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Real Valladolid: ¿Qué le puede faltar?

Una mirada al total de los cambios realizados, a las piezas disponibles y a las posibles ausencias en el Pucela 2025/26

por Miguel Ruiz
3 de septiembre de 2025
Ponceau Bueno

Ponceau y Guille Bueno, en su presentación | Foto: Real Valladolid

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Una vez finalizado el mercado de fichajes del verano de 2025 y con la plantilla cerrada tras las altas y bajas que el Real Valladolid ha dispuesto para esta nueva campaña, toca hacer valoración de lo que hay, de cómo se puede usar y de lo que le puede faltar al Pucela en la 2025/26. El equipo ha exprimido fuerte sus opciones para reforzar la plantilla, con muchos movimientos y con sensación de que la permanencia de algunas piezas que no contarán este año pueden haber frenado alguna llegada más para pulir, de acuerdo a las necesidades del club, la plantilla actual.

El Real Valladolid cerró el mercado de fichajes de verano de 2025 con un balance de diez incorporaciones y varias salidas de peso que redefinen el rumbo del equipo. La llegada de Víctor Orta a la dirección deportiva ha supuesto un giro en la planificación, con un modelo basado en la juventud, la proyección y la capacidad de adaptarse al exigente plan de Guillermo Almada. La plantilla, una de las más renovadas de los últimos años, mantiene el objetivo de devolver al Pucela a la élite, pero con una identidad más clara en torno a la presión, el juego por bandas y la solidez en el centro del campo.

Los que llegaron

Entre los fichajes destaca, ante todo, Guilherme Fernandes, pieza esencial y portero titular casi desde el momento de su llegada y brillando como el que más. También figura Iván Alejo, jugador natural de Valladolid que regresa a la ciudad donde empezó su carrera para sumar experiencia, despliegue físico y carácter competitivo en una banda derecha que necesitaba reforzarse y en la que está teniendo peso como lateral. En esa misma banda, se suma Trilli, canterano del Barça que se incorpora para potenciar ese perfil diestro a nivel defensivo.

Ponceau Valladolid
Ponceau, debutando ante el Córdoba | Foto: Real Valladolid

En el otro costado, un especialista como Guille Bueno, procedente del Borussia Dortmund, ofrece juventud y hambre para recorrer la banda zurda al completo. En el centro, en cambio, llega Pablo Tomeo, una figura esencial para entender la nueva dinámica defensiva de un Almada que quiere metros a la espalda. En ese mismo perfil llega Mohamed Jaouab, desde Francia y con el reto de consolidarse como uno de los centrales de referencia por su agresividad, lectura de juego y velocidad.

En la sala de máquinas, destacan los nombres de Julien Ponceau y Mathis Lachuer suman técnica, capacidad de asociación y control de los tiempos, ingredientes necesarios para un equipo que busca mayor equilibrio entre la presión alta y la elaboración de juego, sumando, además, la calidad del primero en espacios reducidos y a la hora de entender los huecos entre líneas, siendo un jugador clave para potenciar el juego interior del Pucela.

A última hora, el Valladolid no quiso dejar el protagonismo típico de los últimos días de mercado y se hizo con las cesiones de dos futbolistas: Sergi Canós, procedente del Valencia CF, y Peter Federico, desde el Getafe, dos jugadores que redondean un frente ofensivo en el que Almada tendrá más recursos para agitar los partidos desde los costados cuando sea preciso.

Jaouab
Mohamed Jaouab, presentado en el Estadio José Zorrilla | Foto: Pablo Marcos/Blanquivioletas

Los que se han ido

El capítulo de bajas también ha tenido un peso importante, con nombres que habían sido protagonistas en los últimos años. La venta más destacada ha sido la de Raúl Moro, traspasado al Ajax por una cifra cercana a los diez millones de euros, lo que lo convierte en una de las operaciones más rentables de la historia reciente del club.

Otras salidas como las de Darwin Machís o Mamadou Sylla responden a la necesidad de liberar masa salarial y dar entrada a futbolistas más jóvenes. También se marcharon Iván Sánchez, con destino al Sepahan iraní, y el guardameta André Ferreira, abriendo espacio para que la portería quede definida con Guilherme como titular y Aceves como alternativa. También abandonaron el equipo Anuar, Luis Pérez o Henrique Silva, así como Amallah o Nikitscher, ambos en las últimas horas del mercado.

El Real Valladolid 25/26

Más allá de nombres propios, lo que se desprende de este mercado es la intención de construir una plantilla con doble competencia por puesto y una media de edad reducida. Orta priorizó cerrar los fichajes pronto para que Almada pudiera trabajar con la mayoría de efectivos desde la pretemporada. A nivel táctico, las altas permiten imaginar un Valladolid más versátil.

Esto se tradujo en un bloque cohesionado desde las primeras jornadas, con jugadores ya integrados en la idea del técnico uruguayo y preparados para asumir roles definidos. El equipo, en este sentido, transmite un mayor equilibrio entre la experiencia de veteranos y el empuje de los recién llegados, así como el aporte puntual, según necesidad, de ciertos perfiles identificados en la cantera, como Xavi Moreno, Hugo San o Koke.

Valladolid 25/26
Grafismo: Blanquivioletas

La defensa gana centímetros, contundencia y capacidad de gestionar espacio a la espalda con Tomeo y Jaouab, mientras que en los laterales aparecen perfiles con gran recorrido ofensivo, como Guille Bueno o Trilli, capaces de dar salida limpia por dentro y amplitud en caso de necesitarlo. Además, Alejo es un perfil que combina perfectamente con esa intención y, de momento, cuenta más como lateral que como extremo.

En el centro del campo, la combinación de Ponceau y Lachuer otorga fluidez en la circulación y alternativas a la hora de superar presiones rivales, por lo que dan versatilidad a esa zona de mediocentros y también a la correspondiente al mediapunta o interior ofensivo. En ataque, la amplitud de Canós y Peter Federico complementará el trabajo de Biuk o Amath, pudiendo llegar a ser piezas capitales alguno de ellos por su perfil, lo que debería traducirse en un abanico más amplio de opciones ofensivas y una mayor capacidad de sorpresa en los metros finales.

Si existe una carencia que pueda dejar dudas es precisamente en la delantera, donde los perfiles de Jorge Delgado y Anuar de momento no han podido verse en activo y la alternativa de Marcos André como perfil móvil no acaba de convencer. La única pieza estable es la de un Latasa que necesitará mucha ayuda de sus compañeros para producir cifras goleadoras suficientes para ser diferenciales en Segunda División, algo que se puede complementar con más y mejor creación de oportunidades y con un rendimiento mayor en puntería.

La conclusión que deja este mercado es clara: el Real Valladolid ha conseguido dar un salto cualitativo y cuantitativo en su plantilla, pese a las limitaciones económicas heredadas de la gestión anterior. Las ventas importantes han permitido reinvertir en perfiles jóvenes con recorrido, a la vez que se ha mantenido una estructura de vestuario sólida en torno a futbolistas ya asentados. El reto, a partir de ahora, será transformar la ilusión generada por los movimientos del verano en regularidad y resultados en una temporada de Segunda División que se prevé tan larga como exigente.

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