a ningún otro futbolista de los que hay en nómina, aunque comparta algunas características con alguno.
‘Ladrão’ con Botafogo y competencia en Palmeiras

Foto: Zimbio
Matheus Fernandes debutó con diecisiete años en el Brasileirão con el primer equipo del Fogão. Destacó en la Copinha, en las categorías inferiores –acabó subcampeón–, y dio un salto tempranero y grande, ya que pronto adquirió peso y se le vio en la Libertadores, siendo titular en un equipo que llegó a los cuartos de final de la máxima competición continental. En la liguera, en 2018, fue el tercer máximo recuperador.
A las órdenes de Felipe Conceição, bajo cuyas órdenes había estado en las categorías inferiores de Botafogo, comenzó a jugar por delante de la defensa, en un 4-1-4-1 en el que empezó a mostrar su capacidad de marca y su despliegue físico, así como su dinamismo y su capacidad para dar salida al equipo desde atrás, en un rol semejante al de su compatriota Casemiro, con quien muestra semejanzas y diferencias, ya que, siendo capaz de elevar la presión como él, ni tiene su fuerza –que se proyecta en los duelos– ni su aplomo para incidir en tantas fases con balón.
Sus habilidades provocaron que empezara a despertar en interés de equipos europeos, aunque en 2019 firmó por Palmeiras, donde, sin embargo, su protagonismo se vio reducido por la fuerte competencia que se encontró.
‘O Verdão’ pagó quince millones de reales –más de tres millones de euros– para hacerle compartir ‘time’ con jugadores más experimentados como Felipe Melo. A lo largo del 2019 disputó once partidos y marcó un gol, prueba de las dificultades que tuvo para crecerse en ese contexto. No ha sido óbice para que el FC Barcelona apostara por él dentro de su proyecto de futuro. Según la prensa catalana, podría ser un eventual sustituto de Sergio Busquets, aunque no es exactamente eso.
¿Dónde puede encajar en el esquema de Sergio?

Foto: Diario Olé
Pensando ya en clave blanquivioleta, Matheus Fernandes es un mediocentro moderno dentro de la escuela brasileña, puesto que huye del arquetipo de medio que destaca en la recuperación debido a su lectura táctica. Y es que, siendo esta correcta, sustenta sobre sus piernas la capacidad de recuperación; es intenso y con gran recorrido, lo que le permite elevar unos metros la presión sobre el receptor y sobre la línea de pase, determinación, esta sí, que le hace asemejarse a Casemiro, siempre con el matiz antes comentado.
No obstante, si en algo ha crecido el actual jugador del Real Madrid en las últimas campañas es en su incidencia en las distintas fases del juego, llegando a superar la media docena de goles en dos temporadas. Matheus Fernandes tiene que crecer en este sentido, puesto que si bien proyecta su aportación ofensiva mediante la conducción, esta no siempre ha encontrado consonancia en su aportación de cara a puerta.
Habida cuenta de su inexperiencia en el fútbol europeo, así como de su juventud, no cabe incluir esta faceta entre las exigencias a corto plazo, medios si se tiene en cuenta la aparición sesgada de los medios del Real Valladolid en los esquemas de Sergio.
La prioridad que otorga al orden ha llevado a que en la presente campaña no se haya visto con excesiva frecuencia aparecer a los mediocentros en el balcón del área rival, a donde su nuevo jugador, por otra parte, no siempre llega, a pesar de su recorrido y de su gusto por el trato del balón. Esto se percibe desde sus referentes: se mira en el espejo de su compatriota Luiz Gustavo, en la proyección con el esférico de Paul Pogba o en el marcaje de Kanté. Salvando las distancias, roba, corta, inicia y apoya, o al menos lo hacía en Brasil; España es harina de otro costal.
En España, o mejor dicho, en el Real Valladolid, su posición dependerá del rol que le otorgue el entrenador, ya que, si bien es técnico y capaz en el pase, en un doble pivote típico está lejos de aquello que prefería Sergio, un medio creativo, y quizás su ‘liquidez’ y su despliegue, si no van acompañados de un mayor rigor táctico, puede provocarle dificultades como mediocentro estrictamente defensivo (sin descartarle, eso sí, en ninguno de los dos puestos según quién le acompañe).
Aunque la misma razón que le podría descartar para ser el primer volante podría hacer que no se le tuviera en cuenta en otros esquemas, el hecho de jugar arropado podría permitir que en un 4-1-4-1 o en el 4-4-2 con rombo pudiera ocupar el vértice inferior y actuar justo por delante de la defensa, ya que, como Joaquín o El Hacen, tiene capacidad física y pulmonar para ello y aptitudes para ser el receptor del primer pase. También, gracias a su técnica, a su zancada y a su conducción, podría situarse en ese rombo en un segundo escalón, desde el que podría saltar a la presión.
Con todo, lo que es seguro es que llega con la condición de joven promesa y como incógnita para muchos, no así para el FC Barcelona y para el Real Valladolid, que han estrechado lazos para tratar de favorecer su salto y sus primeros pasos en el fútbol europeo. Por sorpresa, porque no era lo que cabía esperar en Zorrilla, aunque así es como se presentan a veces las oportunidades de mercado. Con el afán de mantener ese calificativo después de sus seis primeros meses, que estarán teñidos de blanco y violeta.
