Tras el adiós (no pronunciado) a Valladolid, Guillermo Almada ha empezado a dirigir a la plantilla del Real Oviedo, tal y como era su intención. Así lo acreditó Gabriel Solares 36 horas antes en una comparecencia en la que quedó claro que la deslealtad jamás tendría marcha atrás, ni siquiera aunque zozobrasen las negociaciones. “¿Y ahora qué?”, o más bien dicho, “¿y ahora quién?” es la pregunta que sobrevuela Zorrilla desde que la cabeza del uruguayo huyó hacia el norte, donde encontrará alguna cara amiga, pero pocas amigables, a tenor de cómo ha sido recibido su fichaje. Aunque quedan matices -quizás algo más-, Rubén Albés es el principal candidato a sustituirle.
En las horas posteriores al ‘terremoto Almada’, quizás minutos, incluso, varios nombres empezaron a sonar en los mentideros: el del propio Rubén Albés y el de Fran Escribá, con quien Víctor Orta ascendió a Primera años ha, fueron los de mayor consenso entre las primeras voces que se atrevían a dar nombres. No fueron los únicos, puesto que algunos ex como Sergio González (o uno más rocambolesco aún) se proponían o aparecían en varias charlas con directores deportivos -en activo o no- del fútbol español. Pero lo cierto es que el vigués puede ganar la partida.
Guillermo Almada dirige su primera sesión en El Requexón#RealOviedo 🔵⚪ pic.twitter.com/cMKfBMWuot
— Real Oviedo (@RealOviedo) December 16, 2025
Radio Marca Valladolid fue el primero que se apresuró a dar la noticia: estaba, si no en la pole position, muy bien situado, e incluso hubo quien indicó a este portal que jabía habido alguna conversación previa (como si alguien esperara tener que dejar de contar con los servicios de Guillermo Almada después de que la afición le pidiera que se marchara, algo que, sobra decirlo ahora que se ha ido, no le sentó bien). Sea como fuere, aún hubo más. Ofrecimientos, seguro. Y llamadas a o con entrenadores como Raúl González Blanco. Este algunos cuentan que se ofreció. Otras fuentes señalan a este portal que fue el club quien descolgó el teléfono.
Quo Vadis, Valladolid?
Dentro de los entrenadores que están disponibles en el mercado -que, salvo que el Real Valladolid hiciera una jugarreta igual que la de su hermano carbayón, cosa improbable, tendrá que ser alguno desempleado-, Rubén Albés genera, si no consenso, al menos sensaciones positivas. Existe la creencia, como existía en verano con Borja Jiménez, adelantado luego por la derecha por el huidizo charrúa, de que es por quien apuesta la dirección deportiva. No quieren, sin embargo, precipitarse en las oficinas, donde se juega con el tiempo y con la cercanía del parón para acabar de decidirse.

Pese a esto, en las mismas tripas de Zorrilla se espera al exentrenador del Promesas; se tiene la sensación, según cuentan algunos allí dentro, de que será él quien asuma el cargo después de que Sisi lo haga de forma interina contra el Eibar. En ese caso, aunque con evidentes matices en la propuesta (y sobre todo, en la cintura), el Real Valladolid apostaría por dar continuidad a alguna de las cosas que mejor ha hecho durante los primeros meses de competición, a conductas como la presión y la ganancia de duelos o la búsqueda de la verticalidad. El cómo, desarrollar ciertas fases, claramente, cambiaría.
A la pregunta de “Quo vadis, Valladolid?” (¿adónde vas, Valladolid?), los catastrofistas responderán que al abismo, si bien le queda margen a Rubén Albés o al que venga de enderezar un rumbo que parecía fijo, aunque fuese así por obligación más que por convicción para algunos. De Almada se valoraba las horas que echaba, pero el modo en que hacía algunas cosas generaba alguna incomprensión que hubo quien le llegó a manifestar. Es parte del pasado todo lo malo (y lo bueno; tampoco va a pecar uno de cornudo) que el uruguayo pudiera hacer. Con la nueva mesa, a ver hasta dónde el Pucela llega…
