Murielle, una joven gala, asistió por primera vez a un partido en directo en el encuentro del pasado sábado entre Real Valladolid y Albacete Balompié
El pasado sábado, en el partido de Liga Adelante entre el Real Valladolid y el Albacete Balompié, hubo una aficionada muy especial: Murielle, o ‘Mumu’, como la llaman sus amigos; una encantadora francesa a la que tuve el placer de acompañar en su primera visita al coliseo blanquivioleta.
‘Mumu’ nunca había visto un partido de fútbol en un estadio. Aprovechando su estancia en Valladolid, y que tenía entradas para ir al encuentro de Zorrilla, se puso en contacto con Blanquivioletas en busca de compañía. Durante el partido, tenía la misma expresión que un niño pequeño cuando descubre algo por primera vez; una mezcla de ilusión y sorpresa, una sonrisa permanente y una energía contagiosa.
Pese a que el partido fue como el tiempo, gris y monótono, más parecido a una pachanga solteros contra casados que a un partido de fútbol profesional, Mumu lo disfrutó como si estuviese en la final de la Champions, saltó, vibró, animó a los locales como una hincha más (“allez, allez garçons!!!”, murmuraba cada vez que los nuestros robaban el balón) sufrió como la que más con las múltiples llegadas del Albacete al área pucelana, se levantó del asiento con cada llegada con peligro del Valladolid y gritó y celebró el ‘but’ de Óscar con más pasión que muchos abonados.
Tanto disfrutó Mumu en la grada que la sorprendí coreando por lo bajo, con su particular acento, los cánticos con los que los aficionados locales animaban a su equipo en una segunda parte para olvidar por parte de los de Alberto López, que acabaron pidiendo la hora y salvando el resultado con mucha fortuna, con un remate de Rubén Cruz que se fue alto por centímetros en la última jugada del partido y con el que Mumu saltó de su asiento y se llevó las manos a la boca con una expresión de susto que reflejaba perfectamente lo que fue el partido en Zorrilla, un thriller malo de ‘serie B’.
Pese día gris, el mal partido y el estadio medio vacío –de poco había servido la promoción que había llevado a Zorrilla a gente como Murielle–, Mumu salió entusiasmada de Zorrilla. Y, pese a que no fue su mejor partido, estoy seguro de que, a partir de ahora, el Real Valladolid tiene una hincha más, al norte de los Pirineos.