Análisis del próximo rival del Real Valladolid.

Eran cerca de las once de la noche del quince de abril. El balón centrado por Tomás Pina se elevó sobre el cielo del Iberostar Stadi para que Hemed lo cabeceara con potencia hacia la portería defendida por Javi Varas.
El cancerbero detiene en primera instancia el esférico, pero no puede evitar que Gio Dos Santos cace el rechace y lo mande al fondo de las mallas. Era el 1-0 en el minuto 93 y Mallorca volvía a creer en la permanencia, en esa ilusión perdida hasta aquella trigésimo primera jornada.
Demasiado han cambiado las cosas desde aquel partido contra el Celta. La situación se ha vuelto, más que dramática, crítica.
El amago de remontada tras ganar a un rival directo por la permanencia se quedó solo en eso, un triste amago. Una vez más el Valladolid, desde la tranquilidad de la barrera, será uno de los jueces de la permanencia.
Casi adiós en Madrid
La euforia que se vivió aquel quince de abril en Mallorca contrastaba con la imagen que se pudo ver en el Vicente Calderón el pasado domingo. Los de Gregorio Manzano, tras concluir el choque empate a cero, pensaron que eran matemáticamente equipo de Segunda División. Varios jugadores se echaron las manos a la cabeza en gesto de desesperación, otros cayeron al suelo con angustia.
Tuvo que llegar un miembro del cuerpo técnico para explicarles que no, que todavía no estaban en el infierno. Lo cierto es que las llamas ya queman tanto que se hace extraño pensar que todavía hay alguna posibilidad de salir vivos en la última jornada.
La única carta que le queda al Mallorca –colista con 33 puntos- para salvarse pasa porque Celta y Zaragoza –ambos con 34- no ganen sus respectivos partidos contra Espanyol y Atlético, además de que el Deportivo –35 puntos- pierda ante la Real Sociedad. No hay más vuelta de hoja. Y por supuesto, que los isleños se lleven los tres puntos frente al Pucela.
La tarea tiene su miga, ya que el Mallorca es un desastre en casa, aunque también es cierto que cuando la necesidad apremia los números importan poco. No hay más que ver el anterior partido de los blanquivioletas en la visita del Celta. Los gallegos eran el peor visitante de la categoría, pero terminaron llevándose la victoria.
Local pobre

Queda claro que el descenso no entiende de estadísticas, pero la realidad es que los bermellones acumulan más derrotas que victorias como local. Veintitrés de los 33 puntos que acumulan los de Manzano en su casillero han sido ante su afición, si bien lo han hecho con solo seis victorias y cinco empates, por siete ocasiones en las que el visitante acabó escapando con los tres puntos.
El refranero futbolístico de los conjuntos pequeños dice que la permanencia debe cimentarse haciendo un fortín del estadio propio, algo que no se puede decir que haya conseguido el Mallorca durante la temporada.
En el apartado goleador las cosas no pintan mucho mejor. Como la mayoría de equipos de la parte baja de la tabla, los rojinegros han encajado más goles como local –veintiocho- que los que han marcado –veintidós-. Son el antepenúltimo conjunto que menos tantos ha transformado en casa, empatado precisamente con los otros dos del descenso, Celta y Zaragoza, si bien estos han encajado siete y cuatro goles menos en Balaídos y La Romareda.
Para completar el más difícil todavía, es posible que el Mallorca tenga que jugar el definitivo partido sin sus dos jugadores franquicia de la temporada. Tomer Hemed, con once muescas en su revólver, se rompió el tendón de Aquiles en el Calderón y no podrá estar en tan crucial cita.
Gio Dos Santos –cinco goles-, se encuentra en una situación peculiar. La Selección de México lo había convocado y en principio iba a perderse el partido, pero en un extraño movimiento la LFP ha intercedido por el Mallorca contradiciendo a la FIFA y ha autorizado al jugador a quedarse en España. La segunda parte del conflicto ha llegado este mismo viernes por la mañana, cuando la FIFA ha obligado a Dos Santos a ir con México alegando que el 1 de junio, fecha del partido, ya forma parte del calendario internacional. Habrá que ver en qué termina en culebrón, pero todo indica que el exjugador del Barcelona no podrá estar sobre el Iberostar Stadi.
Curiosidad del rival de esta jornada: Si un milagro no lo evita, parece que el Real Club Deportivo Mallorca pondrá punto y final este domingo a la que ha sido su estancia más larga en Primera División hasta la fecha. Dieciséis años han pasado desde su último ascenso en junio de 1997 y veintiséis son las temporadas totales que suma en la máxima categoría.
