El Deportivo de la Coruña cuenta esta temporada con nueve jugadores de habla portuguesa en su plantilla, lo que le hace ser una de las más curiosas de la Primera División.

En el mundo del fútbol, por unas razones u otras, hay de vez en cuando una serie de acontecimientos que hacen que un equipo se llene de forma efímera de jugadores de una determinada nacionalidad.
Uno de los casos a los que más bombo se ha dado fue aquel Real Madrid de la 2004/05, al que se le denominó como ‘el de los ingleses’, pese a que tan solo había tres ingleses en la plantilla, Jonathan Woodgate, David Beckham y Michael Owen.
Este equipo no pudo ser más efímero, ya que Owen a final de temporada abandonó Chamartín y Woodgate, que se pasó su primera temporada en el dique seco, al año siguiente también cogió las maletas para volver a Inglaterra.
Por esa época el Deportivo de La Coruña comenzó a despertar del sueño del SuperDepor, ya que la 2004/05 fue la primera temporada en la que el equipo blanquiazul no jugó competición europea tras seis bonitos años en los que participó en la UEFA, Champions League, e incluso ganó una Liga en la temporada 1999/00, años en los que coincidió con el famoso ‘Barça de los holandeses, llamado así porque contaba con ocho jugadores de los Países Bajos.
Sin embargo, todo este sueño terminó en la 2004/05 y vinieron otros seis años pasando desapercibidos en mitad de tabla, hasta que en la 2010/11 el Deportivo pasó de sentir el cielo a notar el calor del infierno y descendió a Segunda División.

La aventura en el infierno no duró mucho e incluso fue algo plácida, ya que ascendieron a la temporada siguiente y además batiendo el récord de puntos perteneciente al Real Valladolid de José Luis Mendilibar.
Así, el Depor ha vuelto esta temporada de nuevo a la máxima categoría del fútbol español, aunque esta vez no se prevé el nacimiento de un nuevo SuperDpor ya que sus previsiones son mucho más bajas por su crítico estado económico.
Esta mala situación ha sido una de las claves de la llegada de un nuevo clan a España, el de los portugueses, venido de la mano del archiconocido representante de futbolistas Jorge Mendes.
El club deportivista en la actualidad cuenta con nueve jugadores de habla lusófona, de los cuales tan solo tres jugaban en el equipo la temporada pasada. La creación de este “Deportivo de los portugueses” se debe principalmente a dos factores: uno es, como ya se ha comentado, el mal estado de sus arcas, y el otro la buena relación del conjunto coruñés y el ínclito representante portugués.
Mendes ahora mismo es el agente de futbolistas más importante del panorama internacional, y sería una tarea casi imposible encontrar algún equipo de la élite que no tenga o no haya tenido en estos últimos años un jugador representado por él.
Al Depor este verano han llegado los portugueses Tiago Pinto, Rodercick Miranda, Nélson Oliveira, Pizzi, André Santos y el brasileño Evaldo. A ellos se suman Diego Salomao y Bruno Gama, que ya jugaron la temporada pasada en el Dépor, y Zé Castro, que llegó en 2008.
Por tanto, quizá estemos ante uno de los casos más curiosos de los últimos años, ya que si bien es cierto que el fútbol ha tendido a globalizarse, lo más normal es que en todas las plantillas haya jugadores de diferentes naciones, pero en el caso del Deportivo de La Coruña encontramos que la mayoría de jugadores son españoles y portugueses.
La situación deportivista puede ser aún más curiosa si nos fijamos en el estado contractual de sus jugadores, ya que todo el clan portugués, a excepción de Bruno Gama, acaba su contrato a final de temporada pues la mayoría de ellos han llegado en condición de cedidos.

Es cierto que la cercanía de A Coruña a Portugal puede facilitar la llegada masiva de futbolistas lusos a Riazor, pero eso no quita que esta plantilla llame la atención por ser diferente ya que si no es sencillo ver a un número tan grande de jugadores españoles en un equipo, aún lo es más siendo extranjeros y todos ellos de la misma nacionalidad.
Y aunque es probable que este Depor nunca sea tan famoso como el Superdépor ni su clan tan reconocido como el del Barcelona de los holandeses, es posible que sí sea tan efímero como el Real Madrid de los ingleses.
Una cosa queda clara, y es que desde Riazor lo único que quieren es que la presencia portuguesa ayude al equipo a salvar la categoría y seguir más años en Primera, porque en su situación económica lo peor que le podría pasar al combinado coruñés es volver de nuevo a Segunda División a ritmo de fado.
