Blanquivioletas
  • Primer equipo
  • Cantera
  • Fútbol provincial
  • Fútbol regional
  • Opinión
  • Actualidad
  • EN
Blanquivioletas

Las 3 claves del empate del Valladolid ante el Dépor

Una mirada profunda a los motivos que llevaron al Pucela a un nuevo empate en la jornada 11 de LaLiga Hypermotion ante el conjunto gallego

por Miguel Ruiz
27 de octubre de 2025
Valladolid Dépor

Foto: Real Valladolid

Una Copa para los canteranos

“Lo único que nos puede dejar conformes es ganar”

Así prepara el Pucela esta semana con dos partidos

El Real Valladolid dejó pasar una ocasión de oro de ganar por primera vez en Riazor en LaLiga Hypermotion. Una realidad que estuvo muy cerca de convertirse en realidad gracias al buen hacer del equipo en los primeros 45 minutos y que volvió a mostrar la cara B de un equipo que, a veces, pierde los estribos y condena las grandes conquistas realizadas. El Dépor no fue un impedimento hasta que el propio Valladolid le dio oportunidad de ser protagonista con su inferioridad.

Los de Antonio Hidalgo bebieron de esa incapacidad del Pucela a la hora de controlar la situación y dejarse los nervios fuera del campo tras la expulsión de Marcos André. Hasta ese momento, el Pucela había demostrado poder ser un equipo competente, que mandaba y que quería balón en una primera parte que, más allá del mal trago de haber perdido dos puntos clave en Coruña, que debe marcar el paso y servir de impulso para que Almada y los suyos tomen nota para los siguientes duelos. Esa es la vía.

Un nuevo tropiezo que amarga un final de jornada que podría haber sido de celebración. Puntos positivos y negativos de sobra para entender lo que fue En la búsqueda de las razones de haber caído de nuevo en LaLiga Hypermotion, hay tres claves que pueden explicar el algo este desenlace de este partido ante el Deportivo de la Coruña.

Identidad y carácter

Si algo se le vio de salida al Valladolid fue ese impulso que dejó claro que la sensación de recuperación de la identidad que quiere Almada en el equipo. Presión altísima, ayudas constantes y búsqueda de salida para la contra. Incluso con balón el Valladolid parecía otro. La conexión con los delanteros no fue constante, pero este Valladolid sí mandaba desde la agresividad y la intención y logró apelotonar al Dépor durante casi toda la primera mitad en su campo.

Valladolid Dépor
Alejo disputa un balón con Yeremay | Foto: Real Valladolid

Cada pérdida era seguida por un impulso en la recuperación que alimentaba ese carácter ganador que debe tener el equipo por bandera y solo la expulsión de Marcos André emborronó esas buenas sensaciones. Fueron 45 minutos de oportunidades, disparos y de situaciones ventajosas que el equipo debería haber aprovechado mejor para no lamentarse en la segunda mitad, pero es el camino a seguir para creer en el equipo y en su horizonte.

Un mediocampo que no rehuía del balón

Una de las grandes novedades nació en el mediocampo. Almada alineaba a Ponceau y dejaba fuera a Meseguer de la alineación inicial, para que compartiera esa zona con Juric. Ese doble pivote mentiroso reflejaba que Almada vio la necesidad de coherencia con balón que por momentos se había echado de menos. En ese sentido, el cambio fue radical. Juric se quedó con su función como pivote, siendo el jugador propiamente en la base, para que la figura de Ponceau tuviera un rol más libre.

Valladolid Dépor
Ponceau, uno de los más destacados | Foto: Real Valladolid

En ese plan, Julien Ponceau tenía capacidad para presionar, gestionar y apoyar situaciones de ataque y defensa, siendo el elemento móvil en un escalón diferente al de Juric cuando el equipo pucelano tenía la pelota. Su capacidad para organizar con balón se hizo evidente, con un Valladolid más presente en zonas interiores y con dos extremos que aparecieron menos, pero mejor. Ese cambio puede dar una pista clave a Almada, que incluso con la vuelta de Chuki o Tenés, puede conservar esa tendencia de mezclar, en la base, perfiles distintos para que el Pucela, con balón, no parezca un extraño.

Dos errores funestos y pérdida del control

Solo la pérdida del rumbo de partido tras la expulsión (justa) de Marcos André limitó las aspiraciones del Valladolid. O casi, pues la torpeza de Pablo Tomeo a la hora de gestionar la jugada del penal embocaron a un Valladolid a un empate no merecido por parte del Dépor. Sí, el equipo de Hidalgo presionó más, tuvo más espacios, tuvo más ocasiones, pero más allá de una acción de Loureiro en el área, apenas había asustado a un Pucela con uno menos pero bien plantado.

Valladolid Dépor
Chuki controla un balón frente a Mella | Foto: Real Valladolid

Los cambios, además, no llegaron para mejorar demasiado las prestaciones arriba y que, a la vez, parecieron dar poca seguridad a un Valladolid demasiado cansado, que vio como dos errores inconcebibles acababan con la escasa ventaja lograda en una primera mitad de notable alto. De resolver mejor el Valladolid en área contraria en la primera parte o de haberse ahorrado errores propios, otro gallo hubiera cantado.

  • Aviso legal
  • Política de cookies
  • Contacto

© 2025 Blanquivioletas

  • Primer equipo
  • Cantera
  • Fútbol provincial
  • Fútbol regional
  • Opinión
  • Actualidad
  • EN

© 2025 Blanquivioletas