El Real Valladolid renueva al extremo albano-kosovar por dos temporadas.
Miroslav Djukic dijo de Valdet Rama que podía llegar a ser “un jugador muy importante para el club”. Luego, por ‘h’ o por ‘b’, el técnico serbio no acabó de darle uso y el albano-kosovar terminó la temporada con un papel prácticamente testimonial, toda vez que sumó únicamente 136 minutos, repartidos en cinco encuentros. Pero el caso es que a Alberto Marcos le entró por el ojo. Y ya se sabe que, cuando el director deportivo fija al hombre su marca, difícilmente el jugador podrá deshacerse de él sin vestir antes la blanquivioleta.
Lo cierto es que, cinco meses después de su llegada a Valladolid -no hay que olvidar que arribó el último día del mercado invernal-, aquella apuesta por lo desconocido ha sido renovada, tal y como se aguardaba, aunque no sin darle emoción antes al asunto, debido a las diferencias existentes en lo relativo a la cuantía y duración del contrato.
El acuerdo, como la virtud, suele hallarse en el término medio, y esta vez no ha sido menos. El jugador quería una garantía de confianza en forma de un contrato por varias campañas y el club esperaba que mostrase su compromiso con el proyecto rebajando sus emolumentos, tal y como al final ha ocurrido.
El uno más uno ofrecido en primera instancia ha pasado a convertirse en un dos, sin condición, y Valdet Rama, que a finales de enero compró su libertad al Örebro para poder jugar en el Real Valladolid aceptó recibir -en proporción, en adelante- una cantidad inferior al ya de por sí bajo sueldo que recibió de la entidad vallisoletana por sus seis primeros meses en España.
Con su renovación, hasta junio de 2015, la dirección deportiva cierra al primero de los dos extremos que estaban próximos, como el que está por llegar, Omar, conocido y conocedor del club y de la ciudad. Y, también como Omar, hasta el momento irregular en su rendimiento como jugador del Real Valladolid, cuestión que no ha impidido que en las oficinas vean en él a un jugador de interés y que, una vez superado el obligado periodo de adaptación, puede acabar convirtiéndose, como Djukic decía, en un activo importante.
Internacional con Albania desde el mes de marzo, después de verse obligado a su pasaporte kosovar -mantiene la nacionalidad alemana, lo que le permite no ocupar plaza de extracomunitario-, ha tardado poco en convertirse en uno de los hombres capitales de su selección en el camino hacia el Mundial de Brasil, gracias a su calidad y capacidad de actuar en cualquiera de los dos costados del ataque, características, estas, que unidas a la fe puesta por el director deportivo en él le permitirán seguir vistiendo de blanquivioleta, ya a las órdenes de Juan Ignacio Martínez, quien hace días reconoció esperar su pronta incorporación a los entrenamientos.