Juan Ignacio Martínez está satisfecho con el plantel del que dispone a once días del comienzo de la competición.
La confirmación de los fichajes de Heinz Barmettler y de Humberto Osorio por parte del Real Valladolid ha servido, por el momento, para cerrar el capítulo de altas. Son, por tanto, cinco las caras nuevas -los dos citados, Diego Mariño, Alcatraz y Bergdich- a las que la afición deberá asociar a un nombre desde ya, pues con esa prontitud comenzará el equipo a competir, el día diecisiete ante el Athletic.
Son, los cinco recién llegados, las primeras opciones planteadas por la dirección deportiva y vienen avalados por el cuerpo técnico, cuya cabeza visible, Juan Ignacio Martínez, ha hecho público su encanto con la plantilla confeccionada, en lo referente tanto a la calidad como a la cantidad.
En líneas generales, y a falta de la guinda que supondría el hacerse con un mediocentro de carácter creativo, el Real Valladolid ha sido capaz de retener a la práctica totalidad de los jugadores que más minutos disputaron la temporada pasada, de equilibrar el plantel en la zona trasera con Alcatraz, Heinz y Bergdich y de apuntalar la meta y el ataque con Diego Mariño y Osorio.
“Estamos abiertos por si surge alguna cosita, pero estoy encantado. Siempre se puede mejorar algo, como intentar fortalecer el medio del campo o traer otro portero para el filial, pero a día de hoy tenemos la plantilla que queríamos tener”, explicó el entrenador alicantino antes de viajar a Cerdeña, donde sus hombres se medirán al Cagliari este miércoles.
Para cubrir esas dos posiciones que señala el míster, la dirección deportiva anda buscando jugadores que den el perfil y puedan adaptarse al proyecto. “Barajamos nombres, estamos a la expectativa con la caña y el anzuelo preparados, aunque Alberto Marcos sabe que no tengo prisa”, expone Juan Ignacio Martínez, consciente de que la situación económica de la entidad apremia a trabajar con paciencia y sigilo.
En caso de que el mercado permita acometer el fichaje del anhelado mediocentro, la primera plantilla del Real Valladolid contaría con veinticinco fichas profesionales. Seis de ellas estarían ocupadas por jugadores que se desenvuelven en dicha demarcación, lo que invita a pensar que la llegada irá aparejada de una salida. El favorito, en ese caso, sería Carlos Lázaro, cuyo rol, a priori, será secundario incluso sin ese nuevo competidor.
En una situación similar a la del olmedano se encuentra Quique, a quien la dirección deportiva ya ha transmitido que su papel, después de la llegada de Humberto Osorio, no será el que quizá desee, de manera que tiene, de nuevo, la puerta abierta. Y, dado que finaliza contrato en junio de 2014, no es descartable que rescinda y sea libre de decidir por sí mismo su futuro.
Lázaro, como él, concluye su vinculación con el Real Valladolid la próxima temporada, aunque es probable que, de marcharse, la entidad vallisoletana intente antes bien renovarle, por lo que pueda ocurrir más allá del próximo verano, tal y como ha ocurrido con Dani Hernández, o guardarse una opción futura semejante a la que se cerró con Víctor Mongil hace un año.
Pendientes del mercado… no solo para fichar
Las salidas de los canteranos no son las únicas que el club podría plantearse. Teniendo en cuenta que Alberto Bueno y Manucho finalizan contrato en la misma fecha que Quique y Lázaro, así como sus elevados emolumentos, no es descabellado pensar que uno u otro podrían abandonar la disciplina blanquivioleta antes del cierre de mercado.
Pese a no haber recibido una sola oferta de carácter formal ni por el madrileño ni por el angoleño, Marcos es consciente de que pueden ser dos jugadores con mercado, como demuestra el interés mostrado por un equipo inglés por hacerse con los servicios del primero y de un francés por los del segundo. Y, si en algún momento esa atracción va a más, se sentará a hablar.
No así ocurrirá, a priori, con otras piezas igual de codiciadas, o incluso más, como pueden ser Toni Rukavina o Patrick Ebert. Si bien Juan Ignacio no se refirió abiertamente a ellos en su afirmación, sí dejó claro que, a estas alturas, solo saldrán previo depósito de la cláusula de rescisión, que en ambos casos asciende a los ocho millones de euros.
De hecho, aunque la cantidad fijada en tal concepto es menor -tres millones de euros-, esta condición será la que se solicitará legalmente al Benfica como responsable subsidiario de la salida de Lolo, un jugador al que el entrenador llegó a intentar convencer de que tenía sitio en el plantel y cuya consideración, en las oficinas de la Avenida Mundial ’82, era de profesional.
La intención del club, por tanto, pasa por no negociar, salvo en contados casos, tan específicos que la cordura podría invitar a hacerlo. La idea, no obstante, es la misma que la transmitida hasta ahora: no trastocar el bloque a menos que se presente una oferta escandalosamente escandalosa, que diría José María del Nido; excepción hecha de los cuatro jugadores antes comentados.

Más entradas, solo si el mercado se agita
A través de Twitter y de los foros de opinión, como el que se aloja en este mismo portal, los aficionados manifiestan su parecer con respecto a la confección de la plantilla. Por norma, coinciden con su entrenador en que la actual plantilla está preparada para competir, aunque hay quien apunta que, puestos a pedir, no estaría de más la llegada de otro central y de un extremo izquierdo.
La prioridad, en caso de firmar a alguien más, ya ha sido comentada, aunque Juan Ignacio Martínez no se ha cerrado a la posibilidad de que arribe alguien más en otra demarcación. Por un lado, como Plan B, por si se da alguna salida no deseada. Y por otro, por si presenta alguna ganga. De darse una de esas condiciones, “la demarcación dependerá del mercado”. Aunque, dicho sea de paso, los futbolistas transmiten que están “en cuerpo y alma con la entidad”.
Si al final se produce una agitación extraña, ajena a la calma con la que los clubes, faltos de ‘cash’, se están moviendo durante el verano, nada es descartable, excepto que, a poder ser, la plantilla no será de veinticinco futbolistas y que, en todo caso, y salvo desgracia, como hasta ahora, el plantel estará formado por “los jugadores que nosotros queremos tener”.
