El Real Valladolid se medía en Balaídos ante otro candidato al ascenso en lo que prometía ser un partido interesante. A pesar de que la primera parte no tuvo un dominador claro, Javi Guerra, en la segunda, puso el 0-1 en el luminoso.
El Celta de Vigo empató en el último momento con un gol de falta directa de Orellana. El guardameta pucelano se hizo con el protagonismo del encuentro con varias paradas al equipo local que presionó bastante en los minutos finales.
Una hora antes de que comenzase su exhibición, el Real Valladolid saltó al terreno de juego con un once atípico.
Muchos cambios en la alineación titular con respecto a la de la jornada pasada y es que no estaban ni Bueno ni Óscar ni Peña, hasta ahora titulares indiscutibles. En su lugar salían Víctor Pérez, Sisi y Balenziaga. Además volvía al lateral derecho Tekio, tras no estar convocado en el anterior partido y Mongil, por Juanito lesionado, en el centro de la zaga junto a Marc Valiente por Rueda, sancionado.
El partido comenzó falto de ritmo. Ninguno de los dos conjuntos se acercaba al área rival y no había un dominador claro. Ambos lo intentaban con mucho toque y combinación sin llegar a definir y predominaba el juego en el centro del campo. En los primeros minutos la mayor parte de peligros del Valladolid llegaban por banda izquierda y el Celta salía rápido a las contras. Pocas veces inquietaban las porterías defendidas por Yoel para los celestes y Jaime para los blanquivioleta.
A la media hora de juego llegaron las primeras ocasiones. De Lucas y Sisi, cada uno para su equipo, fueron los más activos de esta parte que quedó condicionada por los fueras de juego. Javi Guerra y Orellana también dispusieron de oportunidades, todas sin acierto. En los minutos finales de la primera mitad el encuentro comenzó a animarse y hubo más ritmo. Sin embargo el marcador no se movió y llegó el descanso con el 0-0.
En la reanudación el Valladolid salió más despierto y ejerció mayor presión. No sin antes haber asustado al conjunto de Miroslav Djukic un disparo de Roberto Lago que detuvo de manera impresionante Jaime. Con el cambio de Oubiña por Bustos, el Celta perdió intensidad y es cuando llegó el tanto pucelano.
El conjunto local perdió el balón y Nafti lo recuperó enviando un gran disparo a Javi Guerra para fusilar al guardameta celeste Yoel. El ariete malagueño abrió el marcador en Balaídos y sembró las dudas entre los jugadores vigueses. Tras el gol generaron varias ocasiones seguidas el conjunto de Paco Herrera que se vino arriba cuando Álvaro Rubio fue expulsado por doble amonestación.
Al Valladolid le tocaba sufrir en los últimos minutos del encuentro por la superioridad celeste y comenzaba a dejar pocos espacios. Se le hacía largo el tramo final y sobrevivía gracias a las intervenciones del meta blanquivioleta. Intentó mantener el resultado hasta que, cuando parecía que los puntos viajarían hasta la capital vallisoletana, Orellana, a balón parado, introdujo el esférico por la escuadra de la portería defendida por Jaime.
Un empate justo entre Celta y Valladolid, con una primera parte donde predominó el juego ramplón de ambos conjuntos. Otra semana más para el Valladolid sin conocer la victoria.