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Vuelve el dios del trueno

por Jesús Domínguez
28 de marzo de 2013
Ebert

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Aunque él ha reconocido estar solo para media hora, Miroslav Djukic planea devolver a Patrick Ebert la titularidad en el partido ante Osasuna, un jugador del que no se ha olvidado ni Valladolid ni otras plazas.

 

Ebert“Estoy para media hora”, dijo él. “No descarto ponerlo de inicio”, dijo Djukic. Y de las palabras del segundo se dedujo que el primero, al final, volverá a la titularidad. Dice Patrick Ebert que quizá no esté para ello, que se encuentra falto de ritmo. Pero el míster lo disculpa. “Debe ser algo psicológico. Es un jugador que no se dosifica, siempre entra al cien por cien y lleva dos semanas entrenando a tope”.

Las correcciones, si se le pueden llamar así, son lógicas. Daniel Larsson, el sustituto resultón del alemán, está lesionado. Y Valdet Rama, aunque ha dejado algún buen detalle en el partido y pico disputado, va justito en determinados conceptos tácticos que, para el técnico serbio son poco negociables. Y, bueno, además, Ebert es Ebert.

La enorme incidencia del teutón en el juego blanquivioleta va más allá de sus números; llega al corazón de las sensaciones, gratas, que en cada partido dejó. No es solo los puntos que ha logrado o que se han sumado con él en el campo, es el desequilibrio que provoca el suyo en las piernas de otros; la temerosa mirada del defensa ante su galopar.

La suya, pícara, aviesa, es siempre una buena noticia para un equipo que ha sumado nada más que nueve puntos en los doce partidos que no ha estado, repartidos en una única victoria y seis empates, frente a los veintiséis obtenidos en los quince encuentros que sí jugó. De ahí, en parte, también, que la idea de Djukic sea devolverle a su sitio natural en el once.

 

Objeto de deseo de grandes clubes

Foto: Arturo Posada
Foto: Arturo Posada

Por su calidad y brega, hay pocos jugadores, quizá ninguno, que encarnen el estilo de este Real Valladolid como Patrick Ebert. Señalado por muchos como revelación de la campaña hasta que empezó a sufrir sus dichosos y continuos problemas físicos, era la cara del buen hacer blanquivioleta en el arranque del curso, lo que le sirvió para despertar el interés de un buen puñado de equipos, algunos españoles, como el Valencia, y otros foráneos como el Liverpool inglés.

El último, no por orden de aparición, sino por ruidoso, es el Atlético de Madrid, con quien, según publica la edición impresa de Marca este jueves, el teutón se ha reunido ya para tratar su posible marcha a la entidad de la ribera del Manzanares.

Al encuentro entre el club colchonero y el jugador alemán, que tuvo lugar en un restaurante de la localidad segoviana de Torrecaballeros, acudieron José Luis Pérez Caminero y una tercera persona cuya identidad no ha sido desvelada por la gran M roja, que sí reconoce, sin embargo, que ‘Míster X’ abandonó el recinto con Ebert.

Este interés, en cualquier caso, no es nuevo, toda vez que el Atlético de Madrid se llegó a plantear acometer el fichaje del extremo del Real Valladolid en el pasado mercado invernal, antes de que cayese lesionado. No obstante, entonces, como en adelante, podría encontrarse con una importante traba, y es que el hecho de que el jugador tenga reservado el 35% de los beneficios de un futuro traspaso hace que en la Avenida Mundial ’82 no se planteen rebajar las pretensiones económicas ni un solo euro de los ocho millones que tiene de cláusula.

No hay que olvidar, además, que en el seno del Atleti no cayó nada bien la decisión del Real Valladolid de parar el último día del mercado la cesión cerrada del central Jorge Pulido, tomada a ultimísima hora por Miroslav Djukic, y que hizo que ‘El Cholo’ Simeone tuviese que contar en el inicio de temporada con un exceso de equipaje no deseado e imprevisto.

 

De cristal de bohemia

Imago ImagenA las cuestiones anteriores, ya conocidas y destacadas por Marca, hay que sumar la tendencia de Ebert de caer lesionado. Desde que llegó a la capital del Pisuerga han sido cuatro las veces que lo ha hecho, las cuatro por cuestiones musculares. La última, que es la que más tiempo le ha tenido fuera de juego, fue de la mano de un proceso de recuperación precario y de que ni el jugador ni Djukic fueron capaces de parar a tiempo.

Con esta lesión se elevaron a veinte los contratiempos por motivos físicos sufridos por el alemán en las últimas cinco temporadas, en su gran mayoría relacionados con los ligamentos de su rodilla derecha y diferentes roturas de fibras. Lo que, todo unido, habla de un jugador aparentemente de cristal… pero que no por ello deja de ser de vital importancia para el Real Valladolid.

No cabe ninguna duda de que, si es Ebert es de cristal, es de Bohemia. Y no por la fama de díscolo – de carácter “latino”, dijo una vez Djukic- con la que llegó a Pucela, sino porque es de los buenos. Un jugador de calidad y que ha encontrado en el Nuevo José Zorrilla el trampolín necesario para explotar de la manera que de él se esperaba hace varios años.

Este mismo martes afirmó no saber qué va a pasar “en verano o en dos o tres años”, aunque reconoció que está “muy feliz” en Valladolid, donde se siente muy bien por el trato dispensado por club y una afición que en muy poco tiempo ha empezado a idolatrarle. Y, en vistas a su rendimiento e importancia en el equipo, con razón. En Valladolid se ha convertido en Thor, el dios del trueno. Y como tal Djukic cuenta con él para seguir buscando la salvación.

 

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