El extremo izquierdo del Real Valladolid ha contado con hasta cuatro inquilinos esta temporada, si bien ninguno de ellos ha terminado de asentarse.

La situación comenzaba a enquistarse. Tres derrotas consecutivas y Djukic que, pese a sus probaturas, no terminaba de encontrar la fórmula en la banda izquierda. Ante la Real, con la clásica opción de Omar. Contra Osasuna, con Bueno a pierna cambiada. En el último de los envites, con el Valencia delante, le tocó el turno a Óscar pese a que él mismo dijo que no se encontraba especialmente cómodo allí. Sobra decir que los resultados no fueron buenos.
El sábado pasado Djukic introdujo algo inédito en la presente temporada. Las tres opciones anteriores, aunque completamente diferentes, ya habían entrado en juego en otros partidos con peor o mejor desenlace. Esta vez sería Balenziaga el que tendría toda la banda zurda para él, sin ningún extremo delante, situándose Larsson como segundo delantero.
Ebert y Óscar mantuvieron más o menos sus posiciones, si bien el alemán se intercambiaba y desdoblaba continuamente con el sueco. A priori se trataba de un experimento arriesgado que podía terminar con un embotellamiento en la zona ofensiva del Pucela.
Pero no fue así. Luis García no supo cómo reaccionar a una jugada inesperada de Djukic y el juego blanquivioleta no llegó a atascarse en ningún momento. Tras muchas combinaciones perdedoras, esta vez tocaba ganar.
El entrenador científico
Si algo ha demostrado Djukic esta temporada es que no tiene ningún problema en encerrarse en el laboratorio a buscar nuevas tácticas para llevarlas a cabo de inmediato, quizá a consecuencia de una plantilla con escasos efectivos en algunas posiciones. Sin ir más lejos, el extremo izquierdo solo tiene como inquilino natural a Omar desde principio de temporada. Como es lógico, el canario empezó como titular en dicho lugar. Hasta el sexto encuentro de la temporada.
En aquel partido un Valladolid superlativo se impuso por 6-1 al Rayo en Zorrilla. La lesión de Ebert hizo a Djukic trasladar a Omar al puesto del alemán y que Bueno entrase en el lugar del ex del Tenerife. Era el primer experimento del míster este año en la siniestra.
La cuestión es que al serbio le convenció la variante del número quince a la izquierda, porque en la siguiente jornada contra el Espanyol Ebert volvió a la titularidad en su demarcación habitual y Bueno se quedó con el lugar de Omar en el once. ¿La respuesta? Partido flojo pese al empate y el canario recuperaría la titularidad en la siguiente jornada.
A partir de aquel momento, la alternancia entre Bueno y Omar en la izquierda ha sido una realidad por unas razones u otras. Entonces llegó un momento clave; la lesión de larga duración de Ebert ante el Zaragoza, que coincidió con el aterrizaje de Valdet Rama en Valladolid y con el aumento del protagonismo de Larsson. El Almirante se encontraba en ese momento con el albano y el sueco, además de Bueno y Omar, para los dos extremos.
Punto de inflexión
Por desgracia para Rama, no le tocaría debutar con el Pucela hasta poco más de un mes después. Djukic no terminaba de verle adaptado y si el albano tardó mucho en entrar en su primera convocatoria, más lo hizo en saltar al campo por primera vez como blanquivioleta. Hasta entonces sería Larsson el que se haría con el puesto de Ebert.
Fue en ese momento cuando saltó un protagonista inesperado mientras Bueno y Omar seguían en su particular pugna por el extremo izquierdo; Óscar. El mediapunta jugó por primera vez allí en el Benito Villamarín y el resultado fue un empate a cero en el que fue un milagro que el Valladolid escapara sin recibir un solo gol. Otro experimento fallido en la banda zurda y Omar que recuperaba su lugar desde aquel diecisiete de febrero hasta el nuevo cambio frente a Osasuna, cómo no, por Bueno.

El resto es ya sabido. Tocaba volver a experimentar y Óscar jugaría su segundo partido por la izquierda en Mestalla. Fue mejor experiencia que ante el Betis, pero no suficiente para llevarse siquiera un punto. Frente al Getafe, Djukic probó la cuarta alternativa, toda la banda para Balenziaga, volcando la mayoría del ataque a una banda derecha por la que llegaron el segundo gol del Pucela y la expulsión de Alexis.
Ahora mismo la duda reside en qué decidirá el míster para este fin de semana. Suele decirse que lo que funciona no hay que tocarlo y está claro que Djukic, tras recuperar el equipo el juego con Balenziaga con toda la banda para él y Ebert y Larsson como nueva pareja de baile, no tiene necesidad de volver a encerrarse en el laboratorio a experimentar.
