Análisis del próximo rival del Real Valladolid.

El primer partido de una temporada en la que ya solo queda la final de Copa. Eso es lo que supone para el Real Madrid el choque de este sábado en el Bernabéu ante el Pucela. Un encuentro que a priori se plantea descafeinado, tranquilo para ambos conjuntos. Para los de Mourinho por no tener ya nada en juego más allá de retrasar una jornada más el alirón del Barcelona, y para el Valladolid porque, si bien debe cerrar la permanencia cuanto antes, llega sin apenas presión.
También es cierto que los merengues aterrizarán con ganas de resarcirse delante de su público tras la eliminación de la Champions League a manos del Borussia, por lo que los blanquivioletas no pueden ir a Madrid de paseo. El asalto al Bernabéu es algo que se antoja realmente complicado, pero el Valladolid puede y debe aprovechar el peculiar contexto en el que llegan los blancos para intentar pescar en aguas revueltas.
Poco que perder
Obviamente, jugar contra el Real Madrid no es jugar contra un equipo cualquiera. Significa hacerlo contra un conjunto que vive con la obligación de ganar día tras día. Los merengues parecen tener el segundo puesto asegurado tras imponerse el pasado sábado al Atlético, tercero, por 1-2 en el Calderón.
Los de Mourinho cuentan con 74 puntos, pocos en comparación con los 85 del Barcelona pero a una buena distancia del propio Atlético, que tiene 68. Además del ya nombrado objetivo de retrasar el alirón blaugrana en el Camp Nou, que solo sería realidad si los catalanes vencieran al Betis y el Pucela consiguiera llevarse los tres puntos del Bernabéu, los merengues también buscarán cerrar de manera matemática el subcampeonato. Dos metas, cuanto menos, con no mucho peso.
A pesar del curioso ambiente, no será nada fácil que el Valladolid encadene su cuarta jornada consecutiva puntuando. El Madrid no ha perdido ni un solo partido de los dieciséis que ha disputado como local en Liga. Catorce de esos encuentros se saldaron con triunfo blanco y solo Valencia, en la primera jornada, y Espanyol, en la decimosexta, consiguieron escapar del Bernabéu con un empate. 44 puntos de 48 posibles en casa, difícil de superar.
Hay otro dato que debería hacer que los de Djukic desembarquen en Madrid con pies de plomo. Si en algo es especialista el Madrid es en fabricar goles como si de churros se tratase. Pues bien, los blancos han saldado quince de sus veintiséis partidos como local entre Copa, Champions y Liga marcando tres o más goles a su rival. Un dato que deja muy a las claras la pegada de los de Mourinho.
Apisonadora local

Pero volviendo exclusivamente a los datos ligueros, el conjunto blanco ha conseguido marcar 54 goles en sus dieciséis partidos como local, lo cual implica una media de casi tres goles y medio por envite, un gran contraste en comparación con las catorce dianas encajadas. Hablamos de uno de los mejores equipos del mundo, sino el mejor, y los números en casa dan fe de ello.
Es obvio que para tener semejantes números ofensivos hace falta una buena artillería, y el presidente Florentino Pérez tiene cartera suficiente para ello. Cristiano Ronaldo, alguien que no necesita presentación, lleva treintaiún goles solo en el campeonato regular y es el pichichi del equipo. Higuain, Benzemá y Ozil completan el arsenal blanco con trece, nueve y ocho goles, respectivamente, aunque Di María, con cinco, también es un muy buen aporte desde la banda derecha.
Por otra parte, un centro del campo con grandes bazas como las de Xabi Alonso, Modric y Khedira, completado con una defensa bestial como la formada por Ramos, un Varane al alza, Essien y Coentrao cierran un equipo de los más completos del planeta, aunque Mourinho tendrá que escoger este sábado si hace rotaciones o no y si da oportunidades a otros que no las hayan tenido durante el resto del año.
Curiosidad del rival de esta jornada: Ahora que se habla de la posible marcha de José Mourinho tras la eliminación del Madrid de la Champions, hay quienes ya están haciendo repaso de sus títulos en sus tres años como míster blanco. En esta línea algunos critican al portugués por haber ganado solo tres títulos en tres años –a falta de la final de Copa ante el Atlético el 17 de mayo-, pero lo que en todo caso será irrebatible es que Mou dejará para el recuerdo el récord de puntos en Liga con los cien que consiguieron los merengues el año pasado.
El Barcelona se encuentra en condiciones de igualar dicha marca gracias a los 85 puntos con los que cuenta actualmente, pero tendrá que ganar los cinco partidos que le restan de Liga.
