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Mis 3 favoritos del Real Valladolid: Jornada 11

Visto el partido entre Valladolid y Dépor, elijo a mis favoritos para hablar de su rendimiento en el campo

por Miguel Ruiz
27 de octubre de 2025
Valladolid Dépor

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El Real Valladolid firmó un empate trabajado ante el Deportivo de La Coruña en un encuentro que volvió a poner a prueba su madurez competitiva y que supo a poco viendo el papel del equipo visitante en los primeros 45 minutos. El equipo de Guillermo Almada mostró en esa primera parte la idea, el carácter y la identidad, con dominio claro sobre el rival y una actitud más firme que en semanas anteriores.

La falta de precisión para aumentar la ventaja, la expulsión de Marcos André y el penal de Tomeo para el gol del Dépor hizo que el equipo de Hidalgo, más intenso y bien plantado en la segunda parte, obligó al conjunto pucelano a defender y medir mejor los pocos tramos con balón. Pese a esa extraña sensación de haber dejado pasar la oportunidad de sumar de tres en Riazor, hacemos, como en cada jornada, el repaso del partido para sacar tres favoritos entre todos los participantes en este nuevo empate del Pucela en la Jornada 11 ante el Dépor: Julien Ponceau, David Torres y Guille Bueno.

Julien Ponceau, un centrocampista que quiere el balón

En el empate frente al Deportivo de La Coruña, Julien Ponceau firmó una actuación que dejó entrever tanto sus virtudes como las carencias que aún debe pulir el equipo para seguir creciendo. Su lectura del juego fue más visible en la primera mitad, donde logró conectar líneas y ofrecer una salida limpia ante la presión rival. Sin embargo, a medida que el partido se endureció, el francés perdió algo de influencia, y el Valladolid notó la falta de una figura capaz de mantener el pulso del juego con continuidad.

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Ponceau, pugnando por un balón | Foto: Real Valladolid

Almada necesita precisamente un mediocentro con personalidad para dirigir los tiempos, y Ponceau asumió esas responsabilidades al lado de un Juric centrado en el aspecto destructivo y de equilibrio. Su capacidad técnica está fuera de duda. Ponceau tiene un toque fino, visión de juego y una notable precisión en el pase, cercana al 84% en sus últimas apariciones. Además, se mueve con inteligencia entre líneas, ofrece apoyos y busca activar a los extremos con envíos diagonales.

Su actuación deja motivos para el optimismo, ya que Ponceau fue el jugador que más veces se ofreció en salida, demostró temple bajo presión y mejoró en la recuperación posicional. Si consigue dar un paso más en la gestión del ritmo y asume con mayor determinación el papel de guía creativo, puede convertirse en el mediocentro referencia que Almada busca para equilibrar y ordenar al equipo y que Meseguer no ha sabido ser. La sensación general es que el talento está ahí y que solo necesita continuidad y confianza.

David Torres, un central más que fiable

La actuación de David Torres volvió a evidenciar que, pese a su juventud y su pasado más reciente en la 24/25, el central asume con seriedad el rol de baluarte en la zaga y cumple con nivel. Frente a un rival con intención de generar profundidad por bandas y activar el juego interior, Torres permaneció atento, bien colocado y firme en el uno contra uno, lo cual evitó situaciones comprometidas. Mostró un buen posicionamiento cuando se aguardaba el cambio de ritmo del juego, lo que permitió al equipo sustentar el resultado cuando el adversario apretó. Su velocidad de reacción no resultó espectacularmente destacada, pero sí lo suficientemente eficaz para cortar balones de riesgo y mantener la coherencia defensiva.

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David Torres, ante el Dépor | Foto: Real Valladolid

En lo que respecta a su capacidad correctiva, Torres demostró que tiene recursos para intervenir cuando el partido se desorganiza. Supo tanto cerrar líneas de pase en el centro como colaborar en la cobertura hacia los laterales, aspecto que gana importancia cuando el equipo, de Guillermo Almada, necesita recuperar sensaciones tras pérdidas o tras envites ofensivos que no se concretan. El defensor realizó entradas limpias y bien cronometradas, anticipándose en varias jugadas al movimiento del delantero, lo cual contribuye al objetivo del equipo de conceder pocas oportunidades claras.

Su lectura del juego rival, combinará con la estructura defensiva del técnico uruguayo, refuerza la sensación de fiabilidad que se exige en esa posición. Su actuación ratifica que, en este tramo de la temporada, se ha asentado como pieza clave en la retaguardia de Almada, aportando tranquilidad, orden y capacidad de anticipación en momentos críticos. Si logra afinar el inicio del repliegue tras pérdida, podrá convertirse en uno de los centrales de referencia para los objetivos de este Pucela.

Guille Bueno, recuperando algo más que un lateral

Guille Bueno volvía a la titularidad tras la lesión de Garri y no solo tomó ese puesto con dignidad, sino que volvió a dejar claros destellos de lo que puede aportar en ataque y en defensa desde su rol. En ataque, mostró una buena progresión por la banda zurda, con continuas subidas balanceadas con criterio que le permitieron ofrecer amplitud al equipo y sacar partido de los espacios que se generaban cuando el rival se replegaba y, en defensa, fue capaz de afinar la presión a los gallegos cada vez que necesitaba activarse a la espalda de Biuk.

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Guille Bueno, en el partido ante el Burgos | Foto: Real Valladolid

Este partido evidenció que Bueno no es solo una alternativa ofensiva y cuando el balón se perdía y había que presionar al rival, él asumió el rol de recurso fiable para hincar el diente al juego adversario. Se le vio activándose al instante tras pérdida, tanto para cerrar la salida en su carril como para ofrecerse hacia dentro, desplazándose al costado del mediocentro cuando la jugada lo exigía. Ese recurso para hundir el juego por dentro le permite ser más que un lateral ofensivo puro y añade equilibrio al sistema para que el bloque gane consistencia defensiva sin perder proyección.

No obstante, aún hay margen de mejora para que su rendimiento se convierta en impacto pleno. En ciertas fases del encuentro, su subida fue algo precipitada y se quedó ligeramente vendido al recibir contragolpes, lo que alertó sobre la necesidad de afinar la lectura en transición. Si consigue estabilizar esas dos vertientes de ataque profundo y solidez defensiva tras pérdida, Guille Bueno puede consolidarse como ese lateral dinámico y tácticamente versátil que el Real Valladolid necesita para crecer como bloque.

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