El venezolano ha conseguido arrebatarle definitivamente el puesto a Jaime y establecerse bajo los tres palos, después de que la temporada pasada el ciudadrealeño se hiciera dueño de la portería del Real Valladolid y se alzara con el Zamora de Segunda.

Transcurren momentos de duda en la portería del Pucela. Sin llegar a ser un tema preocupante, la realidad para los aficionados blanquivioletas es que esa tranquilidad y seguridad que transmitía Jaime la campaña pasada, probablemente uno de los mejores fichajes por aquel entonces, han desaparecido y las sospechas tanto para él como para Dani Hernández son un hecho.
De poco sirve que el ex del Elche consiguiera el Zamora con 36 goles en 40 partidos en un meritorio año pasado. Ya han pasado unas cuantas semanas desde que a Miroslav Djukic no le terminasen de convencer las actuaciones de Jaime, sobre todo teniendo en cuenta algunos tropezones tan clamorosos como el que tuvo el cancerbero frente al Betis.
Era el turno de Dani Hernández tras siete jornadas de protagonismo de Jaime, a pesar de que apenas había encajado siete goles en el mismo número de partidos.
Fue el propio castellano manchego el que explicaría tras aquel error frente al Betis que “en el futuro esperaba ser protagonista por sus buenas acciones más que por la malas”, pero lo cierto es que a lo mejor fue la ausencia de las buenas acciones la que pudo terminar de convencer a Djukic para mandarle al banquillo, sin que el guardameta firmara tampoco malas actuaciones. Simplemente, discretas.
Desde entonces, después de que Dani Hernández estrenara titularidad ante el Málaga en la octava jornada de Liga, el meta vinotinto se ha hecho con el puesto fijo bajo palos. Llegó la temporada pasada, en principio como teórico suplente de Jaime, y estuvo a la sombra de éste la mayor parte del campeonato. Apenas tres buenas actuaciones en los tres últimos encuentros del play-off de ascenso, lo que sirvió para comprobar que al menos había portero suplente.
En la actualidad, la situación de Dani no es tan brillante. Catorce goles encajados en diez jornadas no arrojan unos números mejores que los de Jaime, si bien es cierto que el venezolano ha tenido que vérselas con equipos como el Valencia, el Sevilla, el Real Madrid o el Barcelona. Dani tampoco ha firmado grandes actuaciones. Correcto, pero sin grandes partidos.
Un punto negro
Sí ha habido un detalle en el que ha empeorado el Valladolid con su entrada en el once inicial: la defensa de las jugadas a balón parado. En esos diez partidos en los que ha tratado de salvaguardar la portería vallisoletana, no ha podido evitar que el equipo encajase hasta cinco goles en jugadas de estrategia.
A saber, el primer gol de Griezzman contra la Real Sociedad en un córner, misma manera en la que Cissokho hizo el gol del Valencia en Zorrilla, exactamente igual que hizo Alexis en el Coliseum Alfonso Pérez para culminar la remontada del Getafe y también con el córner que Manucho se marcó en propia puerta en el Sánchez Pizjuán. Cuatro goles encajados de saque de esquina. En el quinto tanto, de falta directa de Özil para hacer el 2-3 hace apenas tres semanas, poco pudo hacer el portero.
Ya ha habido quienes, malas lenguas, han insinuado que Jaime se marchará de Zorrilla en el mercado de invierno y han sonado nombres como los de Joel, Sergio Asenjo o incluso la vuelta de Javi Jiménez. De lo poco cierto hasta ahora es que no hay nada palpable, sabiendo también que Rodri, Facundo y Julio están todavía por curtirse en el filial y que lo más probable es que acaben los dos mismos porteros en el Valladolid que comenzaron la temporada.
