Higinio Marín debutó en Tercera División siendo cadete y asomó al primer equipo del Real Murcia, pero llega al Real Valladolid Promesas sin terminar de demostrar el potencial que se le presuponía en la cantera pimentonera

El Real Valladolid ha anunciado en la mañana de este jueves el segundo fichaje invernal del Promesas. Se trata, como cabía esperar, de un delantero, el murciano Higinio Marín, que llega a la entidad blanquivioleta procedente del UCAM Murcia.
Natural de Calasparra, nacido hace veintidós años, el nuevo punta del filial debutó en Tercera División en el equipo de su localidad siendo todavía cadete. De ahí dio el salto al Real Murcia siendo juvenil de segundo año. Alcanzó el filial y, en la temporada 2012/13, debutó en Segunda División, de la mano de Gustavo Siviero, si bien su aparición fue efímera: solo jugó tres minutos ante el Mirandés.
Fueron suficientes, sin embargo, para que fuera señalado como una de las principales promesas del club pimentonero. Sin embargo aunque asomó al primer plantel, nunca dio el salto, y se tuvo que conformar con marcar algunos goles en la Tercera División de la comunidad, en un discreto filial murcianista. Ni siquiera con el descenso administrativo que se produjo en el verano de 2014 tuvo otra oportunidad.
En su último curso en el Real Murcia le pesó el estar dentro de la dinámica del primer plantel, ya que no tuvo demasiada continuidad y solo pudo anotar cinco tantos con el filial. Suficiente, sin embargo, como para que saliera en dirección a León. Firmó dos años por la Cultural Leonesa… pero se marchó antes de que cerrara el mismo mercado estival en el que arribó.
Aunque veía en él un futbolista joven y con potencial, Javier Cabello, técnico culturalista, lo descartó al considerar que no podía darle minutos, aun considerándolo una opción interesante de futuro. El hecho de marcar el único gol de la pretemporada no le sirvió de nada, fue descartado y debió buscarse cobijo en otra entidad.
Después de hacerlo un poco tarde, con muchas plantillas ya cerradas, encontró hueco cerca de casa, en La Hoya Lorca. Se cumplió su deseo y salió solo a un Segunda B, en este caso del Grupo IV –por el camino rechazó irse cedido a La Bañeza, en el Grupo VIII de Tercera–. Pero lo cierto es que tampoco en el conjunto lorquí le fue del todo bien, ya que apenas sumó 1.017 minutos repartidos en veinticuatro partidos (hizo tres goles, eso sí).

Foto: UCAM Murcia
El pasado verano volvió a cambiar de aires y fichó por el UCAM Murcia, club del cual procede. Allí jugó más en Copa del Rey que el liga, ya que acumuló 88 minutos –y un gol– en dos envites la competición del KO por los apenas 55 en cinco encuentros en el Grupo IV de la Segunda División B.
Nueva reválida fuera de casa
Después de rescindir su contrato con el club murciano, firma uno nuevo con el Real Valladolid, por un tiempo no especificado. En el Promesas tratará de dejar atrás el mal sabor de boca que le provocaron las lesiones –ha tenido alguna este mismo curso, que le impidió jugar algo más– y aumentar la competitividad en una posición en la que el filial se venía mostrando poco fiable, la de delantero.
Si bien es cierto que no ha terminado de explotar, y de que en sus temporadas en Segunda B o incluso en Tercera no se ha destapado como un goleador nato, ha de intentar (re)engancharse al fútbol profesional volviendo a alejarse de casa, lugar que nunca ha acabado de ser de confort.
En un primer vistazo parece tratarse de un punta corpulento, cuenta, capaz en el juego aéreo y de espaldas a la puerta rival, aunque no exento de cierta técnica, características que ha de confirmar para no desentonar en un Real Valladolid Promesas necesitado de que la segunda unidad sume efectivos para, todos uno, lograr el objetivo final de la salvación.
