Análisis del próximo rival del Real Valladolid.
Había un tiempo no muy lejano para el Real Valladolid, concretamente hace tres temporadas, en el que el agobio, los malos resultados y la sensación de que nada funciona como debería se acumulaban en el vestuario.
Aquella fatídica campaña terminaría con el desfile de Mendilibar, Onésimo y Clemente por el banquillo blanquivioleta y el ya consabido descenso de categoría. El contexto es actualmente muy parecido al que vive el próximo rival del Real Valladolid, el Deportivo de La Coruña.
El equipo es colista de la Liga con tan solo once puntos en quince jornadas, con Oltra cuestionado tras un apoteósico ascenso y, por si fuera poco, muy tocado tras encajar seis goles en el Calderón a manos del Atlético.
Del cielo al infierno
Olvidados quedan ya los 91 puntos conseguidos en Segunda tras una fabulosa vuelta a la élite del fútbol español. Ahora hay que intentar mantener el tesoro conseguido la temporada pasada. Y la cosa no marcha nada bien. Dos victorias en quince partidos no ayudan a tranquilizar a una afición que ve con el miedo en el cuerpo cómo el olor a azufre del infierno vuelve a Riazor.
También queda bastante lejana la última alegría para la grada gallega en forma de victoria. Cinco jornadas de Liga llevan los blanquiazules sin sumar de tres, por no hablar de los dos empates que dejaron fuera de la Copa a los de Oltra ante un Mallorca que tampoco está para tirar cohetes, aunque bien es cierto que esa última victoria fue precisamente ante los baleares el cuatro de noviembre.
La otra víctima del Depor en Liga fue en la primera jornada, el veinte de agosto, frente a Osasuna por 2-0. Pero lo peor no son los resultados. El juego convincente y efectista desarrollado el año pasado ha desaparecido y las sensaciones, partido tras partido, son que el equipo ha perdido su identidad y no sabe lo que quiere sobre el campo. Por no hablar de la defensa.
Parecido, pero diferente
Aunque pueda parecer descabellado, el Real Valladolid y el equipo gallego tienen un par de puntos en común, aunque con distintos resultados. Para empezar, los remates a puerta. En quince jornadas, el Deportivo ha rematado 70 veces a la portería contraria, lo que ha resultado en veintiún goles, mientras que el Pucela ha chutado a puerta un número parecido, 71, con veintidos dianas. En este sentido, se puede decir que el ataque de los gallegos y de los castellano y leoneses es parecido, o al menos igual de efectivo.
Entonces, ¿por qué con un número parecido de goles el Valladolid marcha octavo en la clasificación y el Depor vigésimo? Sencillo. Los números no son tan parejos del centro del campo para atrás.
La defensa del Valladolid acumula en estos primeros quince encuentros dieciocho goles en contra. Los de Djukic son los sextos que menos goles reciben, mientras que la del Dépor es la más goleada del campeonato, merced de 37 ocasiones en las que el portero deportivista ha tenido que recoger el balón del fondo de la red. Bien supo aprovecharse de estas facilidades Falcao la pasada jornada, con cinco goles sin apenas despeinarse.
Dos islotes
Mientras el equipo naufraga por el momento en Primera división, hay dos delanteros que hacen lo que pueden por sacar al Dépor a flote. Todo un clásico del equipo gallego como Riki lleva seis goles en quince partidos, mientras que Pizzi lucha por disputarle el puesto de máximo goleador con cuatro dianas en trece encuentros.
Curiosidad del rival de esta jornada: Tras su efímero paso por la categoría de plata el año pasado, el Depor ha vivido una peculiar situación en cuanto a socios y espectadores se refiere. En la 2010/11, campaña en el que los gallegos cayeron a Segunda, Riazor tuvo de media 19.984 asistentes al campo durante los diecinueve encuentros de Liga, lo que hace un total de 379.696 personas que pasaron por el estadio.
Sorprendentemente, el año pasado el Depor pasó a tener de media 26.438 espectadores, 555.198 en los veintiún choques de la temporada. El equipo blanquiazul llegó a veinticuatro mil socios, nada desdeñable para lo que era un conjunto recién descendido.
