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Mis 3 favoritos del Real Valladolid: Jornada 10

Visto el partido entre Valladolid y Sporting, elijo a mis favoritos para hablar de su rendimiento en el campo

por Miguel Ruiz
21 de octubre de 2025
Favoritos Valladolid

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La afición del Real Valladolid volvió a marcharse del José Zorrilla con la sensación de que el marcador no reflejó lo mostrado sobre el césped, aunque con la apatía de quien ve una película por enésima vez. La derrota ante el Sporting de Gijón por dos goles a tres en casa dejó al descubierto una vez más la falta de contundencia en las áreas, pero, como es habitual, también ofreció lecturas individuales interesantes dentro del contexto colectivo decepcionante de una nueva derrota en el feudo pucelano.

El partido, más allá del resultado, sirvió para comprobar que el Valladolid tiene materia prima sobre la que construir, donde Peter volvió a ser el principal foco creativo; Trilli, ofreció solvencia y personalidad pese a su falta de continuidad; y Jorge Delgado se estrenó como goleador con el primer equipo. Hacemos, como en cada jornada, el repaso del partido para sacar tres favoritos entre todos los participantes en esta nueva derrota del Pucela en la Jornada 10 ante el Sporting: Peter Federico, Trilli y Jorge Delgado.

Peter Federico, generación y gol

En un partido gris para el Real Valladolid, Peter Federico fue de lo poco rescatable. El extremo hispano-dominicano volvió a confirmar su peso en el sistema de Guillermo Almada, siendo el jugador más incisivo del equipo y el autor del primer tanto blanquivioleta en la derrota ante el Sporting de Gijón. Su gol, llegado en el minuto 26 tras una jugada de insistencia dentro del área, fue una muestra de su lectura ofensiva y de su capacidad para aprovechar espacios reducidos.

Peter Federico Valladolid
Peter Federico, tras su gol ante el Sporting | Foto: Real Valladolid

Más allá del tanto, sus cifras respaldan su influencia. Completó más de 80% de acierto en el pase, generó tres ocasiones claras, realizó cuatro regates exitosos y fue el futbolista del Valladolid que más faltas recibió (cuatro en total). Es el reflejo de su constante búsqueda de desequilibrio y de cómo se convirtió en un quebradero de cabeza para la defensa rival a pesar de la deriva colectiva del Pucela.

Aun así, su actuación volvió a quedar ensombrecida por la falta de acompañamiento y la escasa eficacia del equipo en los últimos metros. Peter fue uno de los hilos conductores más fiables del ataque, pero su entorno ofensivo no logró interpretar ni aprovechar sus movimientos. Cada vez que recibía, pedía más ritmo, más apoyo y más profundidad, pero el equipo se atascaba en la circulación.

Incluso en la segunda mitad, cuando Almada buscó más velocidad por bandas, el extremo siguió siendo un foco clave de amenaza real, acumulando intervenciones de mérito sin encontrar socios que le permitieran ampliar su impacto, más allá de un Trilli más solvente por dentro cuando se encontraba con las paredes con el extremo ex del Getafe.

Trilli, sensaciones inesperadas

En un contexto áspero para el Valladolid, Trilli dejó una tarjeta de presentación más que interesante desde el lateral derecho. Sin alardes y más allá del error que propició el primer gol sel conjunto asturiano, en el que no estuvo atento a la hora de despertar y provocar el fuera de juego, el lateral fue ganando metros con criterio y ofreció líneas de pase constantes para activar a los interiores y a Peter Federico por su sector.

Trilli Valladolid
Trilli, en un entrenamiento | Foto: Pablo Marcos / Blanquivioletas

En salida, arriesgó lo justo y firmó un porcentaje alto de acierto en el pase, con varios envíos progresivos que rompieron la primera presión del Sporting. En campo contrario, se atrevió, cargando el carril con conducciones verticales, pisando altura de extremo en más de una secuencia y conectó con Peter por dentro en varias acciones en las que faltó entendimiento a sus movimientos para generar presencia en área contraria. También dejó un puñado de recuperaciones en campo rival fruto de su agresividad tras pérdida, detalle que sostuvo la posesión alta del equipo durante fases prolongadas.

Aunque no era un debutante real, pues ya se le habían visto minutos, era su debut como titular en un escenario de máxima exigencia tras la baja de Alejo. Su lectura defensiva y la templanza con balón transmitieron madurez, en una actuación que ganó valor por contraste, pues siguió ofreciendo soluciones simples y efectivas a pesar de que el Sporting fue planteando distintos problemas.

El lateral diestro ganó duelos por fuera, temporizó bien en uno contra uno y corrigió a la espalda con zancada, limitando la creación del Sporting por su banda. En el debe, esa basculación tardía comentada y un par de recepciones orientadas hacia dentro que comprometieron la salida, que se entienden como errores de aprendizaje corregibles y que hablan más de falta de continuidad que de incapacidad. En el haber, volumen de acciones útiles, con varios centros completados, ocasiones generadas desde el carril, intercepciones en campo propio y una constancia competitiva que sostuvo al equipo en momentos de zozobra.

Jorge Delgado, luz desde el banquillo

En una tarde marcada por la frustración colectiva, la aparición de Jorge Delgado supuso uno de los pocos destellos que dejó el Real Valladolid ante el Sporting de Gijón. El delantero, canterano de la casa, entró desde el banquillo en el tramo final y aprovechó los pocos minutos disponibles para dejar huella con su primer gol como jugador del primer equipo.

Jorge Delgado Valladolid
Jorge Delgado, marcando su primer gol con el Pucela | Foto: Real Valladolid

Su tanto, nacido de la intuición y el olfato dentro del área, fue el premio a la insistencia y a la lectura correcta de una jugada que él mismo había iniciado con un movimiento de ruptura. Jorge Delgado interpretó el espacio entre centrales, atacó el rechace y definió con la serenidad de un jugador veterano. Más allá de la anécdota del estreno goleador, el ariete mostró una agresividad positiva, presionando alto, ofreciendo desmarques y dando una energía distinta a un ataque que hasta entonces se había mostrado demasiado plano. Su irrupción cambió el tono del equipo en los últimos minutos, devolviendo cierta chispa y verticalidad a un Valladolid que necesitaba aire fresco.

Las estadísticas confirman su impacto inmediato. Su gol, más allá de servir como debut soñado, refuerza la sensación de que el Valladolid tiene una cantera con hambre y talento que puede servir para mover el árbol. En apenas veinte minutos en el campo, Jorge Delgado firmó un gol, un remate más entre palos, un 100 % de acierto en el pase y dos recuperaciones en campo rival. Datos que, sin deslumbrar, explican su implicación en cada acción y su capacidad para adaptarse rápidamente al ritmo competitivo.

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