Con la intención de evaluar de manera clara y concisa una temporada llena de problemas que han afectado a todos los niveles al Real Valladolid, dividimos el análisis deportivo del equipo pucelano para pararnos en cada una de las posiciones en el terreno de juego y poder valorar la contribución de cada uno de los efectivos en su justa medida. Una revisión total del rendimiento adaptada al nivel, las expectativas, la trayectoria de todos los futbolistas que han tocado césped y han tenido minutos en este Real Valladolid durante la temporada 2024/2025. Es el turno de los interiores.
Le ha costado mucho al Pucela generar peligro. La creatividad ha sido sin duda una de las grandes tareas pendientes de un equipo plano, con poca imaginación y con problemas para surtir de balones a la línea ofensiva. Ni los extremos ni los delanteros han tenido grandes socios para crear y aprovechar ocasiones. En esa tarea estaban los mediapuntas, los interiores, los hombres con capacidad para crear peligro de donde no lo hay y elegir la dirección de los pases que pudieran ser empujados a la red rival. Una línea que ha muerto antes de nacer y que solo ha visto algo de luz a través de perfiles infrautilizados hasta los últimos días de un Valladolid ya hundido.
Selim Amallah
Seguramente el caso de decepción más llamativo de un Valladolid que quería ser alguien en Primera División. Su llegada al Pucela prometía, después de haberlo visto brillar como parte de esa Marruecos semifinalista, pero la sombra de Selim Amallah se proyectó de forma muy distinta tras la salida de El Yamiq y de una evidente pérdida de forma física.
Su calidad, que la tiene, apenas ha dejado notas sin sentido en una partitura escrita sin ganas. El marroquí, con más oportunidades de las merecidas, no ha sabido liderar el juego creativo de un Valladolid necesitado de su guía, de su inventiva, de su calidad y de su llegada. La señal auténtica de la apatía de un año para olvidar.
Chuki

La mejor noticia de una temporada aciaga. Suena raro que alguien vaya a descubrir en 2025 a Iván San José, más conocido como ‘Chuki’, pero lo cierto es que pocas veces habíamos visto en el primer equipo el posicionamiento correcto para que el canterano pudiera brillar como lo hacía en todas y cada una de las oportunidades que tuvo en cantera de llamar la atención de los grandes equipos que fueron preguntando por él en su etapa formativa.
La calidad la tiene. Es un interior con llegada, con olfato para leer el pase y el hueco hacia el delantero y que con pocos toques sabe añadir valor a la jugada. Es un creativo con todas las letras, aunque la pida con menos asiduidad de lo esperado para un mediocampista ofensivo. Lejos de la banda, cerquita de la frontal, ‘Chuki’ es otro. Ahí, se convierte en el jugador que puede ser útil en Primera División y que de verdad desean tener cerca los delanteros. Ese es un activo importante para un Valladolid que quiera ser protagonista. Merecería la pena no perder la mirada de ese futbolista, también en Segunda División, y crear un escenario propicio para darle confianza y libertad.
Anuar Tuhami

Su despedida aumenta la nostalgia de un adiós inesperado tras un año aciago. Aunque con propuesta de extensión de contrato, Anuar Tuhami ha decidido volar lejos del Valladolid por primera vez en su carrera profesional (sus etapas en Grecia y Chipre fueron como cedido). Su año ha sido de entrega, aunque no ha destacado como en otras épocas con la camiseta blanquivioleta. Contagiado por el vaivén del equipo, su juego también ha sido demasiado atropellado por momentos, inestable también por la poca claridad de su rol (entre el interior, el lateral y el extremo) y el poco premio de sus minutos. Líder siempre, aguerrido en cada partido, la voluntad no fue suficiente en esta temporada de locura.
Kike Pérez
La ruptura de parte de la afición con Kike Pérez y la intermitencia de su juego como blanquivioleta acabaron por desgastar una relación ya tocada desde la pasada marcha del canterano al Elche en el verano de 2023. Esa realidad dificultó que su contribución fuera vista con el valor que pudo llegar a tener. Probablemente con fútbol para haber hecho crecer al equipo entre líneas y con llegada a portería de sobra para haber ayudado en ese sentido goleador, el interior acabó por marcharse a Italia y poner fin a su papel en Valladolid en la 24/25.
Víctor Meseguer
El jugador del Valladolid, hoy cedido en el Racing de Santander, apenas fue capaz de mostrar su capacidad en Primera División a pesar de que su rol fue muy importante con Pezzolano en la 23/24. De hecho, la conversión de Víctor Meseguer desde su posición inicial de mediocentro de base a convertirse en un efectivo con habilidad para saber aparecerse entre líneas y con capacidad para finalizar en el área le dieron al Valladolid una suma de goles y una capacidad ofensiva que en Primera no se dejó ver en la decena de partidos jugados antes de su cesión en invierno.
Mario Maroto

El canterano, uno de los exponentes más interesantes desde el punto de vista creativo para tratar de añadir coherencia por dentro entre líneas, apenas ha tenido espacio para sumarse al primer equipo. Jugador creativo, con capacidad para asociarse con criterio y con llegada y olfato de cara a portería, Mario Maroto ha sabido convencer para ir sonando con fuerza como opción con los grandes.
Con cierta regularidad en el filial y con números interesantes como para creer en su futuro, Maroto ya toca la puerta del Pucela tras un primer paso importante pero poco vistoso en un la 24/25 y con la fe y la esperanza de poder seguir creciendo en madurez y minutos en la siguiente campaña en Segunda División.

