Qué días estos en los que muchos se disfrazan y van puerta por puerta repartiendo el tan famoso ‘truco o trato’. La gente ya tiene Halloween implementado en sus vidas y, sin duda, en Blanquivioletas no queremos ser menos. De hecho, proponemos que el Real Valladolid se disfrace también con uno de los onces que más miedo puede dar en su larga vida de club casi centenario. Un once difícil de elegir por la amplia gama de posibilidades pero que puede ser más que válido para que en estos días de fiesta podamos disfrutar de los sustos y, porqué no, del recuerdo y de la sana costumbre de reírnos de nosotros mismos.
Terror bajo los palos
Una defensa para mantenerte en tensión
En la banda derecha aparece un tal Gilberto García, mucho más conocido con el apelativo de ‘Alcatraz’. No, no es broma. Como lateral prefería jugar como diestro, aunque su juego era bastante propicio para jugar como siniestro; precisamente , como el que tuvo con el coche una madrugada en la Avenida de Salamanca y que acabó provocando su adiós prematuro al Pucela en la temporada 2013/14. Un buen nivel en Once Caldas le sirvió para tocar Europa a bordo del Valladolid de JIM y durar apenas ese año. Nueve partidos y pocos recuerdos positivos de su paso.
En la banda contraria, otro de los que prometían mucho, pero no acabaron demostrando demasiado: Lucas Olaza. El lateral uruguayo tuvo calidad a raudales en el Celta, pero su carácter le hizo salir del conjunto gallego y tener la oportunidad en la banda izquierda del Valladolid, donde apenas se pudo ver todo eso que parecía tener como carrilero. Fue la sombra de lo esperado y su paso no fue, ni mucho menos, positivo para nadie.

En el centro de la defensa, empezamos con Heinz Barmettler, otro de los que tenían apelativo gracioso, pues se hacía llamar ‘Veloz’. Lo que no supimos esa temporada es de dónde venía el apelativo, porque en el campo no era precisamente Usain Bolt. Central de poco rigor defensivo y con unas lagunas tremendas a la hora de aportar calma en la zaga. Formado en el Zúrich, tras su paso por el Pucela en la 2013/14 -adonde llegó a prueba y mientras Juan Ignacio pedía un solomillo- apenas se sabe cuál fue su destino, tras pasar brevemente por el filial del Freiburg.
¿Su pareja de baile? El grandísimo central brasileño Nivaldo. Un conocidísimo central que pocos habrán olvidado, especialmente Fernando Llorente, al que casi deja en el sitio con un golpe en la cabeza completamente desproporcionado (y eso que parecía más de morder tibias). Su paso por Valladolid en la 2009/10 está lleno de anécdotas, pero casi son más aptas más de una reunión nocturna a la luz de una hoguera justo antes de ir a la cama. La necesidad de taparnos hasta las orejas será segura.
Un mediocampo para repartir sustos
Seguramente en su cabeza sonaba espectacular, pero la estrategia del Pucela de tener un jugador que se llamara Pelé no acabó siendo tan brillante como creía. Vítor Hugo Gomes Passos llegó al Valladolid con un currículum llamativo, tras pasar por Inter y FC Porto, pero la realidad es que en Valladolid no tiene grandes historias que contar (o no dentro del campo). Como pivote dejaba mucho que desear, pero, a pesar de todo, sumó diecinueve titularidades como blanquivioleta, algo que resultó llamativo: tuvo a Mendilibar, Onésimo y Clemente como entrenadores y ninguno se lo fumó. Y descendimos, claro.

Este caso es de los llamativos. En LaLiga tuvieron a bien, en la 2017/18, uno de los casos más sonados de colaboración entre instituciones. Una de las primeras grandes noticias de Arabia Saudí en relación con nuestro fútbol. En ese primer paso, muchos de los jugadores más dotados del fútbol saudí llegaron al campeonato prestados a casi todos los equipos españoles. Y al Valladolid ‘le tocó’ Nooh Al-Mousa, un mediocentro que se supone que podía ser útil para el Pucela. No jugó un solo minuto en una temporada en la que se acabó ascendiendo (quizá lo que aportó fue suerte).
Pablo Javier Ricchetti es otro de esos elegidos que lograron conectar varios años en el Real Valladolid sin demasiados argumentos para entenderlo. Jugaba indistintamente como lateral y como centrocampista y logró vestir la blanquivioleta cinco temporadas, de las cuales vivió cuatro en Primera División. Llegaba de Colón, Argentina, y su fútbol es complejo de definir. Dejó cosas positivas, como un gol al Atlético de Madrid en el viejo Vicente Calderón, pero poco más. Un jugador a los que siempre se buscó explicación.

Cerramos el apartado del centro del campo con Óscar ‘OJ’ Morales, que en la 2005/06 mostró que no todos los uruguayos tienen capacidad para explotar su nivel en España. El caso de Morales está enmarcado en un periodo complejo. Llegó para jugar en Segunda División, en el Valladolid de Marcos Alonso y Alfredo Merino, con otros tantos charrúas en el plantel, como Curbelo, Broli, Correa y Hornos. Fueron veintitrés los partidos como titular que logró disputar este Gravesen a la uruguaya, que apenas duró ese año antes de la revolución de Mendilibar en la 2006/07.
Más que goles, metieron miedo
La primera carta de la delantera se la lleva Stiven Plaza, un delantero con el que se encaprichó Ronaldo tras destacar en el fútbol ecuatoriano. Producto de la inagotable pero engañosa cantera de Independiente del Valle, el club pagó mucho más de lo que al final acabó demostrando el jugador en el Pucela. Entre Promesas y primer equipo apenas jugó 500 minutos con la blanquivioleta, casi todos con el filial, anotando únicamente un gol en toda su etapa. En 2020 marchó hacia Turquía, pero hoy, a sus 26 años, milita en la Segunda División rumana. Se ve que no se le daba tan bien fichar como meter goles a ‘O Fenômeno’…
Ni siquiera estoy convencido de decir que Pedro Oldoni prometía a su llegada al Real Valladolid. De hecho, es difícil definir lo que fue este fichaje. Con frases para el recuerdo como “tengo poco tiempo, pero he venido para quedarme”, Oldoni comenzó su etapa blanquivioleta en el año 2009. Empezó fuerte, convenciendo a Roberto Olabe, entonces director deportivo, pero apenas fue un efectivo para que el Pucela pudiera entrenar con veintidós. En total fueron 200 minutos y un gol. Más modelo que futbolista, se quedó por el camino.
 
			