El serbio ha disputado todos los minutos posibles en Liga, aunque todavía queda lejos su récord de la temporada 2010/11, cuando también hizo un pleno de 34 partidos posibles de competición regular en Alemania.

Se hace camino al andar, dice el refranero popular. Para Antonio Rukavina, su camino con el Real Valladolid parece no tener fin. Al menos, no hasta donde alcanza la vista. El serbio es el único jugador que ha disputado hasta el momento todos los minutos posibles en Liga y solo una inoportuna gastroenteritis en la vuelta de la eliminatoria de Copa frente al Betis le ha impedido jugar el 100% de los encuentros y minutos con la camiseta blanquivioleta.
La situación tiene miga, y no habla precisamente bien de la dirección deportiva del Real Valladolid a la hora de cumplir con el cupo de fichajes. Si la temporada pasada era necesaria la readaptación de Balenziaga al lateral derecho para cubrir las bajas de Barragán y Pedro López, este año la situación no pintaba mucho mejor con la incorporación de un solo lateral derecho como es el serbio al término del mercado veraniego.
Eso sí, Rukavina venía avalado por el mismísimo Djukic. Y por tanto contaba con su confianza. De hecho, una de las promesas que el míster le hizo al jugador con el que ya coincidiera en el Partizán de Belgrado y en la selección serbia es que contaría con minutos.
A ojos vista está que el almirante no le ha mentido. Ruka acumula 1.620 gracias a su participación en los dieciocho partidos de Liga, de los que no ha llegado a perderse ni uno, ni a ser sustituido.
El hecho de que no haya sustituto natural, que las lesiones están siendo respetuosas y que el serbio ha cumplido hasta el momento su papel a la perfección, tanto ofensiva como defensivamente, ha supuesto que Rukavina no haya tenido ni una sola jornada de descanso hasta ahora.
Djukic valora su trabajo, al igual que la afición, que ya lo ve como uno de los fichajes más cumplidores de la temporada junto a Ebert, su gran compañero dentro y fuera del campo y al que le une una gran amistad. Pero detrás de esta inagotable capacidad de jugar y jugar partidos hay un secreto. No es la primera vez que lo hace.
Una máquina de fútbol
A sus veintiocho años, el lateral derecho tiene establecido su récord personal de minutos y de partidos en una temporada con su anterior equipo, el Münich 1860. Poco tiempo hay que remontarse atrás para encontrarse con la campaña en la que Ruka necesitó más gasolina para terminar la temporada, allá por la 2010/11.
Ese año supuso para serbio el culmen, pues consiguió la hazaña de jugar los 34 partidos posibles como titular en la segunda división alemana –en la que solo hay dieciocho equipos- y, por si fuera poco, lo hizo sin ser sustituido en ninguna de las 34 ocasiones. Sí, tan increíble como suena. Rukavina jugó 3.060 minutos de 3.060 posibles en competición regular, sin perderse ni uno solo. En la temporada pasada, la 2011/12, se quedó ‘solo’ en 32 encuentros en su haber, con 2.821 minutos.
De esta manera, Rukavina puede terminar la presente campaña como la más prolífica de su carrera en cuanto a minutos y partidos jugados de seguir al mismo ritmo. La Liga cuenta con 38 jornadas, cuatro más que el hito firmado por el lateral derecho hasta el momento, y que le hacen relamerse a la búsqueda de su plusmarca particular.
Por supuesto el camino para la machada no es fácil, ni mucho menos. Hay que ponerse en demasiados supuestos, como que Ruka no sea expulsado en las veinte jornadas que restan, que no baje su rendimiento, que Djukic no decida darle descanso –algo que parece improbable dadas las circunstancias-, que no se lesione o, el más difícil todavía, que no tenga que cumplir ciclo de tarjetas, ya que lleva tres por ahora. Pero eso, para el incombustible Rukavina, es un reto a cumplir y que está dispuesto a aceptar.
